El Comité Federal del 12 de abril fue el primero desde el desastre electoral del 9 de marzo. La crisis profunda de IU hizo que la reunión lograra récords de asistencia y de participación. No faltó ni Julio Anguita ni Marcelino Camacho. En la tribuna se abrieron muchos temas que iban desde el análisis de las causas que provocaron los resultados más bajos de la historia de IU, a la composición y responsabilidades de la Comisión que se encargará de preparar la próxima Asamblea de IU.

Pero lo más polémico fue la percepción del presente y futuro de IU. El qué hacer, y el cómo. En esta entrevista Mundo Obrero le pregunta a Felipe Alcaraz sobre algunas de las inquietudes planteadas por los miembros del Comité Federal

Mundo Obrero: Algunos miembros del comité compararon IU con un barco. Según algunos IU llegó a ser un portaviones desde donde despegó gente, como fue Nueva Izquierda, pero que hoy ha quedado reducida a una patera estrellada. Otros planteaban la necesidad de dejar de achicar el agua del barco y conducirlo a puerto para que lo arreglen en los astilleros aprovechando las partes sanas y sustituyendo las dañadas. ¿Qué crees que habría que hacer con el barco?
Felipe Alcaraz:
El intento que hemos soportado y que empezamos a superar ha sido el intento de que se perdiera el espacio ideológico y político de la izquierda transformadora en España en estos tres ó cuatro últimos años. Es decir, ha sido un intento de pérdida no sólo de protagonismo político sino de la identidad. Una identidad que se cambiaba en función de enmiendas parciales y que iba perdiendo constantemente su perfil propio. Ese ha sido el tema fundamental.

Una vez le preguntaron a Rodríguez de la Borbolla en qué consistía luchar hacia el socialismo, y respondió que consistía en hacer cositas, es decir, como si nos pudiéramos convertir en un sindicato de las migajas que hace cositas pero que tiene que entregar su perfil, su espacio no sólo político sino ideológico. A partir de ahí, yo creo que nuestra patria actual, la patria de los comunistas y de la gente de izquierdas tiene que ser la necesidad de una izquierda transformadora en España. Y a partir de ahí habría tratar de construir este proyecto tenga o no las siglas de Izquierda Unida. Eso dependerá también de los temas financieros. Pero nuestra necesidad es la de no doblegarnos en la construcción de la izquierda transformadora. Ese es el problema de fondo.

M.O.: En el Comité Federal también se criticó la composición de la Comisión que se encargará de preparar la próxima Asamblea de IU, con la exclusión de algunas federaciones, y hasta se cuestionó la conveniencia de participar en ella. ¿Cuál es tu valoración sobre la composición y las funciones que se le han atribuido?
F.A.:
A partir de ahora hay que funcionar a través de los contenidos. Siempre de los contenidos políticos e ideológicos, y eso es lo que tiene que reagrupar a la gente de cara a la batalla que ha de darse en la Asamblea. Hay que conseguir la mayor cantidad de gente posible, incluso la posibilidad de crear una nueva mayoría, pero sobre contenidos. No se trata de dividirnos entre federaciones por un lado y partidos por otro. No. Tiene que ser una reagrupación en función de los contenidos, primero. En segundo lugar, esa comisión tiene que ir ganando peso e iniciativas políticas hasta convertirse realmente en una gestora en la dirección real de este proceso. No una gestora de IU sino del proceso de construcción de una Asamblea que recupere la identidad de IU como izquierda transformadora.

Y en tercer lugar, esa comisión no tiene que sintetizar los contenidos que le van a dar su auténtico contenido a la Asamblea. No. Tiene que dirigir este proceso a la Asamblea. Los contenidos hay que lanzarlos a la gente, a la base, darle la posibilidad a todo el mundo creando la mayoría desde abajo, de abajo arriba, la mayoría entre la gente, no entre los dirigentes y no en esa comisión. El tema de fondo es movilizar, sublevar a fondo a toda IU de cada una de las mayorías, que suponga la recuperación de IU como movimiento político y social. Como ha pasado en Italia para que nadie nos quite la posibilidad de una izquierda transformadora. Por lo tanto el debate no es Comisión sí o Comisión no. La comisión tiene que dirigir un proceso de transición.

