La Fiesta del PCE 2005 se mantiene en los parámetros habituales que le han dado sus señas de identidad y la mantienen como referencia importantísima en el calendario de fiestas políticas y populares. La renovada asistencia (este año menor) de miles de personas de todas las edades la convierten en un rompeolas de todas las Españas y parte del extranjero.

La Fiesta del PCE tiene un alto contenido sociopolítico, pero también artístico y cultural. La Fiesta convoca a intelectuales y artistas de primer rango pero también convoca a la participación en debate y a la muestra de trabajos artísticos que tienen menores posibilidades de difusión. Actividades artísticas de más dificultosa divulgación por las propias condiciones del mercado, encuentran aquí posibilidades de expresión. Estamos hablando de poesía, de música étnica, de canción de autor… y de los intríngulis de la economía china, que es una lección que siempre nos queda para septiembre.

La Fiesta del PCE se renueva en las formas con el uso de nuevas tecnologías junto con la conocida técnica de tracción animal y dando paso al diseño de jóvenes creadores. Ahí tenemos, como ejemplo, los trabajos audiovisuales de «Consume Hasta Morir» que unen la creatividad, el humor y el tratamiento crítico de la publicidad, desde una perspectiva didáctica. También tenemos brindis al sol y cocinas que lucharon contra las nubes para mostrarnos nuevas aplicaciones de energías alternativas, aunque los militantes de toda la vida estén dispuestos y preparados para sobrevivir con yesca y pedernal.

La Fiesta del PCE intenta crear y mantener eventos culturales de primera fila que impulsen el arte. En esta edición de la Fiesta, el I Certamen de cortometrajes «Juan Antonio Bardem» es buena muestra de ello. Y también va programando espectáculos y actividades dirigidos específicamente a diversos sectores de edad: Este año, más que nunca, los niños (y sus padres)se han beneficiado de dos espectáculos donde lo estrictamente infantil no está reñido con la difusión de valores de solidaridad, de estructuración social.

La Fiesta del PCE tiene un alto interés social. Porque la afluencia de público (vale, este año menos) crea una pacífica convivencia intergeneracional y un clima de diversión sin necesidad de grandes dispositivos de seguridad. La Fiesta es de la memoria histórica pero también del presente, de la palabra y de los hechos, de personas y de personalidades. Falta, tan sólo, conservar la memoria inmediata, acordarnos de lo que hemos hecho el año pasado, para no tener que volver a explicar a los que nos ayudan a montar el tinglado cómo va la pantalla o el escenario.

La Fiesta del PCE es una fiesta que se hace con la participación de artistas que no cobran un duro y con el esfuerzo de los voluntarios. Durante tres días un considerable número de militantes y simpatizantes se entrega a cumplir con un compromiso de trabajo que, en ocasiones, acaba convirtiéndose en espectáculo por sí mismo, como puede decirse de las ceremonias de izada y bajada de bandera que realizan tradicionalmente los miembros de la Caseta de Andalucía al inicio y final de la Fiesta, respectivamente. La Fiesta mantiene con vida pequeños rituales que grupos minoritarios establecen por su cuenta y mantienen año tras año: Esa casi clandestina entrega de premios y trofeos, con discurso institucional incluido, que se celebra la noche del sábado en la caseta del PSUC…

Este grado de compromiso de los voluntarios sólo alivia una parte de los importantes gastos que genera un acontecimiento de tal magnitud, pero es, al mismo tiempo, garantía de que esos gastos son eficientes y de que están compensados por una importante movilización y un innegable impacto social. La Fiesta es de todos, asistentes y trabajadores, que, en algunos momentos se intercalan los papeles. La Fiesta sirve, también, y a través de ellos, para que la ciudadanía sepa y compruebe que no todo se adquiere pagando un precio o saltando la valla, sino invirtiendo un esfuerzo, virtud que hace a las sociedades más fuertes, más capaces de participar, más conocedoras de lo que cuesta ser libres, autónomas y democráticas.

Ahora, lo que nos falta es que la Dirección del Partido realice un detallado análisis para evaluar el desarrollo de este evento, tenga en cuenta los fallos que hayan podido producirse y que han sido responsablemente comunicados por los distintos responsables de cada evento, actividad o servicio y, en un modélico ejercicio de previsión y planificación, tan esperado por los militantes de toda la vida, conserven la memoria de este año para que nos sirva el que viene. Para no sufrir la ley de la gravedad si se acaba la fuerza de la inercia.