Seguramente es el oficio mas viejo del mundo. Es el arte de manejar a las personas y a los pueblos. O sea lo que se llama mandar y conseguir, por diversos medios, que se obedezca. Es lo político tan viejo como el mundo. Los rojos de todos los tiempos y lugares desde Espartaco a Lenin, desde Rosa Luxemburgo a Tomas Munzer, de Jesús de Nazaret a Ghandi pasando por el Ché y terminando por el Subcomandante Marcos han inventado la política, el autogobierno de las poblaciones desde la igualdad social en el camino de la emancipación de la explotación. Nos han robado muchas cosas pero esta memoria no. Es más, seguramente hay razones de sobra para tener una visión pesimista del ser humano, de su naturaleza, que concibe al otro como un lobo en un mundo salvaje. La muerte como liberación y destino inexorable.

Lo otro también es verdad: Desde que existe la humanidad dividida jerárquicamente en torno al poder siempre ha existido, desde nuestra polisémica naturaleza el deseo y la aspiración a un mundo liberado de la dominación. Construir una comunidad de hombres y mujeres libres e iguales. Mas acá y mas allá de nuestras miserias IU representa ese impulso libertario y resistente, contracorriente y frente a los poderes establecidos. Lo primero es siempre lo primero, nada de esto tiene que ver con la reciente Asamblea de IU. Lo extraordinario en ella no ha sido este afán por presentar desde nuestra dura realidad una salida a nuestras gentes, a nuestr@s afiliados y afiliadas, sino el triunfo de lo político, del manejo hasta lo inverosímil de un@s delegad@s, sea cual sea su posicionamiento político, ya no sabían a estas alturas, para que sirve lo que hacen y si merece la pena seguir haciéndolo.

Al otro día Llamazares apareció de nuevo como vencedor. ¿Cual es su victoria?. Después de cuatro años y con uso y abuso de los resortes del poder interno no ha conseguido obtener la mayoría de la Asamblea. Atrás han quedado unos censos incalificables, un manejo desmedido de las normas asamblearias y por si fuera poco, una enmienda trampa de última hora, que le aseguraba una escuálida mayoría en la parte del CPF elegido en la Asamblea. Los medios mas afectos, no han podido ocultar lo evidente: Llamazares comanda una organización dividida en la que él no está en mayoría.

Las alternativas no son muchas y están todas escritas en la naturaleza de las cosas. Seguir como si nada pasase, o sea profundizar en la decadencia y en la diáspora hasta ser ya otra cosa. Invertir la tendencia, es decir, tomar nota de la situación de emergencia en la que vivimos en IU y buscar desde los sentimientos y aspiraciones de nuestras gentes una salida unitaria y colegiada desde el fondo de nuestra política. No hay razones para el optimismo, pero están nuestra rebeldía, sueños y esa esperanza que IU representó y representa. No será nada fácil que acaben con todo ello.