M.O.: La voz general es devolver la palabra a la militancia para esta reconstrucción de IU, aunque hubo voces que expresaron el temor a que se impusiera el pacto de los barones. ¿Hay razones para temer? ¿Cómo se va a realizar este proceso de dar la palabra a las bases?
F.A.:
Yo no concibo que la solución a esto sea un pacto por arriba, que no se va a dar y que nadie lo intenta. Primero, desde el punto de vista de lo que representa el Partido. Pero en torno a contenidos tampoco se puede hacer un llamazarismo sin Llamazares. A esto hay que oponerse no sólo en la Comisión sino fuera de ella. Desde luego el Partido siempre ha estado con las bases y tiene que estar con ellas ahora lanzando la necesidad de una batalla ideológica y política por la recuperación del proyecto. Por lo tanto no creo que vaya a haber ninguna solución que se haga con pactos por arriba. Ahora, a través de borradores, debate, del análisis de lo que ha pasado y por qué ha pasado, hay que ir Asamblea por Asamblea y agrupación por agrupación del Partido, una por una, haciendo que la gente coja en sus manos el proyecto y se subleve contra esa posibilidad de que basta con una socialdemocracia o con una especie de sector de izquierdas del zapaterismo, que es como se ha funcionado hasta ahora. Por lo tanto yo no creo que nadie seriamente de los que intentamos construir una izquierda transformadora piense en un pacto por arriba de barones. Esto puede ser la voluntad de otros, de los que quieren construir el llamazarismo sin Llamazares, pero no es la voluntad del Partido Comunista.

M.O.: Este devolver la palabra a la militancia ¿es continuar con la línea abierta con la presentación de la candidatura de Marga Sanz?
F.A.:
Sin duda. Precisamente hubo tres federaciones que dijeron que realmente no había que hacer ninguna candidatura alternativa y que se trataría de mejorar algunos contenidos pero manteniendo a Gaspar y continuando por esa tónica de baja intensidad, de bajo voltaje. Pero en otras federaciones el Partido Comunista nos opusimos y creamos un alternativa, que no era sólo una alternativa personal sino una alternativa de contenidos políticos e ideológicos. Y en esa dirección hay que seguir caminando desde abajo, desde la misma base para conseguir esa síntesis, avanzando a través de los delegados y de las reuniones, en la movilización de la militancia hasta la Asamblea, que es la que tiene que hacer la síntesis.

M.O.: El Comité Federal aprobó la celebración de una Conferencia Política del Partido que la Permanente estimará poder celebrar con fecha de 28 de junio. ¿Cuál va a ser la finalidad de esta conferencia y cómo se va a trabajar en ella?
F.A.:
Antes de la Conferencia federal se organizarán conferencias territoriales. Se trata de analizar lo que pasó y ver qué hacer de cara al futuro. Tenemos ya dos casos muy parecidos: el de una IU federal dirigida por un núcleo mayoritario, que es lo que hemos criticado hasta ahora y que nos ha llevado a casi irnos por el desague, y el caso italiano, que se parece muchísimo a lo que ha pasado aquí y que consiste en una implicación en profundidad con toda la política de Prodi y con las instituciones, cayendo muchísimas veces en lo políticamente correcto, y con un complejo con respecto al propio pasado comunista y con respecto a la política de transformación. Y eso se ha pagado carísimo en las urnas, y no porque la gente en España o en Italia se haya ido a otras formaciones, sino porque ha habido una abstención consciente, activa muchas veces a través del voto en blanco. Y esto en el marco de otros que sin complejos entre hacerse bombero o estar en el conflicto han elegido estar en el conflicto huyendo de falsas estabilidades del sistema, como ha sucedido en Grecia, Portugal o Alemania. Esto hay que analizarlo con datos ya muy concretos y ver qué hacer de cara al futuro.

