La escasez de agua está causando estragos en la agricultura, no llueve y eso tiene consecuencias dramáticas en el campo. Las primeras estimaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el inicio de la campaña del olivar reflejan una importante caída del 47 % de la cosecha este año con respecto a la anterior 2021/2022. Se trataría, además, de la producción más baja de las siete últimas campañas, al situarse en cerca de 800.000 toneladas en la campaña 2022/2023.
La bajada de producción por la falta de precipitaciones tiene como consecuencia una drástica reducción de la demanda de mano de obra, por ello, desde el Consejo de Ministros se ha aprobado reducir a 10 el número mínimo de jornadas reales cotizadas necesarias para acceder al subsidio por desempleo o a la renta agraria que beneficiará a las personas trabajadoras eventuales agrarias en las comunidades autónomas de Andalucía y de Extremadura.
Anteriormente, otro Real Decreto de 15 de marzo ya recogía la reducción de 35 a 20 del número mínimo de jornadas reales cotizadas para acceder al subsidio, hasta el 31 de diciembre de 2022. La posterior evolución negativa de las precipitaciones ha empeorado las perspectivas en cuanto a previsión de producciones. De hecho, el valor medio nacional de las precipitaciones en el periodo del 1 de octubre de 2021 al 27 de septiembre de 2022 ha sido de 475,5 mm, un 25,6% inferior al valor normal, explica el Gobierno
Este empeoramiento de la perspectiva, ha hecho necesario reforzar y extender las medidas de protección de los trabajadores y las trabajadoras, sobre todo ante unas perspectivas de importante reducción en la cosecha del olivar.
Dado que el grueso de la cosecha del olivar finalizará en marzo de 2023, y que se prevé que sea escasa, es también previsible «que desciendan de manera notable los jornales correspondientes necesarios para la recolección». Por tanto, concluye el Gobierno, se aprueba establecer la reducción del número de jornadas desde el 1 de noviembre de 2022 hasta el 30 de junio 2023.