El gobierno argentino votó en contra de Venezuela en la ONU, condenando su política de derechos humanos sin un análisis profundo de la grave situación que vive el país hermano, basándose en el informe de la Alta Comisionada Michelle Bachelet y sin escuchar otras voces.
Es un camino errado y peligroso sumarse al grupo de los gobiernos de derecha que acompañan la agresión de Estados Unidos contra Venezuela. Hay que tener memoria de los ataques de Washington contra el gobierno de Hugo Chávez, con los intentos de golpe de Estado y buscando después destruir al gobierno de Nicolás Maduro.
Varios países europeos, títeres de la política de Estados Unidos, se suman y condenan a Venezuela y reconocen como presidente a un personaje que el pueblo no ha votado, Guaidó, violando los derechos soberanos y pretendiendo desconocer a las autoridades legítimas elegidas por los venezolanos.
La decisión del gobierno argentino de votar contra Venezuela, junto con gobiernos golpistas o que violan permanentemente los derechos humanos (Chile, Perú, Ecuador, Brasil, Colombia), deja al descubierto que la cancillería argentina hizo lo mismo que haría el gobierno de Macri.
Es un grave retroceso en la política latinoamericana violar el derecho a la soberanía del pueblo venezolano en lugar de apoyar a un gobierno hermano que siempre fue solidario con el nuestro.
/ (La Haine) / Premio Nobel de la Paz