Creo que hay que ser conscientes de lo que queremos y apostar sin complejos por esta decisión. En Granada hay un teórico del marxismo muy importante, Juan Carlos Rodríguez que dice que la izquierda en España no puede convertirse en el parásito del elefante. El parásito del elefante es verdad que algunas veces puede ocasionar algunas pequeñas molestias, pero el parásito viaja con el elefante, sigue al elefante, hace su ruta desde dentro del elefante, desde dentro del sistema. Es lo que a veces se llama lo políticamente útil, lo políticamente correcto, el tener los pies en la tierra, el que no se puede volar con alas de cera porque si vuelas cerca del sol te derrites, es decir, una llamada a lo políticamente correcto, que nosotros no podemos atender. Habrá veces que se tendrán que pactar cosas porque ayuden a la gente, pero nunca entregando el perfil. Tenemos que ser la fuerza alternativa de izquierda transformadora, una gran alianza donde mucha gente se encuentra en un programa y lo hacen a través del método de la democracia republicana y participativa. Por tanto ¿qué hacer? con una fuerza anticapitalista con todas sus consecuencias. El modelo de acumulación y explotación es España es terrorífico, mayor que en otros sitios, y normalmente se basa en precarios y nómadas, el santo y seña del capitalismo.

La izquierda transformadora tiene que ser una fuerza anticapitalista y republica, no sólo porque haya que elegir al jefe del Estado, una fuerza que genere una democracia de verdad y participativa, y una fuerza federal y no como ha pasado ahora que en cada territorio se tenía un discurso diferente en función de pactos y de aparato. Y esa es la alternativa por la que muchos estamos dispuestos a seguir luchando.

M.O.: Y respecto a la Asamblea, hay quien postula por primar la urgencia y celebrarla antes de verano y quienes anteponen la necesidad de organizar las cosas bien, con tiempo, para que las bases tengan realmente oportunidad de participar
F.A.:
La Asamblea sería un puente para que en dos años definamos otra serie de cosas. Por ejemplo hay que convertir a IU no en un partido como actúa ahora, que ha llegado a competir incluso con otro partido y que ha llevado a ese núcleo mayoritario a la conclusión de que no era posible la coexistencia del Partido Comunista, y se había diseñado una IU sin el PCE. Hay que ir a una IU aligerando mucho su estructura convirtiéndola en un movimiento político y social donde todo el mundo quepa y se encuentre en el programa y no siembre contradicción con corrientes ni partidos. Eso necesita un periodo de debate de dos años para ir cristalizando las cosas de cara a una auténtica izquierda transformadora, programática y anticapitalista en España. Y tiene sitio. Lo que no tiene sitio, como se está demostrando, es la IU de los últimos años, o la izquierda italiana, convirtiéndose en una parte del sistema y consecuentemente entrando dentro de la lógica del bipartidismo, este bipartidismo que ha entrado ahora en Italia, imitando mucho a los modelos que se derivan de Norteamérica. Hay que salirse de ese sistema bipartidista y no entrar en él sobre la idea de que hay que apoyar al mal menor aunque nosotros nos difuminemos y seamos desplazados por la gente. Hay que poner las bases para un debate que va a durar un par de años de una izquierda unida como movimiento político social anticapitalista, federal y republicano.

M.O.: También se habló de la necesidad de cohesión del partido y de la necesidad de presentarnos a la Asamblea con una propuesta única. No es la primera vez que hablamos de la necesidad de cohesión. ¿Cuál es el método que se va a aplicar para conseguirla?
F.A.:
Será el método de la hegemonía política, es decir, crear convencimiento y unirnos en torno a los contenidos. Contenidos claros, que todo el mundo hable claro a ver si nos podemos cohesionar en torno a la idea de anticapitalismo, república, estado federal e IU como movimiento político y social sobre la base de un Partido Comunista fuerte, cada vez más fuerte para un proyecto de alianzas cada vez más fuerte.

