Cordobés de 1958 y afincado con su mujer y su hija en Benalmádena (Málaga), José Luis Centella Pérez aúna su cargo de secretario general del PCE con el de secretario de Acción Política de la Comisión Ejecutiva Federal de IU y con el de portavoz del grupo parlamentario de la Izquierda Plural, formado con once diputados tras las últimas elecciones generales de noviembre de 2011

Ingresó en el PCE en mayo de 1975, un año de fuertes movilizaciones populares y estudiantiles contra la dictadura, unos meses antes del fallecimiento del general Franco, y es el quinto secretario general del PCE desde la transición política y la conquista de las libertades democráticas, tras haberlo sido Santiago Carrillo (1960 – 1982), Gerardo Iglesias (1982 – 1988), Julio Anguita (1988 – 1998) y Francisco Frutos (1998- 2009), al que sucedió hace ahora tres años. Hasta ese momento y desde 2002, había sido el máximo responsable del Partido Comunista de Andalucía, la mayor federación del PCE, que, anteriormente, había liderado Felipe Alcaraz (Granada, 1943), un dirigente comunista con una interesante producción literaria y autor de varios libros de poesía y seis novelas.

José Luis Centella ha combinado siempre su participación en manifestaciones y acciones de protesta en la calle, al lado de los movimientos sociales que han surgido en España en los últimos años, con su labor institucional, de la que posee una dilatada experiencia, tanto en el ámbito municipal como en el parlamentario. En 1987 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Benalmádena (Málaga) y diputado provincial. Y, después, en 1993, obtuvo un escaño en el Congreso de los Diputados, que revalidó en las dos legislaturas siguientes, de 1996 y 2000, período durante el cual planteó en la cámara baja importantes iniciativas. Entre otras, las dirigidas a fiscalizar las cuentas del Ayuntamiento de Marbella, presidido por el esperpéntico Jesús Gil, uno de los exponentes máximos de la corrupción urbanística municipal, aclarar las cuentas de la “Expo 92”, las subvenciones al cultivo del lino y las irregularidades en la privatización y quiebra de la empresa textil “Interlhorce”.

Maestro de profesión, José Luis Centella, es un hombre discreto, que huye del protagonismo y tan firme en sus convicciones como sereno y tranquilo, que raramente pierde la calma, una cualidad que ha sabido transmitir al PCE, sacudido en la década de los ochenta, sobre todo, por graves crisis internas que restaron fuerza a la formación que había sido el principal motor de la lucha contra la dictadura. Pero, al mismo tiempo, es un luchador que se rebela con fuerza y no baja la guardia ante el ataque en profundidad que el capitalismo está lanzando contra los derechos sociales de las capas más desfavorecidas de la sociedad.

Vive a caballo entre Andalucía y Madrid y, metido hasta el tuétano en la lucha a pie de calle, pasa de su corazón a sus asuntos, que no son otros que los de quienes conforman lo que Antonio Gramsci llamó “la clase subalterna”. Con él “Crónica Popular” ha mantenido una larga conversación en su despacho del grupo parlamentario de IU, en la que desgrana los principales elementos que caracterizan a la situación política española, sometida a una ofensiva de recortes y desmantelamiento del estado del bienestar, en la que el Gobierno del PP ha incidido aún más y de manera muy grave, en la senda de las recetas neoliberales iniciada por el ejecutivo del socialdemócrata Rodríguez Zapatero…

Y, como no rehúye cuestión alguna, concluimos la entrevista con un tema que saltó a las páginas de los periódicos cuando ya estaban prácticamente escritas todas sus otras declaraciones: el supuesto “nepotismo” en algunos de los nombramientos en las consejerías de IU en la Junta de Andalucía. Entre otros el de su hermano Enrique Centella, nuevo director de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional, y Amanda Meyer, hija del eurodiputado Willy Meyer…

Es realmente grave que la difamación pueda encontrar eco, incluso entre personas cercanas. La realidad es muy simple. Entre los diversos nombramientos que la Junta ha realizado, nombramientos políticos, por supuesto, se encuentran los de dos militantes de Izquierda Unida y del Partido Comunista que han sido nombrados en función de sus méritos, y no de su parentesco. Amanda es, actualmente, miembro de la máxima dirección federal de IU, habiendo llevado la defensa de la Asociación Pilar Manjón en el Juicio del 11-M. Y Enrique ha sido concejal de Córdoba y fue número dos en la candidatura que en la VII Asamblea Federal encabezó Enrique Santiago, además de llevar años trabajando en temas de cooperación internacional. En ninguno de estos casos se dijo que ocupaban estas responsabilidades en función de su parentesco. ¿Por qué se dice ahora? Simplemente, porque ahora interesa difamar a IU, y todo vale. Lo triste es que algunos compañeros, sin preguntar, les hagan el juego. Pero, en este caso como en otros, el tiempo pone las cosas en su sitio y quienes tratan de difamar tendrán que reconocer el buen trabajo de ambos camaradas, porque ambos, como otros camaradas y compañeros, llegan a los puestos de responsabilidad institucional con una larga trayectoria y amplia experiencia en el trabajo político e institucional.

Tras las últimas elecciones generales y el significativo ascenso de los votos de IU, los militantes de la coalición en Extremadura, Andalucía y Asturias mantuvieron distintas posiciones en torno a la posibilidad real de formar gobierno con el PSOE en estas comunidades autónomas. ¿A qué responde que los militantes de IU dieran respuestas diferentes a una misma cuestión como era la integración en un gobierno con los socialistas?

