Durante 19 largos días, activistas sociales se concentraron en Bilbao, en la Plaza de las Mujeres 25 de noviembre, y ante el debate en Parlamento Vasco de los Presupuestos para 2017, para solicitar la subida de la prestación de la RGI acorde a la subida del SMI (un 8%) y la eliminación del recorte del 7% que se viene aplicando desde 2012 sobre prestaciones sociales.
Durante esos días, han sido mucho los apoyos recabados, tanto de colectivos sociales, como de la totalidad del arco sindical vasco, colectivos del Tercer Sector y organizaciones políticas de la izquierda. Además, el propio espacio ocupado por la carpa de la acampada-protesta ha sido un referente durante esos días de diversos colectivos y movimientos, que lo empleaban como espacio de encuentro y trabajo militante.
El resultado de esos 19 días ha sido una mayor difusión de la problemática institucional en torno a la RGI, la suma de apoyos a una lucha que podría parecer marginal, y una mayor organización de quienes nos oponemos a los recortes en derechos sociales.
La Renta de Garantía de Ingresos, en adelante RGI, es una prestación que se logró en la década de los ´90, para frenar la exclusión, ya que es una ayuda económica que se hace a personas y familias en riesgo de pobreza para evitar que caigan en ésta, una especie de colchón social.
Esta Renta se creó en la misma década que vio el desmantelamiento de la gran industria que movía Euskadi y en particular el Gran Bilbao. Dicha Industria era contaminante y provocaba además directamente ciertas enfermedades como por ejemplo varios tipos de cáncer, pero era una garantía de futuro laboral para nuestro territorio que, al ser desmantelada se perdió, en especial para las generaciones que no accedían en esa década a jubilaciones o pre-jubilaciones. Parece que estaba tan asumido que se estaba creando un futuro incierto para miles de personas, y por ello, Gobierno Vasco aceptó crear la RGI ante la movilización frente a la exclusión.
Pero hoy día no sólo la exclusión, la precariedad laboral ha empujado también a muchas personas de clase trabajadora a tener que solicitar la RGI para poder llegar a fin de mes, dado que su sueldo no llega siquiera al SMI, lo de ser mileurista quedó lejos. Así ocurre también con muchas personas perceptoras de pensiones, en su mayoría mujeres, viudas o jubiladas que apenas han cotizado en una vida laboral escasamente reconocida, y que son una de las caras visibles de la pobreza energética dado que en muchos casos perciben pensiones de auténtica miseria. Esta es la gente a la que en cualquier momento acabarán marcando a fuego para poder percibir la RGI.
Además, es en proporción mucha la población inmigrante que percibe la RGI, y ciertos medios y organizaciones políticas ponen ahí el foco, obviando que éste dato va de la mano del que dice que esta proporción es prácticamente la misma de población empobrecida, a lo cual hay que sumar que esta gente no tiene detrás la red social que venimos teniendo la población autóctona: familia y amistades que nos prestan algo de dinero en momentos de dificultad. Este foco sin embargo no lo dirigen al gran fraude, al de las grandes empresas, y nos dicen que hay que recortar porque no hay dinero para todo, pero no lo hay porque no importa molestar a la gente de abajo, pero sí a los de arriba.
Por todo esto, aunque algunos apostamos por el Empleo Garantizado, defendemos esta Renta como método para combatir la pobreza mientras no se garantice empleo digno y de calidad a toda la población. La RGI puede y debe garantizar unos mínimos para que las personas en riesgo de exclusión puedan por ejemplo no ser expulsadas de sus hogares, cosa que a pesar de las promesas del Lehendakari se sigue produciendo. Hay que defender que esta Renta permita vivir dignamente a la población, empezando por derogar los recortes a los que se la han sometido y se la someten además con los presupuestos de Gobierno Vasco que se debatían en pasadas fechas pero, además, también a sectores que a día de hoy no incluye, tales como menores de 21 años y otras gentes que no pueden acceder a esta prestación precisamente por no tener opciones materiales para emanciparse.
Por todo ello, seguiremos estando del lado de los colectivos sociales, ya que, aunque la batalla ha acabado, la lucha continúa, y si nuestra Clase se sigue organizando, la vencerá.
#NoTragamos! #RGImurrizketarikEZ!
Responsable de Movimientos Sociales del PCE-EPK