La reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP, supone para el conjunto de las trabajadoras vascas/os un retroceso sin precedentes en derechos y en condiciones laborales históricas, conseguidas a lo largo de décadas de lucha y confrontación de clase. Esta reforma cuestiona absolutamente todo lo que consideramos intocable (salario, convenios, despidos, flexibilidad, etc.), otorgando todo el poder a los empresarios, posibilitando el despido sin control ni limitaciones, el descuelgue salarial y la modificación permanente y a la baja de las condiciones de trabajo.
Para poder hacer frente a esta brutal agresión y teniendo en cuenta que no será la única, si no lo evitamos, es más necesario que nunca la organización y la unidad de las trabajadoras/es. Poder hacer realidad este pensamiento y transformarlo en acción, implica la realización de un trabajo por abajo, convocando asambleas por empresas y sectores, creando un proceso de acumulación de fuerzas y de despertar de conciencias dormidas o atrapadas por el pensamiento único, la ideología dominante y la resignación, que necesariamente tendría que haber finalizado con la convocatoria de una HG unitaria.
Un proceso como el descrito es el deseable y por el que los militantes comunistas estamos peleando a diario. Pero estamos en Euskadi y Navarra y aquí el fomento de la división sindical forma parte de la actividad cotidiana de algunos sindicatos de carácter nacionalista que se consideran los únicos depositarios de los intereses de las trabajadoras/es vascas, sin entender que la clase trabajadora vasca y navarra es una clase plural y transversal, donde el discurso identitario está presente, pero que en momentos como el actual y para organizar con garantías la respuesta a la enorme agresión que estamos sufriendo y poder crear un gran movimiento de masas critico y dispuesto a confrontar contra el sistema, lo que debe prevalecer es la respuesta organizada y unitaria como clase, frente a una burguesía que no entiende de patrias, sino de beneficios, privilegios y dominación.
En un primer momento, no fue posible una convocatoria unitaria, a pesar del emplazamiento hecho por CCOO de Euskadi a las centrales sindicales nacionalistas y se convocó la huelga sin contar con el sindicalismo confederal (CCOO y UGT), convocatoria que ahondaba en la inútil división sindical y que dividía a los trabajadoras/es vascos y navarros y a los sindicatos que los representan.
Afortunadamente, sólo desde la prevalencia únicamente de los intereses de clase por parte del sindicalismo confederal, ha sido posible una convocatoria de HG que aunque no es unitaria, sí que coincide en el día y como no, en los objetivos que no son otros que derrotar a los que nos quieren imponer un modelo de desarrollo donde los trabajadores/as nos convirtamos en un apéndice más de un sistema injusto y explotador de los seres humanos.
Ahora, después de esta constatación nos queda a los comunistas la enorme tarea de trabajar por la superación de esta división sindical, que es un obstáculo para el avance de las ideas emancipatorias y superadoras del capitalismo.
Miembro de las Direcciones del PCE-EPK y de CCOO-Euskadi