Hay una cuestión de fondo. Y es que en IU deciden sus militantes y, por tanto, a partir de ese principio, los militantes de IU han decidido tres cosas diferentes en tres diferentes comunidades autónomas. Este es un principio que hay que poner en valor: en IU no hay un señor que decide desde un despacho sino que hay que contar con el voto de la militancia. A partir de ahí, y hago una valoración muy personal, estamos hablando de realidades muy diferentes. Para empezar, cuando se toma la decisión en Extremadura hay un Gobierno central del PSOE, un Gobierno que había roto con sus compromisos y que se situaba en la lógica que marcaba claramente el dúo Merkel y Sarkozy de imponer recortes. En segundo lugar, cuando se celebran las elecciones autonómicas en Andalucía y en Asturias, ha habido ya elecciones generales y hay ya un Gobierno del PP que ya había enseñado la patita, que ya había anunciado por dónde iba a ir, aunque todavía no había aprobado las grandes y graves medidas que aprobó después. Por esa razón, cuando nos sentamos por primera vez con el PSOE andaluz para tratar la posibilidad de un acuerdo, le dijimos a la delegación socialista que si el PSOE hubiera seguido gobernando en Madrid, ni nos sentábamos con ellos en Andalucía. El único marco posible para alcanzar un acuerdo era partir de que ya había un Gobierno en Madrid del PP y de que teníamos que frenar los recortes impuestos por el Partido Popular. Es decir, si en Andalucía la decisión se hubiese tomado antes de las elecciones generales, la decisión hubiera sido otra. Esto explicando un poco por qué IU va tomando decisiones distintas en diferentes comunidades autónomas.

En Andalucía los referéndums de las bases valoraron positivamente el Acuerdo que IU había alcanzado con el PSOE mientras que en Asturias se plantaron y dijeron no…

En Andalucía, las bases decidieron que era mejor gestionar el acuerdo con el PSOE con arreglo a un acuerdo interesante en el que hay elementos positivos. Entre ellos, una ley de Renta Básica, medidas para la creación de empleo así como la constitución de una comisión parlamentaria para estudiar la creación de una banca pública. Porque, es la primera vez que en sede parlamentaria se va a crear un grupo de trabajo con grupos sociales para impulsar una banca pública. Y en Asturias, los compañeros decidieron que lo mejor, dentro de la misma política, era no gobernar con el PSOE. Para mí lo fundamental es que, primero, IU hace lo que decidan las bases y, segundo, que hay un antes y un después de las elecciones generales del 20N, con un PP ya claramente situado no ya solamente en la lógica de los recortes sino en la lógica de un verdadero cambio retroceso en este país que nos puede hacer volver a la situación de varios años atrás.

Se dijo que usted, que encabezó la Comisión negociadora con el PSOE en Andalucía, inicialmente era contrario a que IU formara parte del Gobierno autonómico con los socialistas ¿Es así?

Yo coordiné, más que encabecé, la comisión negociadora y, efectivamente, mis planteamientos fueron públicos entonces y puedo referirme a ellos. Yo tenía muchas reticencias a entrar en un Gobierno con el PSOE y, en las dos semanas que duró la negociación, yo escuché más que hablé. Sin embargo, tengo que reconocer que fue la gente de la base la que me fue empujando a aceptar que IU formara parte del Gobierno andaluz. Porque es verdad que en Andalucía había un empuje muy amplio en el sentido de que lo mejor era entrar en el Gobierno autonómico. Mi papel fue alcanzar el acuerdo político; el acuerdo de gobierno lo hicieron las bases.

Con un 27% de consejerías IU solo gestiona el 4% del presupuesto de la Junta de Andalucía… Además, su participación en el Gobierno podría hacer aparecer a IU como corresponsable de los recortes más graves que se podrían aplicar en los últimos años en Andalucía. De verdad, y a pesar de esos dos elementos negativos ¿Resultaba de interés para IU formar parte del Gobierno andaluz con el PSOE?

Hay un tema sobre el que yo asumo mi responsabilidad y es el siguiente: nosotros no negociamos un gobierno al peso, sino en función de lo que iba a gestionar. Hay otros parámetros para medir el interés en formar parte de un gobierno; por ejemplo, que nuestras consejerías gestionan el 28% del PIB andaluz, el turismo, el comercio y fomento. Sin embargo, no se trata de medir lo que puedas gastar, porque, en Andalucía la mayor parte del presupuesto se destina al pago de los funcionarios, a los médicos, a los enfermeros, a los maestros. Nosotros hicimos una apuesta por un Gobierno político que tenía varios elementos. En primer lugar, un elemento político como es la vicepresidencia de la Junta, con fuerte contenido y proyección municipal, a la que damos mucha importancia porque IU es una coalición municipalista. Es decir, valoramos la importancia de la vicepresidencia porque lleva aparejada las relaciones con los ayuntamientos y la política municipal, más la cooperación internacional y la participación ciudadana. En segundo lugar, puesto que en Andalucía hay dos sectores productivos importantes, la agricultura y el turismo, nos decidimos por la consejería de turismo porque entendemos que en este área hay más margen de maniobra, y por una consejería inversora como es la de Fomento, aunque ésta sea mínima. Este es el esquema. No negociamos un gobierno al peso, no nos fijamos en cuánto podía gastar, sino que, fundamentalmente combinar el elemento político de la vicepresidencia con la dirección de un sector económico importante como es el turismo…Salvando las distancias, siempre se ha dicho que ser consejero de turismo en Andalucía es como ser ministro del petróleo en un país petrolero, porque el turismo es la riqueza de Andalucía. Sin embargo, la gente no nos va a juzgar porque lo hagamos bien o mal en estas consejerías sino por el apoyo global al Gobierno en su conjunto más que por partes.

