1. Pues creo que como ser comunista en cualquier ámbito de la vida en esta coyuntura, aunque con mayor responsabilidad porque la resolución de las contradicciones que se presentan tiene más repercusión por el número de personas a las que afectan directamente nuestra toma de decisiones. Por eso creo que es fundamental hacer partícipes al mayor número de personas para ejercer ese poder local y tomar esas decisiones, las que nos surgen en el día a día y las decisiones estratégicas. Es fundamental que haya “poder popular” en el que se reparta, se amplíe y se proyecte ese “poder local”. Esa es la labor fundamental de los y las comunistas en este ejercicio. “Pídanme canciones a mí y sus canciones cantaré”, ese verso de Silvio Rodríguez creo que recoge la síntesis de lo que ha de ser nuestro trabajo en los ayuntamientos y en cualquier ámbito político en el que seamos representantes.

2. Salvando las diferencias de casi 90 años que nos separan de la proclamación de la II República, nuestra historia nos ha enseñado (o debería habernos enseñado), que los ayuntamientos pueden y deben tener un papel determinante. Somos la institución que está más cerca de los trabajadores y trabajadoras. A las representantes locales se nos exige y se nos plantean los problemas directamente y en esa relación de cercanía, hemos de saber trasladar que los recortes del gobierno central y la estructura del Estado repercute directamente a nuestro pueblo. Es consecuencia de esos recortes la situación de cada una de las personas que habitan cualquier localidad. Es consecuencia de la organización del Estado que los ayuntamientos no puedan resolver problemas fundamentales para la ciudadanía.

3. Mediante el programa, esa es la única ligazón concreta y válida. Es ahí donde tenemos que trabajar desde el consenso y desde las competencias, las limitaciones y las posibilidades legislativas actuales que afectan a los ayuntamientos para avanzar y trascender hacia un modelo de sociedad más justo. Hacer política es llevar a cabo un programa político y éste, desde su gestación hasta su desarrollo, ha de ser participado para la defensa de nuestros intereses, que son los de la mayoría.

4. Ser una persona que represente a su pueblo es una satisfacción siempre y una enorme responsabilidad. Es como tener una gran familia de miles de hijos e hijas con sus problemáticas específicas, pero también con grandes intereses comunes que tienes que cuidar. En el caso de Conil este orgullo va más allá porque en mi pueblo queda patente que el trabajo de desarrollo de políticas de izquierdas repercute enormemente en nuestro entorno. Hemos conseguido construir hegemonía en torno a una serie de planteamientos como la protección del entorno natural y ser parte de eso me reconforta enormemente.

5. Que esté elaborado de forma participada y consensuada y que su desarrollo y puesta en marcha dependa también de la participación ciudadana.