La palabra disciplina, que tiene un contenido diferente cuando la utilizan los militares con un contenido de cohesión mecánica y administrativa, Realmente partía de una concepción de la hegemonía en sentido de Gramsci. La hegemonía es convencimiento y al convencerse creaban discípulos. De ahí viene la palabra, de la gente que aprendía una idea y la defendía. Entonces no se trata de crear discípulos sino de crear cohesión en base a una idea muy clara. Y una idea que hay que tener muy clara es que no se puede ir a un proceso serio de construcción de la izquierda transformadora sin superar todos los episodios de represión, empezando por Asturias y siguiendo por Extremadura y otros sitios, que se han dado y que están ganando los tribunales como el caso de Paco de Asís, que ha ganado y el tribunal ha dicho que ha sido injustamente destituido de sus derechos fundamentales. Por lo tanto hay que poner el cuentakilómetros a cero, no solo no vale esa táctica en la que se han intentado asfixiar al Partido Comunista sino que incluso se le reprimía y hay muchos más que expulsados, borrados, quitados de en medio, desaparecidos, y eso no es posible.

M.O.: ¿Qué opinas sobre la propuesta lanzada por Julio Anguita cuando hablaba de una Asamblea en dos partes con una renovación de la dirección, en la que él pasaba a trabajar por la reconstrucción desde la segunda fila e invitaba a otros dirigentes a que también lo hicieran?
F.A.:
En este proceso se va a producir una renovación que no depende de cuestiones formales sino que tiene que venir de abajo a arriba incorporando a mucha gente en función del debate, con independencia de su edad, de su condición y de su procedencia.

M.O.: La primera intervención del diputado de IU en el Parlamento fue para abstenerse en la primera sesión de investidura del presidente del gobierno, abstención repudiada por el PCE que optó por el voto negativo como única respuesta. No empezamos bien la nueva legislatura. ¿Crees que Llamazares puede representar a IU en el Congreso durante los próximos cuatro años?
F.A.:
En Andalucía ha habido una reflexión. Chaves presenta una propuesta con los peores parámetros de Europa, como un 44% de precariedad laboral. Si nosotros no tuviéramos alternativa tendríamos que abstenernos, que es lo que ha hecho Llamazares, que sicológicamente sigue un poco en el gobierno. Pero como nosotros sí tenemos propuesta alternativa, que es transformar el crecimiento en desarrollo y desde luego no aceptar este modelo de acumulación desigual del crecimiento, pues tenemos que votar que no. Por lo tanto ese voto de abstención corresponde a la concepción pasada de Izquierda Unida. Yo creo que en este proceso de renovación de año y medio o dos años, que viene de abajo arriba y que tiene que remover todos los cimiento,s también habrá que plantear el tema de si Llamazares es el más idóneo para representar en el Congreso a Izquierda Unida, estando inmerso Llamazares en este proceso de renovación. Cuando todo se renueve y se transforme y venga esa sublevación que vamos a intentar generar abajo, tendremos que analizar si él puede representar esa nueva voz. Yo creo que no, pero en fin eso hay que verlo con todo el mundo y ver lo que se puede hacer. Y luego además, a ver por quien lo sustituyes teniendo en cuenta la lista de Madrid. Pero eso ya vendrá posteriormente y ya lo analizaremos en su momento. En este proceso de abajo arriba de transformación, de regeneración, tiene que generar un proceso amplísimo de renovación. Renovación de contenidos, renovación muy concreta, no la que de mejor imagen, renovación en función de esta recuperación de debate ideológico y del perfil político anticapitalista, republicano y federal.