La realidad es que el decreto que establecía los recortes ha sido frenado, gracias a la presión de IU…

Hasta el momento, IU no ha firmado ningún recorte. El decreto que tenía que dar traslado a los recortes aprobados por el Gobierno de Madrid se ha paralizado. Se está negociando con los sindicatos y a día de hoy todavía no hay recortes en Andalucía. Esto, para empezar, ha sido un logro de IU. Espero que cuando el Gobierno andaluz saque adelante el decreto que le viene impuesto desde Madrid, sea un decreto que contenga, al menos, tres elementos: un decreto que evidencie que la crisis no la van a pagar los más débiles, sino que la paguen quien más tiene, que afecte a los sueldos altos, de forma que los trabajadores con menores sueldos y los interinos no puedan ser tocados.. Hemos planteado que haya una bajada de los sueldos altos para que nadie gane más que el presidente de la Junta. Segundo, tiene que quedar claro que los recortes los impone el Gobierno central. Porque con esto no se habla con claridad. No es que la Junta de Andalucía recorte; es que a la Junta le van a llegar 2.700 millones de euros menos que no le manda el Gobierno de Madrid, que es quien establece fundamentalmente la política impositiva y quien recauda. Por eso, tiene que quedar claro que la Junta no está de acuerdo con los recortes, que no asume ningún recorte como propio y que de lo que se trata es de que Hacienda envía 2.700 millones menos a Andalucía. Y tercero, tiene que quedar claro que tiene que haber una apuesta por lo que es un cambio del modelo fiscal…

En la línea que usted apunta sobre la propuesta de un nuevo modelo fiscal, ¿No sería posible evitar recortes poniendo en marcha una política fiscal mucho más progresiva que la que todavía está vigente actualmente en Andalucía?

Andalucía tiene una capacidad fiscal muy limitada. Pero sí pensamos que tiene que haber una política fiscal diferente. Hay que poner en marcha una fiscalidad ecológica y hay que subir los impuestos directos, aumentando los tramos altos del IRPF para que quienes tienen sueldos más altos paguen más. Todo eso tiene que estar contemplado en los presupuestos. El problema reside en que los resultados de esa reforma fiscal no se verán hasta dentro de un año y medio; cualquier medida fiscal que se apruebe ahora, por ejemplo la subida del IRPF, no llegará a la Junta de Andalucía hasta el 2013. Sin embargo, hay que hacer esa reforma fiscal. Porque se tiene que demostrar que la Junta puede hacer una política de ingresos diferente a la del Gobierno del PP. Si eso se consigue se mostrará que hay una diferencia entre el Gobierno de Andalucía y el Gobierno del resto de España. Si no la hay, yo personalmente manifestaré que nosotros no pintamos nada en un Gobierno que no marca diferencias con otros. Si las hay habrá que valorarlas como positivas. Evidentemente, el tiempo es complicado. Pero hay que marcar una diferencia claramente, sabiendo, además, que, en estos momentos, en el PSOE existen muchas contradicciones y que nosotros no podemos ser los defensores de ninguna de sus posiciones.

En cualquier caso, y a pesar de esa paralización del decreto de recortes, han surgido en el interior de IU de Andalucía voces críticas y discrepantes, posiciones de peso que están pidiendo la salida de IU de la Junta de Andalucía. ¿Se ha valorado en estos momentos esa posibilidad?

En Andalucía ha habido, recientemente, dos reuniones importantes. Una de la Ejecutiva de IU y otra de la Comisión Ejecutiva del PC de Andalucía. En las dos, se expresaron opiniones muy críticas. Hubo una gran crítica y un gran debate, en el que se planteó que IU no podía aceptar convalidar el decreto, en el que se dijo que IU no podía dar por bueno elementos que todo el mundo daba por hechos. No obstante, creo que ha habido una gran confusión y que hay gente que se ha precipitado. No estando todavía aprobado el decreto, no se puede criticar algo que no existe. Entonces, lo que ahora hay que construir es la postura de IU. Plantear la salida de un gobierno que todavía no ha hecho nada es precipitado.

