En las elecciones legislativas y municipales de El Salvador, la derecha se ha recuperado después de perder las presidenciales hace tres años. La Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el partido fundado por el mayor Roberto D’Aubuisson, comandante de los escuadrones de la muerte, sube de 32 a 33 diputados en el Parlamento, mantiene la alcaldía de San Salvador y aumenta considerablemente su poder municipal en casi todo el país. El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el partido de lo que fue la guerrilla salvadoreña, baja de 35 a 31 diputados y pierde alcaldes en poblaciones que consideraba seguras. La Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), disidencia de ARENA, con 11 diputados y 15 alcaldías, es el tercer partido más votado. En la nueva Asamblea Nacional (con otros 8 diputados de tres pequeños grupos) serán necesarias complicadas negociaciones para conseguir mayorías decisivas.
Es más lo que pierde el FMLN que lo que gana ARENA. En comparación con las presidenciales del 2009, la izquierda pierde 140.000 votos y ARENA sólo gana 15.000. Aunque ARENA se impone en ciudades importantes, pierde más alcaldías (5) que el FMLN (3).
En las presidenciales, el FMLN sumó a su voto militante el apoyo a Mauricio Funes, un periodista con mucho prestigio. Pero el actual presidente no tiene el mismo programa político que el FMLN y ha marginado a la izquierda del manejo de la seguridad (delegada en militares retirados) y la economía. Sin tener toda la responsabilidad del gobierno, el FMLN padece ahora el desgaste de la gestión institucional. Su dirección anuncia un “reacomodo” para analizar las causas del retroceso y ganan espacio las críticas que reclaman renovación, más democracia interna y mejores relaciones con los movimientos sociales.
El alcalde de San Salvador, Norman Quijano, puede ser el aspirante de ARENA para las presidenciales del 2014 aunque los disidentes de GANA proponen al ex/presidente Antonio Saca (expulsado de ARENA) como candidato de toda la derecha para derrotar al FMLN. La izquierda no ha decidido todavía a quien va a proponer: tiene que decidir si repite la experiencia de un no afiliado que atraiga más votos pero con el mismo riesgo de ver bloqueado su programa de transformaciones en profundidad o si compite con un candidato del FMLN después de reconsiderar su política.