El tsunami financiero que ha tenido a Estados Unidos como epicentro afecta a todo el sistema financiero mundial y se ha convertido en la peor crisis de este siglo. La crisis no es sólo económica y financiera sino que afecta a la situación general por la que se orientan las sociedades industriales, ideológica y moralmente, desembocando en un peligro para la paz mundial y la coexistencia pacífica de los pueblos y los estados. La crisis energética, alimentaria y de consumo es una consecuencia de lo mismo.
La presente crisis es el resultado del capitalismo estilo casino basado en la interrelación entre la estructura del mercado de trabajo y la del mercado financiero. Durante 30 años el mercado global financiero se ha liberado de todo control político, llevando a las sucesivas crisis, en particular las asiáticas de 1997/1998. Hoy se puede afirmar que ha muerto la pretensión neoliberal de maximizar beneficios gracias a la globalización de los beneficios a través de los sistemas financieros de forma ilimitada sin ningún tipo de control estatal y democrático. Han fracasado igualmente las políticas de austeridad así como la adaptación del modelo social europeo a las nuevas condiciones de la globalización neoliberal con el fin de sobrevivir. Cuando se ha considerado necesario se ha reunido dinero. No estaba disponible para combatir la pobreza ni para reforzar el Estado del Bienestar, la seguridad social, la salud o la educación, pero si que se ha encontrado para salvar el capital financiero, sus empresarios y administradores. Al final la política, el Estado y toda la sociedad han estado sometidos al mercado financiero. El resultado es evidente: ausencia de democracia y el desmantelamiento del Estado del Bienestar.
La Izquierda Europea se reafirma en considerar la precariedad y los bajos salarios consecuencia de las políticas deflacionarias aplicadas por los gobiernos de los países más desarrollados, que han minado el sistema financiero y crediticio internacional. Este proceso mina así mismo los cimientos de la actual corriente globalizadota basada en la desregulación y la privatización que en foros como el FMI, el BM o la OMC se han impuesto a todas las economías hasta el momento presente. Sostenemos que la UE, sus gobiernos e instituciones comparten responsabilidad por la actual crisis a causa de la aplicación de esas políticas congruentes con las de Estados Unidos y adoptadas a presión en las bolsas de Londres y París. Los Tratados de la UE, incluyendo el de Lisboa demuestran este enfoque neoliberal.
La Izquierda Europea exige una Europa democrática y social. Los principios de la UE contenidos en el Tratado de Maastricht y Ámsterdam basados en la visión neoliberal sobre la libertad de mercados y de movimientos del capital han fallado. Este proceso no ha sido lineal ni armónico puesto que la centralización del capital ha dividido el continente europeo en áreas estratégicas y periféricas. La filosofía existente tras Maastricht y expresada por el eje franco-alemán ha mostrado su ineficacia. Este marco de referencia ha de discutirse y sus parámetros han de cambiarse desde el compromiso monetario hacia el compromiso social. De ahí que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha de ser cambiado a otro de Solidaridad centrado en el pleno empleo y con criterios sociales y ecológicos. Ha de ponerse un nuevo modelo de desarrollo basado en la demanda interna, el control financiero y la cualificación como el único para salir de la crisis. Por ello es necesario trabajar por los nuevos principios que permitan crear empleo y un sistema de bienestar y respeto medioambiental.
Ello exige la puesta en marcha de una inmediata acción política a medio y largo plazo que ponga en pie la economía.
1. Esta crisis exige una respuesta coordinada internacionalmente y a nivel europeo.
2. Es necesario dinamizar la demanda interna y fortalecer la economía real, por ello proponemos actualizar el poder adquisitivo de los trabajadores aumentando los salarios y las pensiones para estimular la producción y posibilitar que los ahorros de la gente estén protegidos.
3. Los fondos públicos dados al sistema bancario han de estar sometidos al control público a favor de otro desarrollo social y económico. Son prioridades relanzar la economía y el empleo.
4. Con el fin de recuperar el control político de la política monetaria de la UE el Parlamento Europeo y los de los países europeos han de cooperar. El Estatuto del BCE ha de cambiarse y ser sometido al control público y democrático en sintonía con los criterios de crecimiento y empleo en lugar de los monetarios.
5. El Pacto de Estabilidad ha de abolirse y en su lugar poner uno a favor del crecimiento, el pleno empleo, la protección social y medioambiental.
6. En los próximos meses Europa ha de establecer un sistema de supervisión y regulación que redefina la admisión de nuevos productos financieros, el establecimiento de límites para el crecimiento exponencial del valor de los productos financieros, la transparencia de las operaciones, y la contabilidad de sus responsables así como limitar las retribuciones de los managers y directivos.
7. Los movimientos del capital, en concreto los beneficios que no están relacionados con las inversiones directas y el comercio han de estar sujetos a control.
Todas estas medidas se justifican por la urgencia y la transparencia. Sin embargo Europa necesita un plan a medio y largo plazo con la finalidad de reestructurar su sistema económico y financiero y que esté basado en una política económica de ámbito europeo.
1. La defensa del poder de compra de los salarios y la protección de los ahorros de las familias más pobres son la primera condición para un relanzamiento de la economía.
2. La Izquierda exige un salario mínimo europeo así como un ingreso mínimo vital para todos los ciudadanos, ajustado al poder de compra de los distintos países.
3. Europa ha de limitar drásticamente la financiarización de la economía e implantar impuestos a las transacciones financieras. Sin embargo al mismo tiempo Europa ha de fomentar líneas de crédito para estimular la inversión productiva, sobre todo con las pequeñas y medias empresas. Deben hacerse esfuerzos desde los países de Europa para desalentar la especulación financiera.
4. La UE debe revisar su política presupuestaria. La Izquierda Europea exige que en 2010 se revise el presupuesto europeo sobre la base de los siguientes criterios:
a. Los recursos financieros para que el presupuesto de la UE aumenten al 2% del PIB obtenido de impuestos a las transacciones financieras.
b. Se acelere el proceso de reducción del presupuesto de la PAC con políticas de compensación parcial para ayudas al desarrollo rural y al protección a la naturaleza.
c. Los ahorros obtenidos con estas dos medidas han de dirigirse a tres ámbitos: las obligaciones de la UE con los compromisos de la ONU para luchar contra la pobreza y el cambio climático; el relanzamiento de programas europeos para crear empleo, sobre todo cualificado en los servicios públicos (transporte, educación y salud).
5. La UE ha de coordinar sus actividades con la finalidad de restablecer un sistema internacional monetario y de intercambio y llevar a cabo la propuesta de introducir una moneda internacional, independiente de las nacionales y que reemplace el sistema del dólar.