En el epitafio del neoliberalismo pondremos: “Aquí yace el neoliberalismo que tanto sufrimiento y dolor causó a la mayoría social”. Implantó lo privado frente a lo común, a lo público, y lo hizo con autoritarismo y represión, recortó libertades y derechos sociales y provocó la mayor desigualdad de la historia.

Lo que la pandemia ha puesto de manifiesto ha sido y está siendo la debilidad del papel de los Estados, que como en un queso emmental se observan a distancia las tarascadas y agujeros de los lobbies, que han hecho más ricas a las élites mundiales y han empobrecido a la inmensa mayoría de las poblaciones.

Ahora hacen falta dirigentes políticos y sociales que defiendan claramente los intereses y el bien general, como ha ocurrido con el alcalde de Alcalá del Valle.

Rafael Aguilera se ha formado a golpes de emigración como la mayoría del pueblo trabajador andaluz. Como militante comunista ha participado en mil batallas y esta que estamos librando contra el coronavirus le ha situado en el epicentro al detectarse en su pueblo un foco de infección en la residencia de mayores.

Rafael Aguilera, es el alcalde de Alcalá del Valle con toda la protección de los votos democráticos de sus vecinos. Llamó a la puerta de las instituciones provinciales y andaluzas recibiendo una hipócrita palmadita en la espalda, acompañada de esa frase burocrática tan andaluza y española: “alcalde, vuélvase usted a su pueblo que enviaremos rápidamente un equipo que se ocupe de la residencia”. Pasaron las horas, que se tornaron eternas hasta hacerse cuatro días, y allí no se presentó nada de lo prometido.

El alcalde, indignado, se dirigió a la opinión pública, roto por el dolor, al haber asistido a la muerte de uno de los mayores de la residencia.

La Delegación de Salud de la Junta de Andalucía le envió a través de la Guardia Civil un escrito al alcalde exigiendo que no entrara ni saliera de la residencia. Hay que recordar que es municipal. Y le recordamos también a este gobierno de la Junta de Andalucía que el alcalde de un municipio es la máxima autoridad.

Habían detectado 21 positivos entre los mayores y otros 20 entre los trabajadores de la residencia. Un alcalde democrático con sensibilidad social no podía quedarse con los brazos cruzados viendo morir a una generación perdedora de la guerra, que sufrió hambre, que no fue a la escuela, que fueron los primeros emigrantes y fueron los que trabajaron en la recogida de la aceituna durante los largos inviernos… Una de las generaciones que más ha sufrido en la historia de España.

El Consejero de Presidencia y portavoz del gobierno de la extrema derecha andaluza criticó al Alcalde, diciendo que “está alarmando a la población”. No se piensa lo mismo, decían los clásicos, en un palacio que en una choza. No se piensa lo mismo desde un despacho de la capital, alejada de los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz.

Rafael Aguilera ha pedido que se aísle a su pueblo y tampoco en esta petición ha recibido soluciones, de ahí que con lágrimas en los ojos, respaldado por los concejales, defendiera a los mayores y a Alcalá del Valle. Demostrando que a lo que la derecha llama alarmismo Adelante Andalucía llama justicia social. Es la defensa de los servicios públicos, es la defensa de la sanidad pública, de la solidaridad humana, es gobernar poniendo en el centro la vida y lo común, porque lo que está demostrando esta pandemia es el fracaso del capitalismo que es un régimen criminal.

Gracias compañero alcalde, gracias compañero Rafael, gracias camarada Rafael, nunca estuvo la dignidad tan alta, nunca estuvo la política en mejores manos, sigue defendiendo a tu pueblo y a tu gente con la pasión y sensibilidad que has demostrado. Salud y República.

Presidente de Honor del PCA / Coordinador de la Red de Municipios por la Tercera República