Eduardo Galeano se definió a sí mismo como un escritor que quería contribuir al rescate de la memoria secuestrada de toda América, pero sobre todo de América Latina, tierra a la que calificó de despreciada y entrañable.

Eduardo era un hombre comprometido con sus ideas que expresaba magistralmente en palabras que a su vez sabía comunicar con la cercanía del amigo latinoamericano. Y lo hacía, según él mismo declaró, para mejorar el silencio. Y es que Eduardo Galeano se hizo portavoz de las personas que desesperadas ante la injusticia, la opresión y la falta de libertad, tenían mucho que decirle a los grandes centros mundiales del poder.

No sería justo recordar solamente a este Eduardo activista político y escritor de obras y artículos que han dejado una profunda huella en las venas por la que corre la sangre latinoamericana y latinoamericanista. Había otro Eduardo que tras una pausa serena y con fina ironía veía también la miseria interna del ser humano. Pero ese Eduardo nunca fue pesimista sino, que al contrario, se servía de ese conocimiento de la naturaleza humana para sacar a flote nuestras virtudes, nuestra capacidad de lucha y de ir siempre hasta la victoria.

El Partido de la Izquierda Europea se hace eco de una frase de Eduardo Galeano que resume su visión positiva de la Historia: “Hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana”

¡Hasta siempre Eduardo!