Es verdad que dije, creo que fue en el Comité del PCA, que los consejeros que entraban en el Gobierno andaluz no deshicieran las maletas, que las tuvieran hechas, porque igual que se entra en un Gobierno se sale…Y es mejor tenerlas hechas por si se tiene que salir pronto, en cualquier momento. Tengo confianza en que este decreto sobre el traslado a Andalucía de los recortes impuestos por el Gobierno del PP se va a resolver bien. Pero, para mí, la vara de medir que va a demostrar si IU puede estar o no estar en el Gobierno andaluz, si nos conviene o no continuar en la Junta de Andalucía, van a ser los Presupuestos del 2013. Por eso mi postura inicial, y como es pública puedo referirme a ella, era que no debíamos haber entrado en el gobierno hasta no conocer los presupuestos del 2013. Yo quería ver primero esos presupuestos para saber si IU pinta algo o no pinta nada en el Gobierno andaluz. Pero la mayoría de los compañeros optaron por entrar sin esperar a ese momento. Salirse ahora sería precipitado, sería una frustración. Pero continuar si los presupuestos para el próximo año no permiten llevar a cabo el programa de Gobierno suscrito con el PSOE y a partir de ahí valorar si somos útiles o no lo somos con nuestra participación en el Gobierno. Si no somos útiles, a IU no se le ha perdido nada en el Gobierno andaluz, porque, en cualquier caso, los consejeros de IU, empezando por Diego Valderas, tienen claro que nuestro paso por el Gobierno andaluz es un paso coyuntural.

Hay una cuestión que está planeando sobre el Gobierno de Andalucía, los procesos judiciales sobre la concesión de los ERE. ¿Cuál es la posición de IU, formando parte ya de la Junta andaluza, respecto a este turbio asunto?

La posición de IU sobre esta cuestión es la misma que tenía antes de formar parte del gobierno andaluz. Nosotros decidimos que la creación de una comisión de investigación sobre los ERE no entraba a negociarse en el acuerdo de gobierno. Su creación fue la primera iniciativa que presentó IU antes de que se disolviese la cámara autonómica para la convocatoria de elecciones. Ahora, se va a discutir en el primer pleno del nuevo parlamento andaluz e IU va a estar a la cabeza de la petición de que se cree esta comisión y va a estar en ella sin que se le trace ninguna línea roja. No es que lo diga Diego Valderas o lo diga yo. Es una cuestión fundamental. La Comisión de investigación de los ERE tiene que ir hasta el fondo del asunto. IU no tiene ningún acuerdo con el Gobierno andaluz para que sea de otro modo. IU sólo tiene un acuerdo con la verdad. Por eso yo tengo total tranquilidad, estemos o no estemos en el Gobierno. Esa comisión tiene que marcar un antes y un después en la Junta de Andalucía, un antes y un después en la administración de los fondos públicos.

Al mismo tiempo, parece claro que el PP está utilizando la corrupción en la concesión de los ERE para acabar con ellos…

La Comisión de investigación de los ERE no puede ser una comisión que le haga al PP el trabajo sucio, acabando con un instrumento como los ERE que no son un mal instrumento. Es positivo que haya dinero público para los trabajadores que, cuando las empresas entran en crisis, se quedan en el paro y no tienen edad para jubilarse. Faltaría más que no fuera así, además, en unos momentos en los que se están aportando cuantiosos fondos públicos para la banca… Lo que sucede es que, al no haber control suficiente, hubo cuatro sinvergüenzas que se aprovecharon y se quedaron con dinero público, algo que tiene que tener más castigo que otro tipo de delitos, porque quienes lo hicieron robaron el dinero que estaba destinado a los propios trabajadores. Nosotros defendemos los ERE y pediremos su mantenimiento, mientras que el PP quiere ensuciar todo lo que hay para justificar la reforma laboral y el despido y tente tieso. Pero, desde luego, hay que delimitar bien quiénes son los sinvergüenzas que se aprovecharon de este instrumento positivo para los trabajadores en paro….

IU ha pedido muchas veces que se reduzcan los sueldos de los altos cargos y se supriman privilegios que subsisten en la esfera de la Administración pública de Andalucía

Efectivamente, hay que hacer una reducción de los sueldos de los altos cargos y de los representantes de los ciudadanos y, sin demagogia, pero hay que acabar con todos los privilegios aprobados por los Gobiernos del PSOE. Entre ellos uno que nosotros le hemos puesto nombre, la llamada “cesantía”, en virtud de la cual los diputados que pierden el escaño reciben una retribución. Eso está bien para el diputado que concluya su mandato y no encuentre trabajo. Pero no para aquellos que son funcionarios y que continúen en la administración cuando dejen el escaño. Hemos defendido siempre la percepción del paro para los políticos. No es lógico que quien desempeña durante años el puesto de concejal o de diputado luego, al terminar su mandato, no tenga derecho al paro. Pero lo que rechazamos es que tenga que haber un sueldo para un diputado que es funcionario y que puede reintegrarse a su puesto en la administración. En Andalucía, un diputado que es funcionario puede estar un año sin trabajar porque te paga el Parlamento. Eso hay que suprimirlo. Yo soy maestro y no tengo por qué recibir ninguna retribución cuando deje de ser diputado, porque, cuando esto ocurra, seguiré trabajando como maestro, cobrando lo mismo que cobre otros maestros de mi escuela. Porque tampoco se puede admitir que cuando un diputado regresa a su puesto de funcionario tenga que percibir un sueldo de superior categoría que la que tenía antes de ser elegido. Estoy convencido de que acabar con estos privilegios justificaría la presencia de IU en el Gobierno autonómico; pero si no se pudiera hacer está claro que no pintamos nada en la Junta de Andalucía.

