La estrategia transformadora es bien sencilla (se dice en pocos segundos, otra cosa es acumular la fuerza revolucionaria): cambiar el sistema productivo, sustituyendo, desde el punto de vista del dominio social de la historia, el papel que a Andalucía le ha asignado el capitalismo. Hablamos, por tanto, de una ruptura epistemológica, un antes y un después en aspectos esenciales de la política, la ideología y la economía. No hablamos de significantes vacíos y de una estrategia de habilidad combinatoria que nos lleve a ganar sin cambiar las piezas ni sus funciones en el tablero de siempre. Otra cosa son los tiempos, los grados necesarios, acompasados a la acumulación de fuerzas, y dibujados en el presente histórico a través de tácticas que sean pasos concretos de la estrategia, y no movimientos autónomos en el circo del mercado electoral.
En la historia de nuestro país, Andalucía ha jugado el papel, a favor de la marca señalada por los poderes dominantes, de la España más España. Era la marca de la cohesión frente a los tirones periféricos. Lo que ocurre es que a partir del 4D y del 28F, aquellos hitos del proceso constituyente, Andalucía se incorpora a la teoría de que España es una nación de naciones, sustituyéndose el sacrosanto concepto de la unidad por el de la necesidad de un Estado compuesto, federal, en cuyo seno Andalucía juegue otro tipo de papel, desde sus potencialidades reales y su situación endógena. Así se aprueba. Pero no contábamos con el papel enfriador y reformulador, haciendo que las cosas vuelvan a su redil, del PSOE y su régimen de 40 años de “moderación”, que han llevado de nuevo a Andalucía, a través de la sumisión al nacionalismo español, a un futuro de estancamiento; esto si las cosas siguen igual y perdura tras las próximas elecciones el llamado Susanato.
Por tanto, yo creo que lo que nos jugamos no es poca cosa, si es que atendemos no solo a la rabiosa actualidad sino a los objetivos estratégicos. Quiero decir que Andalucía necesita como agua de mayo una pasada por la izquierda (el PSOE no pertenece a esta categoría, claro está). O estancamiento y cronificación del mismo, o izquierda y programa de cambio.