Cuando más falta hace una buena radiotelevisión pública, el gobierno de ZP ha decidido convertir a RTVE en un bonsai sin capacidad de producir para apagarla por inanición. Quieren canalizar la audiencia y la publicidad hacia las nuevas televisiones (Cuatro y La Sexta) de los viejos amigos del PSOE. Se confirma así que la diferencia entre México y España es que allí el PRI tenía a Televisa y aquí PRISA tiene al PSOE.

CCOO y UGT se olvidaron de lo que defendían y llevaron a los trabajadores de RTVE hacia un referéndum sin salida para que les cortaran el cuello mientras se sujetaban la cabeza. El resultado es la eliminación de la mitad de la plantilla (¡4.500 trabajadores!) con prejubilaciones a partir de los 50 años y la degradación de las condiciones laborales para los que se quedan en la empresa.

Desde el PCE, IU y CCOO, siempre habíamos defendido el servicio público, pidiendo democratizar RTVE, definir sus objetivos de rentabilidad social, establecer una adecuada financiación y al final considerar la plantilla necesaria. Incluso se aprobó en el Congreso por unanimidad una moción de IU garantizando esa política, pero el viraje final de la dirección de CCOO en RTVE facilitó al gobierno del PSOE la imposición de un Plan de Saneamiento (¡Plan de Liquidación!) que, al reducir la plantilla y el presupuesto, deja a TVE y a RNE sin capacidad para desarrollar un auténtico servicio público.

La aplicación de la nueva Ley de la radio y la televisión de titularidad estatal, con el nombramiento por el Parlamento de un nuevo Consejo de Administración ninguneado y un Presidente de la Corporaciòn RTVE de la estirpe de PRISA, queda condicionada por el tijeretazo del gobierno de ZP contra la radiotelevisión pública. Primero hicieron la trampa y después una ley sin recursos. Y no es cierto que estén reduciendo gastos excesivos. RTVE no es buena pero es barata: su plantilla es la más pequeña entre las empresas similares de la UE y las seis emisiones de RNE y los ocho canales de TVE nos cuestan 10 céntimos de euro por persona y día. Lo que ha arruinado a TVE es la contratación de sus programas con productoras externas y el pago de intereses por los prestamos bancarios. El PSOE y el PP pagaron con deuda pública la gubernamentalización de la información Desprestigiaron a RTVE y aumentaron en 2.000 millones de euros la factura colectiva como consecuencia del negocio de los bancos.

Cuando aumenta continuamente la concentración en la propiedad de los medios de comunicación y su influencia sobre los grandes partidos, es cada vez más necesaria una radiotelevisión pública que garantice el acceso de los ciudadanos a una información de calidad para una fundamentada participación política. El gobierno de ZP está haciendo lo contrario: reduce el servicio público en beneficio del poder de la radiotelevisión comercial.

En el pacto con el PSOE para entrar en el Consejo de Administración, IU ha perdido la iniciativa en defensa de la imprescindible radiotelevisión pública. La liquidación de RTVE es el mayor ataque contra un servicio público desde la transición a la democracia. Necesitábamos una buena respuesta política y estamos padeciendo la peor traición sindical. La dirección de IU se dejó llevar por la dirección de CCOO en RTVE en vez de actuar como es debido: orientando políticamente la acción sindical. Al final, el comando Llamazares ha despreciado a los trabajadores de RTVE como el gobierno de Zapatero y la Dirección General: aceptan la jubilación de la mitad de la plantilla a cambio de entrar en el Consejo de Administración y buscan a su representante fuera de la empresa como Caffarel a las productoras.