En el Acuerdo de Gobierno suscrito entre IU y el PSOE para la formación del gobierno andaluz, hay un punto muy concreto que se establece por primera vez en un programa de esta naturaleza: el derecho de acceso a los medios de comunicación social dependientes del Estado, un derecho reconocido en el artículo 20.3 de la Constitución de 1978, cuando dice que “la ley garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos”, una cuestión, además, que hasta ahora nunca se ha puesto en práctica…

Efectivamente, es así. Yo diría a mucha gente que se lea el Acuerdo, porque, a pesar de las críticas que ha recibido, es un acuerdo muy interesante. Entre otros puntos, en el terreno concreto de los medios de comunicación públicos, con la referencia expresa al derecho de acceso de los grupos sociales. Es muy importante y si se aplica empezarán a cambiar lo que son los medios de comunicación públicos en Andalucía, hasta ahora una losa. Después de treinta años, el PSOE ha convertido Canal Sur en un monstruo, una empresa mastodóntica y una maquinaria en la que la presión política impide que, a veces, los grandes profesionales que trabajan en ella puedan ejercer su labor. Hay que resolverlo. Canal Sur tiene que cambiar y tenemos que lograr la máxima transparencia en su gestión.

Asimismo, en el Acuerdo con el PSOE en Andalucía está incluida la reforma de la ley electoral andaluza…

Efectivamente, en el Acuerdo está incluida la reforma de la ley electoral andaluza. En dicho Acuerdo se establece que, con arreglo a la reforma de la ley electoral, habrá un aumento del número de diputados, que pasará de 109 a 120; pero eso choca con quienes pretenden que no haya aumento de gastos. Por eso, el problema reside en cómo llevar a la práctica ese punto; quizás reduciendo el sueldo de todos los diputados para que no haya aumento del gasto total…

En Asturias, sin embargo, el acuerdo alcanzado con el PSOE contemplaba únicamente la creación de una comisión de estudio de la reforma de la ley electoral asturiana…

La situación de Asturias era más complicada porque allí había que contar tambnien con el voto UPyD.. La Ley electoral de Andalucía es injusta y no responde al principio de proporcionalidad que establece la Constitución. Pero la de Asturias es todavía más injusta que la andaluza, ya que divide la autonomía en tres circunscripciones que suponen una auténtica barbaridad que, además, perjudica también al propio PSOE. Por eso confío en que la presión de IU y de UPyD sirva para que el PSOE termine aceptando la reforma de la ley y que ésta se termine modificando.

Está claro que el PSOE ha podido continuar gobernando en Andalucía gracias al acuerdo con IU. A partir de ese dato, realmente importante en la actual situación política española ¿No hubiera sido decisivo, además, haber incluido en ese acuerdo la reforma de la ley electoral general?

El Acuerdo con el PSOE andaluz se limita a Andalucía. En Andalucía no podíamos alcanzar un acuerdo sobre ese punto porque no nos sentamos a negociar con el PSOE a nivel federal. Parece que ahora el PSOE a nivel federal está de acuerdo en reformar la ley electoral, pero esa es una posición cínica porque esa posición tenía que haberla mantenida cuando estaba en el Gobierno.

Tal como demuestran los resultados de los referéndums en Extremadura, Andalucía y Asturias, las bases de IU participaron en la adopción final de decisiones muy importantes. Sin embargo, al mismo tiempo se registró una diferencia muy acusada entre el número de militantes que decidieron y el de votantes en cada una de estas comunidades autónomas. ¿No es necesario articular fórmulas que permitan la participación de los votantes de IU en sus tomas de decisión?

Ese es uno de los principales retos de la próxima asamblea de IU: diseñar mecanismos de participación. Soy consciente de que hay cientos de miles de personas que hoy están empezando a politizarse o que están volviendo a tomar contacto con la lucha política y que necesitan mecanismos de participación. No es fácil encontrarlos. Hay que combinar el derecho del militante, que es quien mantiene la organización, con la participación de la base social. Aunque tampoco estoy de acuerdo con estructuras electoralistas, tipo americano, en las que la gente aunque no milite puede votar. Como digo, es el reto que ahora tiene IU.

En la actualidad, ¿Cuál es la proporción que se da en IU entre el número de militantes y el de votantes?

Hemos comparado la relación que existe entre el número de votos y el de militantes de IU con la que se observa en el PC portugués, el Frente de Izquierdas francés y en “De Linken”. Y en España la relación es muy desfavorable para nosotros. En IU esa relación supone un militante cada 70 votos, cuando lo normal tendría que ser un militante por cada 15. Esto quiere decir que en IU la militancia es escasísima. Por esta razón, nos planteamos aumentar sensiblemente la militancia para que no continúe registrándose esa desproporción en la que siempre acaba perdiendo el votante. Una fuerza política que se acerca a los dos millones de votos no puede seguir teniendo solamente cincuenta o sesenta mil militantes. Tenemos que dar un gran salto. Recuerdo que en las primeras elecciones generales democráticas tras la dictadura, el PCE obtuvo dos millones de votos y tenía doscientos mil militantes; por tanto, la relación era de uno a diez. Ahora, estamos muy lejos de eso. Y en IU no puede seguir existiendo una desconexión tan acusada entre la militancia y la base social que vota a la coalición.

¿Cuáles son las razones profundas de esa escasa militancia en IU en relación a su número de votos?

