Nacido en Córdoba, José Luis Centella es el mayor de cuatro hermanos. Aunque desde hace casi 30 años reside en Benalmádena, siempre lleva a Córdoba por bandera, sobre todo al Barrio de la Judería, donde nació y se crió junto a sus primos y hermanos. Desde niño estuvo lleno de inquietudes y nunca fue ajeno a las desigualdades e injusticias que gobernaban el mundo. Siempre supo que no podía aceptar la realidad tal y como se la mostraban.
No es hasta su entrada en la Universidad cuando toma contacto directo en la lucha estudiantil. Empezó su militancia en los últimos años del PCE clandestino con la misma ilusión con la que sigue militando hoy en día.
Si quieres verlo un domingo de verano (¡si es que descansa!) tendrás que dar un paseo por las calles de Torremolinos ya que nunca se cansa de recorrerlas. Lo encontrarás paseando con Elena, su mujer, con quien comparte militancia y vida desde aquella dura dictadura.
No hace falta pasar mucho tiempo con Centella para darte cuenta de que su mujer y su hija, son dos pilares fundamentales en su vida. También lo es la militancia de Benalmádena, agrupación donde a día de hoy Centella sigue militando y con cuyos camaradas comparte mucho más que reuniones, siendo casi una segunda familia.
Si un principio destaca en Centella es su solidaridad, y aunque los años pesen más que antes, nunca podrá escuchar como una persona pasa hambre, sufre un desahucio, no encuentra trabajo… y quedarse impasivo. Para él la política siempre ha sido mucho más que las instituciones, la política ha estado en la calle, encerrándose en un hotel junto a sus trabajadores, en las Cuevas de Nerja apoyando a los agricultores, en un kiosko…
A pesar de tantos años de militancia, de tantos años de lucha, este maestro de profesión y luchador de vocación, sigue manteniendo las mismas ganas por cambiar el mundo, por convertirlo en un lugar más justo, solidario, feminista, sostenible e igualitario que cuando era niño.
Mundo Obrero: El objetivo de la candidatura de confluencia era lograr un efecto multiplicador. ¿Cómo ha ido funcionado en la gente durante estos 15 días de campaña?
José Luis Centella: Ha funcionado creando la ilusión de que es posible el cambio, de que es posible que quienes llevamos años pagando las consecuencias de la crisis, siendo desahucias, despedidos, perdiendo derechos sociales y laborales empecemos a dar la vuelta a la situación y recuperar lo que nos han quitado.
Cuando se preveía una campaña de resignación el acuerdo entre IU y Podemos la ha convertido en la campaña de la esperanza.
M.O.: La estrategia que cada partido ha ido adaptando durante la campaña ha ido definiendo la situación de cada uno de ellos, pero también el temor que les supone la fuerza catalizadora de Unidos Podemos. ¿Qué es lo que te ha parecido más significativo de esta campaña?
J.L.C.: Ha sido una campaña de juego sucio. PP, C’s y PSOE han dirigido sus ataques a Unidos Podemos porque eran conscientes de que un éxito electoral de esta coalición cambiaba el guión y ponía en peligro la pretendida segunda transición que trata de consolidar la política más antisocial y autoritaria de la historia.
M.O.: Cuando se convocaron estas segundas elecciones se intentaba dar la idea de que sería una repetición de las anteriores, pero han cambiado muchas cosas ya, independientemente de los resultados que se obtengan el domingo. ¿Que ha cambiado respecto al 20D?
J.L.C.: Lo que ha cambiado es que hemos sido capaces de escuchar lo que nos pedía la gente, hemos entendido que era necesario sumar y dar juntos la batalla contra la derecha. El PSOE no escuchó después del 20-D a quienes le pedían un gobierno de izquierdas y ahora puede pagarlo
M.O.: Todas las encuestas nos sitúan como segunda fuerza política. De ser así, ¿cuál es la situación, el papel de Unidos Podemos, de IU y del Partido?
J.L.C.: El objetivo que se planteó el PCE hace dos años fue acabar con las políticas de recortes y austeridad mediante la más amplia alianza social y electoral. Ese sigue siendo el objetivo a conseguir después del 27-J, objetivo que será más fácil si el resultado de Unidos Podemos nos convierte en segunda fuerza política, aunque todavía aspiramos a alcanzar al Partido Popular.
A partir del resultado, el PCE en el seno de IU tratará de que se consiga un acuerdo parlamentario que derogue las reformas laborales, la Ley Mordaza, La LOMCE, que mejore los derechos de la mujer, que ponga en marcha un plan de urgencia contra la emergencia social, es decir un programa de cambio real, y que ese programa de sustento a un gobierno de progreso.
M.O.: La campaña de Unidos Podemos ha roto muchos esquemas. ¿Qué ha supuesto ese corazón y esa sonrisa para el proyecto de un nuevo o país?
J.L.C.: Ha supuesto que frente al miedo, al anticomunismo rancio, frente a la manipulación, la mayoría social trabajadora, la que paga y sufre la crisis responde con la ilusión y la esperanza de que las cosas pueden y deben cambiar a partir de la noche del 26-J
M.O.: Llegados a este punto, ¿Unidos Podemos tiene marcha atrás?
J.L.C.: Nada tiene marcha atrás, la realidad es dialéctica, nada será igual en IU y en Podemos después de esta campaña en la que nos hemos mezclado. La cuestión es que si reconocemos que no hay marcha atrás, tenemos que ver cómo será “la marcha hacia delante”, y en este caso decir que sería un error pensar en términos burocráticos, organizativos. Se trata de pensar en términos políticos de unidad de acción, de espacios unitarios para trabajar juntos desde la diversidad y los distintos perfiles.
Quienes piensen en hacer de Unidos Podemos una nueva organización se equivocan, creo que sobran organizaciones y faltan espacios de elaboración y acción en la izquierda, lo que se ha definido como trabajar por separado y golpear juntos.