Sí, este año conmemoramos el nacimiento de uno de los sellos discográficos fundamentales en la historia de la música popular: Tamla Motown, asociado a la concreción del género soul. Con este motivo, el sello Universal, propietario de los derechos de Motown hoy en día, saca al mercado un triple CD con 50 canciones interpretadas por nombres o grupos míticos:
Diana Ross & The Supremes, Stevie Wonder, Lionel Richie, The Temptations, Marvin Gave, Michel Jackson y muchos más (tal y como reza en la publicidad insertada en los periódicos). La ocasión merece algunas notas.
El ‘soul’ (‘alma’ en inglés) es la viva expresión de la voz negra contra la segregación racial. La técnica vocal brota de los coros de sus iglesias. De ahí el desgarro emocional y la gran capacidad tonal de los vocalistas. Muchas canciones de amor se colaron en las listas de éxitos de los compradores blancos; pero también mensajes de denuncia. Sam Cooke graba ‘A change is gonna come’ (‘Va a venir un cambio’); Otis Redding registra ‘Respect’ (‘Respeto’), una llamada a considerar a los negros como seres humanos; Aretha Franklin se desgañita pidiendo libertad en ‘Freedom’; James Brown acuña la máxima ‘Say it loud, I’m black and I’m proud’ (‘Dilo alto, soy negro y estoy orgulloso’); Martha and the Vandellas dan la pauta con ‘Dancing in the streets’ (‘Bailando en las calles’), retocada en su estribillo como ‘Fighting in the streets’ para la protesta (‘Luchando en las calles’) etc.
Como focos irradiadores, dos casas discográfica: Tamla Motown, asentada en Detroit, ciudad norteña, y Stax-Atlantic, en pleno pulmón sureño, Memphis, la meca del country. El director de la Motown, Berry Gordy, contó con extraordinarios compositores: Smokey Robinson, Marvin Gave, Lamont Dosier, los hermanos Holland, etc. Luego del fichaje del Phil Spector, por los estudios de la Motown pasaron Martha and the Vandellas, The Supremes con Diana Ross, The Temptations, Stevie Wonder, The Jackson Five con el más joven de los hermanos, Michel Jackson, y tantos otros.
Eran años muy convulsos, años de lucha contra la discriminación racial liderada por Martin Luther King y Malcom X, y que acaba a finales de los sesenta con acontecimientos luctuosos: Luther King y Bob Kennedy son asesinados en 1968, fecha en la que su trabajo logra sus frutos: reconocimiento oficial por los Estados del Sur de la plena ciudadanía de los negros americanos.
Hoy, el legado de todos los grandes del ‘soul’ tiene su reflejo en los dos últimos grandes bombazos de la música inglesa: Amy Winehouse y Duffy. Esto, por no mencionar la cantera inacabable de cantantes negras estadounidenses (leáse, digamos, Beyoncé o Rianha; el caso de Alicia Keys es diferente) con voces ‘soul’, letras insulsas y cuerpos espectaculares.
Mayte Martín, Katia & Marielle Labèque
‘De fuego y agua’ (KML Recordings)
Cómo explicar la inconmensurable belleza de esta obra, la magia en la voz de Mayte escoltada por dos pianos majestuosos, tocados por la hermanas Labèque, y el impagable trabajo realizado por el maestro Joan Albert Amargós en la dirección artística. Un recorrido por la música y la poesía españolas, por los versos de Federico, la inspiración de Paco de Lucía, Joaquín Rodrigo, Enrique Granados, Manuel de Falla, y el pellizco de José Luis Montón, Juan Valderrama y Carlos Gardel. Un disco de esos que ya no se hacen, cocido a fuego lento para degustar cada segundo, cada compás, cada verso. Un particular siempre ha admirado a Mayte Martín y al maestro Amargós. Con este disco, añado a Katia y Marielle Labéque. Imprescindible.
Lila Downs
‘Ojo de culebra’ (EMI)
Por las venas de Lila Downs corre sangre mexicana y sangre sureña estadounidense. Los dos lados del río Grande con toda su riqueza cultural. Canta en español mexicano e inglés. Y, si bien, sus trabajos anteriores no me acabaron de gustar, éste sí puedo decir que es de una elaboración exquisita. Colaboraciones: La Mari de Chambao, Ixaya Mazatzin de Café Tacuba, Mercedes Sosa, Enrique Bunbury, Raul Midón, Gilberto Gutierrez de Mono Blanco, con el potente sonido de la NYC Band. El folklore de su tierra madre, el bolero, el blues, el ska, el rock sureño… para textos de fuerte contenido reivindicativo. Otro disco imprescindible, y van dos este mes.
Bassekou Kouyate & Ngoni ba
‘Segu blue’ (Resistencia)
Primero, he de disculparme. Este disco hace ya tiempo que se editó, pero es ahora -preparando un reportaje especial sobre la música de Mali- que he accedido a su contenido. La bofetada ha sido mayúscula: una obra así debe estar en estas páginas por la preciosidad del toque de Bassekou Kouyate con su cuarteto tocando un instrumento de cuerda tradicional llamado Ngoni. Más las voces tribales y los acompañamientos de percusión. En el interior del disco viene todo muy bien explicado. Pero para los que no se atrevan, les diré que las raíces del blues y del gospel quedan perfectamente retratadas en sus canciones, con la enjundia del canto negro africano. Otro disco imprescindible, y van tres. Tres grandes regalos para los amantes de la música.