Es consecuencia de una historia que hay que asumirla tal como es, en la que la izquierda en general y el partido comunista en particular no han estado a la altura de lo que la gente quería de nosotros. Hemos estado presentes en mil batallas internas y desencuentros y, mientras tanto, no conectábamos con lo que la gente estaba haciendo en la calle. Por eso, tenemos que hacer una autocrítica desde el PCE y desde IU al desapego que ha habido respecto a lo que la gente planteaba en la calle. Ahora se da una segunda oportunidad y el reto es saber conectar…Por ejemplo, en Andalucía el reto que tenemos planteado al entrar a formar parte de la Junta es si sabemos conectar con las reivindicaciones de la gente. Si sabemos dar respuesta a a los recortes, los haga el PSOE o el PP, si sabemos conectar con las movilizaciones que se están haciendo y con lo que la gente pide cuando dice basta ya porque no puede aguantar más en una situación en la que cuatro sinvergüenzas se llevan el dinero de “Bankia” y no pasa nada y, sin embargo, una persona que no puede pagar el alquiler o la hipoteca se queda en la calle…Tenemos que conectar con esa gente. Además, hay que adaptar a la realidad los instrumentos de militancia, que no son los mismos de hace treinta años…

Hace un año ahora, irrumpió en la política española el 15M, un movimiento que, a juicio de muchos, trajo una auténtica bocanada de aire fresco a la política española. ¿Cuáles son, a su juicio, las luces y sombras de este importante movimiento social?

Para mí, el 15M ha aportado elementos muy significativos en la política española. Del 15M se pueden extraer varias enseñanzas positivas: en primer lugar, que puso en valor elementos de la política de la izquierda que estaban demasiado — en el ámbito institucional, que estaban muy mohosos en la izquierda y que se habían terminando convirtiendo en una muletilla; el 15M aplicó una especie de aceite para lubricarlos y ponerlos mucho más en valor. En primer lugar, la reforma de la ley electoral, que IU venía planteando desde hace muchos años. El 15M puso sobre la mesa que los derechos hay que defenderlos de forma mucho más activa. La lucha contra las hipotecas era una lucha también de IU, pero el 15M planteó que había que luchar en el momento mismo de los deshaucios. El segundo elemento positivo del 15M es que puso en cuestión la misma representación, el concepto de quién representa a quién. Estamos en una democracia representativa pero la representación hay que ganarla día a día. Puedes ser elegido secretario general de un partido, diputado o concejal pero eso no significa que quien te elige te de un cheque en blanco para cuatro años; tienes que ganártelo día a día.

¿Cómo trasladaría a la práctica este planteamiento crítico sobre la representación política?

Yo planteo que en Andalucía, Asturias o Extremadura se hagan consultas cada cierto tiempo para que la gente valore lo qué hay que hacer. Es decir, las bases de Andalucía decidieron que IU entrara en el Gobierno. Pero creo que es positivo que, por ejemplo, cada nueve meses se haga una nueva consulta para que se pueda valorar si lo que se ha hecho está bien o no lo está. Nadie representa a nadie si el representado no revalida esa representación. Los votantes que te dan un título, una representación, te la pueden quitar antes de que termine una legislatura, el tiempo del mandato. El título no es tuyo. Tiene que haber mecanismos que permitan la revocación de un diputado o de un concejal elegido a mitad del mandato o en un período determinado en el que pueda hacerse una valoración de su trabajo. Esa es otra aportación del 15M. Y, en tercer lugar, el 15M ha puesto también en valor llevar a la calle las luchas ciudadanas, valorar el hecho de que la democracia se conquista construyéndola, que hacer política desde la izquierda no es solamente hacerlo desde un escaño, sino que también lo es participando en una asamblea, como sucedió mientras la izquierda no tuvo posibilidad de elegir diputados o concejales. Porque, incluso aunque hubiera un Gobierno de IU sería positivo que se desarrollaran manifestaciones y tensión en las calles: eso es lo que hace que quienes están en las instituciones sigan manteniendo un hilo conductor con quienes los han elegido.

Un año después de haber escuchado el anterior presidente del Gobierno, el socialista Rodríguez Zapatero, que España tenía el sector financiero más solvente del mundo, se sabe ahora que ese sector se encuentra sumido en una gravísima crisis, que estalló en las manos del Gobierno del PP con el enorme agujero de “Bankia”¿Qué ha pasado para llegar a este extremo?

Lo primero que hay que decir es que se ha puesto en evidencia que vivíamos en un gran fraude. La sociedad española había sido engañada y no era cierto que tuviésemos esa economía de “champions league” a la que se refería Zapatero sino que lo que teníamos era una economía con los pies de barro. Y eso había quien lo sabía. Lo sabían los que estaban llevando su dinero a paraísos fiscales, los que estaban jugando a la especulación pura y dura. No lo sabíamos la gran mayoría de los españoles. Pero hoy se nos muestra una realidad como si no hubiera culpables, como si el hecho de que tengamos un sector financiero completamente insolvente fuera consecuencia de un terremoto o de cualquiera otra catástrofe natural.

