Una cosa es «vender líder» y otra, muy distinta, es tener un programa completo, alternativo. Una cosa es situarse en el programa de otros, desde la habilidad del conseguidor, y otra muy distinta, es tener un programa anticapitalista.

Quizás en estas dos dicotomías esté la explicación del apoyo, durante toda la legislatura, a los Presupuestos y, más allá, la respuesta en forma de listado, y a través de un discurso, de una problemática global, a la política económica y laboral del gobierno Zapatero.

La obsesión, por tanto, no es la política estructural, que parece compartirse, con matices, eso sí: la obsesión real es la comunicación, la política mediática, los gestos, la estrategia de imagen. Lo realmente importante parece ser que no es el método participativo, a la hora de que toda la organización sea protagonista y asuma con plenos poderes el proyecto; lo importante es la imagen de una persona, muy conocida, muy activa, que basa en el movimiento continuo su forma de hacer política y que tiene en la habilidad a la hora de conseguir «enmiendas parciales» su santo y seña, su utilidad real.

Los presupuestos, que suponen casi una cuarta parte del PIB, más las leyes y decretos, no son una materia inerte o neutral: son la respiración de un sistema, de una forma de entender la vida y de contemplar las condiciones históricas de existencia de los trabajadores (parados, semiparados o activos). Y en este caso hablamos de una forma de capitalismo, de una forma de acumulación: la que hoy se produce en España, que, con datos oficiales en la mano, es la más radical, la que peor reparte, en la UE-15, o incluso entre los casi 30 países de la OCDE.

¿Alguien conoce alguna cifra oficial que supere la media de los países citados, excepto el del consumo de cocaína?

Y a partir de aquí: ¿Los presupuestos de Solbes-Zapatero contemplan otra cosa que la reproducción en todos sus términos de esta forma y ritmo de acumulación? Parece que no, es la respuesta. Y precisamente por esta respuesta el conjunto de IU y sus dirigentes previeron la necesidad de votar en contra de los Presupuestos. Con independencia de que algunas partidas pudieran mejorarse, no podíamos ser cómplices de una propuesta neoliberal, agudamente neoliberal.

Pues bien, los Presupuestos, al final, se han votado a favor por parte de IU. Mundo Obrero pide una explicación, un porqué. Recuerden ustedes a Galileo, que al final tuvo que abjurar: la Tierra no se mueve, reconoció en Roma ante el Tribunal del Vaticano, y es el Sol el que da vueltas en torno a ella; y como la Tierra es el centro, el hombre es el centro, la determinación única, a cuyo alrededor circulan, sin apenas rozarlo, condiciones concretas, circunstancias, causas y consecuencias. Lo importante es que el hombre sigan siendo el centro y la Tierra no se mueva. Lo contrario rompe la estabilidad del sistema oficial, aunque sea verdad.