A un año desde que el 22 de marzo de 2014 las Marchas de la Dignidad llenaran las calles de Madrid con más de un millón de personas venidas de todos los rincones de España reivindicando Pan, Trabajo y Techo, la organización del movimiento 22-M ha vuelto a llenar las calles de Madrid de Dignidad con mayúsculas.
El 21 de marzo cientos de miles de personas volvieron a manifestarse en Madrid porque no se creen el discurso de la recuperación y ven que la situación social sigue igual, en los mismos parámetros que hace un año, tal y como se recuerda en el llamamiento aprobado por las marchas para el 22M: “En efecto, la tasa de paro (EPA) sigue situada en el 24% de población con más de cinco millones y medio de personas en situación de desempleo, la cobertura de prestaciones a la personas sin empleo no llega al 58%. Cerca de tres millones de personas carecen de ingresos, situación que afecta a más de medio millón de hogares. Los empleos que se crean son precarios y con salarios de miseria por lo que hoy se es pobre incluso teniendo empleo. En este sentido la diferencia salarial entre hombres y mujeres es del 24%. El paro juvenil sigue superando el 55% y cada día son más los jóvenes que, como sus abuelos, tienen que emigrar para poder tener el futuro que este país les niega. Las pensiones pierden poder adquisitivo año tras año y su revalorización es una vergüenza. En esta situación económica es alarmante el aumento de la pobreza que se sitúa en el 30% de la población, una de cada cinco personas está en riesgo de pobreza severa y de exclusión social, esta pobreza tiene mayoritariamente rostro infantil y de mujer. El aumento de la precariedad social, fruto de estas políticas de recortes, de la precariedad laboral y salarial, de eliminación de derechos y coberturas sociales, aumenta el número de personas afectadas por los desahucios y por lo que se ha dado en llamar pobreza energética (cortes de los servicios de luz, agua y gas). Este invierno han muerto personas a consecuencia de la precaria situación de los hogares”.
Las Marchas volvieron a cumplir el objetivo que se marcaron en diciembre. En la reunión que se celebró el mismo día 21 de marzo para hacer un balance de urgencia, se valoró, a pesar de todos los inconvenientes habidos, la movilización y el esfuerzo realizado por la organización de la marchas de forma “altamente positiva”, una manifestación pacífica, multitudinaria y organizada: “Las Marchas de la Dignidad llenaron de nuevo las calles de Madrid para exigir el fin de los recortes, el no pago de la deuda, la defensa de los servicios públicos y los derechos sociales bajo el conocido slogan de Pan, trabajo y techo. Cientos de miles de personas secundaron la movilización que llenó por completo la Plaza Colón y las calles adyacentes, pese al mal tiempo reinante, el puente y el clima electoral”.
También en el comunicado elaborado tras la movilización, la Coordinadora Estatal agradeció la “calurosa acogida del pueblo de Madrid a las columnas de caminantes” así como el importante respaldo que tuvo la movilización. De la misma forma la Coordinadora de las marchas puso en valor la magnífica organización desarrollada tanto en los tres días de etapas como durante el acto final. También fue de destacar la ausencia de incidentes en los tres días que ha durado la protesta, pese al abusivo e intimidatorio despliegue policial.
Volver a tomar las calles
Ahora las Marchas de la Dignidad se van a implicar en la agenda social de movilizaciones que comenzó en enero con las protestas contra las leyes Mordaza, continuó con la vuelta a Madrid de las columnas el 21 de marzo, seguirá el 18 de abril contra el TTIP y el 1 de Mayo, día internacional de la clase trabajadora, en un proceso de acumulación de fuerzas hacia un paro total de 24 horas en el otoño, una huelga general no sólo laboral, sino también ciudadana, social y de consumo.
Las Marchas volvieron a Madrid no sólo contra un gobierno del PP en La Moncloa, sino contra las políticas de las “instituciones”, contra La Troika y porque consideran “necesario un cambio en las políticas, y mientras que no se dé la espalda a la Troika y se legisle a favor de la gente y no de los bancos, volveremos a tomar las calles” afirmaron, reivindicando el Programa de mínimos con un gran consenso social y político.
Próxima reunión el 11 de abril
La Coordinadora Estatal de las Marchas de la Dignidad celebrará la próxima reunión el sábado 11 de abril, en Toledo. En ella las organizaciones y territorios deben realizar un balance más preciso de la movilización y de la concreción de la agenda aprobada. Así, si bien la movilización fue un éxito y el movimiento 22-M ha demostrado que tiene músculo, habrá que valorar si es suficiente para el objetivo de la huelga del 22-O o en su caso es necesario sumar más fuerza a la movilización.
En este sentido, las marchas tendrán que hacer la autocrítica necesaria de cómo se ha realizado el proceso hasta el 21M, en la medida que organizaciones que convocaron para el 22M del 2014 no han convocado en esta ocasión, se ha echado en falta una mayor presencia de las Mareas, de sectores y empresas en crisis. No basta llamar sólo a las bases a la participación, es necesario ampliar el llamamiento.
Las marchas tienen vocación unitaria y de clase. Desde esta perspectiva, ante el 1º de Mayo la iniciativa tiene que ser sumar al máximo de organizaciones, sociales, sindicales y políticas como paso previo a la movilización de octubre. El llamamiento a este 1º de Mayo debe superar todo tipo de interés que no sea el de la mayoría social trabajadora, en especial a las organizaciones de trabajadores. En ello hay que poner el empeño, incluso con la realización de todas aquellas actuaciones que se consideren necesarias para conseguir la máxima unidad.
La unidad de la Marchas se referencia en el manifiesto, el programa básico y en el cumplimiento de los “acuerdos unitarios” que son alcanzados entre todos y todas los que componen el movimiento. Es por ello que existe la necesidad de trabajar para que, en el marco del manifiesto que vio nacer las marchas, se elabore un llamamiento para la búsqueda del consenso sindical, social y político que marque el camino para que la movilización del 22-O sea un punto de inflexión en la situación en la que hoy viven la mayoría social en España y que se den los pasos hacia la transformación necesaria para una vida con dignidad.
PROGRAMA DE MÍNIMOS CON UN GRAN CONSENSO SOCIAL Y POLÍTICO
• No al pago de la deuda ilegal, ilegítima y odiosa
• La defensa de los servicios públicos para todos y todas
• Trabajo digno con derechos y salario suficiente, reducción de la jornada de trabajo y renta básica
• Por el derecho a decidir de las personas y los pueblos en los aspectos que atañen a su vida y futuro
• La defensa de los derechos de la mujer y por un futuro para nuestra juventud
• Contra la precariedad laboral y social, No a las reformas laborales
• Contra la represión y contra la Ley Mordaza
• Contra el TTIP
• Por el derecho a una vivienda digna y no al corte de los servicios esenciales de luz, agua y gas
• No a la OTAN, No a las guerras