Frente a esta grave situación del sector financiero, IU planteó desde el primer momento la creación en el Congreso de los Diputados de una “Comisión de la Verdad” que investigara las causas de la crisis y sus responsables, una petición que el PP está bloqueando en la cámara baja…

Nosotros queremos que la gente sepa quiénes son los responsables; los responsables empresariales y también los responsables políticos. Porque aquí ha habido una conjunción de intereses entre unos y otros. Que menos se puede pedir que los ciudadanos sepan qué ha pasado con la banca, qué se ha hecho con su dinero, fruto de muchos años de trabajo, que estaba en los bancos y que ha desaparecido. Que menos se puede exigir que se sepa quién se lo ha llevado y que pidamos que quien lo haya hecho que lo pague. A nosotros nos ha sorprendido, y todavía no hemos salido de nuestro asombro, ver cómo el PP primero intentó que no se discutiese en el Pleno de la cámara la creación de la “Comisión de la Verdad”. Hemos tenido que utilizar los mecanismos parlamentarios digamos “por la puerta de atrás” para que, a través de una interpelación, se pueda discutir una moción. Sin embargo, cuando lo conseguimos el PP continuó negándose. A partir de ese momento, los españoles tienen que saber que el PP está impidiendo que se investigue y se conozca qué ha pasado con su dinero. Y esto tiene un nombre, un calificativo que, al menos, es el de cómplice…Cómplice activo de que en este país no se pueda investigar que ha pasado con la Banca. Por esa actitud del PP, mientras la gente está perdiendo su dinero y su vivienda, este Parlamento no va a investigar lo que está ocurriendo sino que va a mirar para otro lado…

Hay una cuestión íntimamente ligada a todo esto y es el hecho de que el PP, al mismo tiempo que está manteniendo esa política oscurantista respecto a la investigación de la crisis, negoció por su cuenta y riesgo, al margen de la mayoría de los españoles y del Parlamento, un “rescate” que supone aumentar mucho más aún la deuda, una deuda que es absolutamente impagable por parte de España…

Si, efectivamente, y todo esto sin aparecer por el Congreso de los Diputados. Por eso, desde el pasado día 14, cada uno de los diputados de IU que suba a la tribuna de la cámara recordará que el presidente Rajoy no quiere comparecer. Vamos a empezar todas nuestras intervenciones exigiendo que el presidente del Gobierno comparezca ante el Parlamento. Porque es una vergüenza lo que está haciendo el señor Rajoy: engordar la deuda de una manera, además, que es realmente curiosa, entre comillas, porque en estos momentos, la deuda pública la están comprando los bancos intervenidos por el Estado, que son ya el 80%- de todo el sector financiero. Es decir, bancos intervenidos por el Estado compran deuda con el dinero que el propio Estado les da. Estamos llegando a un círculo vicioso en que el Estado, además, tiene que pedir préstamos fuera de España porque aquí no lo hay. Todo este proceso está formando una bola de nieve con la deuda que hace que es impagable…

Desde hace ya algún tiempo y desde posiciones críticas, se está denunciando la naturaleza “ilegítima” de las deudas de países como España, un asunto sobre lo que, por ejemplo, el economista francés François Chesnais ha escrito una obra en la que plantea claramente que los países que tienen este tipo de deudas se deben negar a pagarlas…

Estamos estudiando plantear que España no pague una parte de la deuda, porque es una deuda ilegítima e injusta. Una deuda ilegítima e injusta que, además, finalmente, quienes van a terminar pagándola son los ciudadanos españoles que no tienen responsabilidad alguna sobre la crisis y sobre la deuda, cuando quien la tenía que pagar son quienes tienen su dinero en paraísos fiscales. Quien no la tiene que pagar son los españoles que no tienen ninguna responsabilidad en la crisis. Y todo esto sin que el señor Rajoy y su Gobierno de la cara en el Congreso de los Diputados.

Frente a esta maniobra del Gobierno del PP, usted y otros diputados de IU han advertido que llevarán el debate a la calle, que pedirán la movilización de los ciudadanos para frenar la ocultación que el equipo de Rajoy está haciendo sobre las causas y los verdaderos responsables de la crisis del sistema financiero.

Efectivamente, el PP ha bloqueado que el Parlamento investigue y que el Gobierno de cuenta en la cámara de lo que ha sucedido. Pero esto no va a quedar aquí. En estos momentos, IU ha puesto en marcha una campaña para exigir la formación de la “Comisión de la Verdad”, hay contactos con movimientos sociales y los sindicatos y estamos dispuestos a que se cree una comisión cívica, una especie de Tribunal ciudadano, que sea el que, si el Gobierno se sigue resistiendo a formarla en el Parlamento, desarrolle esa investigación sobre lo que ha ocurrido en el sector bancario. Lo que está claro es que nosotros no vamos a parar. Ha habido gentes que se han llevado mucho dinero fuera de España, ha habido poderes que han sido cómplices de cómo se ha arruinado a todo un país y no vamos a detenernos hasta que se investigue y se aclare toda la verdad y se denuncie a sus responsables.

Durante años, parecía de alguna manera que la democracia representativa ocultaba la intervención de los poderes económicos en las decisiones políticas. No obstante, en los últimos años está apareciendo desnuda y con toda nitidez ante la opinión pública su intervención política en una sociedad capitalista y la utilización a su antojo de la máquina del Estado, ante la que, como señalaba Lenin, “los hombres se inclinaban con supersticiosa veneración…”

Nosotros hemos denunciado esta situación. No somos ilusos y sabíamos que, desde el inicio de la democracia formal, los poderes del capital y la banca han venido influyendo y presionando en las decisiones políticas de los Gobiernos a través de sus “lobbies”. Pero en estos momentos, estamos viendo que esta democracia formal, una democracia con truco, como la misma ley electoral española, ya no le sirve al capital, que quiere ejercer el poder político sin intermediarios. Las decisiones importantes ya no se toman en el Parlamento sino en un despacho de Bruselas ocupado por alguien que nadie ha elegido o en el de de algún poder financiero. Esto es muy grave, porque esta democracia formal, como todas sus contradicciones, con todas sus dificultades y debilidades, no la ha regalad nadie a los españoles. Que, por ejemplo, los Presupuestos generales del Estado se discutan en el Parlamento es una conquista con mucha lucha y sangre – que, naturalmente, no ha puesto el Partido Popular – de quienes, durante la dictadura franquista, luchamos por la democracia. Ahora, el PP quiere vaciar de contenido a esa democracia formal. Y, efectivamente, lo que se está planteando de hecho es una dictadura del capital.

Es decir, un objetivo por lo que las clases dominantes están trabajando desde hace ya varios años…

Por Internet circula un informe de un Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU., escrito hace ya diez años, en el que se planteaban ya en aquel tiempo, cinco objetivos muy claros: la erosión sistemática de la estructura de los Estados- naciones; la colonización ideológica y socio-cultural desde valores insolidarios a individualistas; la imposición de un sistema financiero globalizado dirigido por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; el control de la opinión pública mediante una agresiva acción desde los medios de comunicación en todo el planeta, eliminando los medios alternativos; y la creación de un clima de tensión permanente a través de la fabricación de enemigos. Todo ello, mediante el funcionamiento de una especie de Gobierno privado mundial por encima de los Estados. Esto se escribió hace diez años y ahora vemos cómo se está llevando al pie de la letra de forma planificada. Lo que se está haciendo en estos momentos es tratar de imponer una salida de más dominación que implante una verdadera una dictadura del capital como forma de dominio total del planeta, creando un auténtico centro de poder real por encima del poder de los Estados…

¿Podría decirse que, definitivamente, el capitalismo resulta incompatible con la misma democracia formal?

Hoy en día, el capitalismo especulativo está empezando a ser incompatible con la propia democracia formal, que, durante tres siglos, le ha servido a la burguesía para mantener su dominio. Por eso nosotros estamos planteando la necesidad de alianzas con sectores del capital productivo con el que se pueda formar un frente antiimperialista que intente frenar la implantación de esta dictadura del capital especulativo, de la banca mundial. Lo que ocurres es que ese objetivo no va a ser un paseo militar para ese capital especulativo. Tanto en Europa como en América Latina está habiendo ya una respuesta a este intento….

En las últimas elecciones generales, IU logró formalizar alianzas y acuerdos con una docena de formaciones políticas. De entonces acá, desde distintas posiciones de la izquierda real, de la izquierda transformadora, se está planteando la necesidad de avanzar hacia una alianza similar al Frente de Izquierda francés. En esta dirección, ¿Cuál es la posición de IU?

IU es algo más que el Frente de Izquierdas francés, que es una alianza de partidos, mientras que IU es un movimiento político social. IU es un referente en otros países y tiene planteada una “Convocatoria social” en la que las elecciones últimas han sido un eslabón de este proceso. Tenemos que seguir avanzando hacia la máxima unidad de la izquierda, hacia una unidad programática y desde la base. No se trata de alianzas por arriba y simplemente electorales para conseguir sólo un número mayor de diputados. De lo que se trata es de avanzar sobre un programa político de la izquierda hacia alianzas consolidadas, en el que cada formación juegue su papel. En este camino, la próxima Asamblea de IU – en noviembre o diciembre – va a ser un paso importante, en tanto que pretendemos que haya la máxima participación y un debate abierto—- En IU estamos por este proceso, aunque sin quemar etapas, porque lo que queremos es que se llegue a una alianza por las bases, en la que se integren también todas aquellas personas de la izquierda que no están organizadas en unas u otras formaciones políticas. El objetivo tiene que ser, y en esto el PCE también juega un papel importante, organizar a los afectados por la crisis para que todos juntos demos la batalla contra los intentos de implantar la dictadura del capital de la que hemos hablado. IU tiene que tener la capacidad de ir aglutinando a todos—– y de ser el motor de este proceso.

Mientras todo esto sucede, con un ritmo vertiginoso el PCE está trabajando en una Conferencia Política que se celebrará en el 23 y 24 del presente mes de junio ¿Cuál es el objetivo fundamental de esta Conferencia?

El objetivo de esta conferencia es triple. El primero, analizar la realidad española, las clases sociales y las relaciones de poder en España, ya que para plantear una alternativa primero tenemos que hacer un buen análisis de la realidad. Eso es el “abc”de cualquier marxista pero muchas veces no lo cumplimos. En ocasiones, hablamos de clases sociales del siglo XIX y del siglo XX. Las clases sociales existen, no se han disuelto, tal como se dice desde algunas posiciones, y queremos conocer cuáles son, cuál es su actual estructura y composición. El segundo, y en el marco de lo que denominamos “Alternativa social, democrática y anticapitalista a la crisis”, empezar a hablar de alternativas que no sólo sean programáticas sino que estén insertas en la realidad. Lo que hace falta es que demos alternativas a las personas de cómo resolver sus problemas en concreto. Tenemos que decir a la gente que hoy no puede comer como se dotan de mecanismos de autodefensa para resolver sus problemas cotidianos. Y el tercer objetivo es cómo, con modestia y sin ningún afán de monopolizar nada, podemos hacer una aportación positiva a la próxima asamblea de IU.

Publicado en Crónica Popular

Periodista