“Vivir en grupo facilita el avistamiento y la detección de los depredadores” señala María Sánchez, poeta, en su Cuaderno de campo. Vivir en grupo, vivir en grupo, formar parte de algo grande, colectivo, comunal, sororo, transformador, exigente, reclamante de justicia, justicia e igualdad, derechos, algo revolucionario y conocernos, saber quiénes somos, ¿por qué nosotras somos así? ¿por qué cuidamos y no nos cuidan? ¿por qué nos quieren recluidas, obedientes, calladas, presas, sentadas en la mesa de la cocina o de adorno en las fiestas? ¿por qué quieren sacar tanto jugo a nuestros cuerpos, a nuestra fuerza para dar la vida, a nuestras manos, caras, voces, pechos, pies, caderas, rodillas y glúteos? ¿por nos quieren aniquilar con el silencio? ¿por qué nos persiguen, nos acosan, nos pegan, nos violan, nos matan? Para avistar oponer, frenar y vencer a los depredadores hay que unirse, ir en grupo, acuerparse.
Quiero dialogar de nuevo con esta mujer llamada Dulcinea Bellido Carvajal, que se dio cuenta muy pronto, demasiado pronto, con muy pronta dureza, que por ser mujer era otra cosa y que solo podía ser la mujer que quería ser, dándose la mano con las otras, formar colectivo, democrático, un movimiento, un Movimiento Democrático de Mujeres, establecer un lugar propio desde el que partir, para aprender juntas, para reclamar espacio juntas, para exigir pan, justicia, derechos, libertad, para pedirlo todo, porque todo nos es negado; porque para llegar a derribar los muros, los de las prisiones, los del Estado represor, los del agobiante patriarcado ubicuo, los de la Iglesia anuladora-coercitiva-inculcadora de culpas, los de la propia casa, los muros internos, los del propio cuerpo y mente “educados” son necesarias muchas manos, cuántas más manos mejor, muchos cerebros conectados, cuantos más cerebros mejor.
Quiero dialogar con esta mujer comunista, que entendió demasiado pronto, con muy pronta dureza, que solo podía ser comunista siendo feminista a tiempo completo, porque o la lucha de clase y la lucha de género van de la mano, o no van a ningún sitio por separado …quiero dialogar con esa visionaria mujer y lo he hecho, he podido dialogar con ella a través del tiempo y la he escuchado latir. He podido escuchar la fuerza de su voz en su pueblo natal, en Valencia del Ventoso, Badajoz, su voz reparada en muchas voces que hablaban de ella, la nombraban, la reclamaban, la elevaban, la homenajeaban, la decían en palabras que curan, poque las palabras bien dichas son mejores que cualquier ungüento, medicina o bebedizo, las palabras que curan son mágicas: restauran, memorizan, traen al presente lo que nunca debió ser apartado, silenciado, callado o esquivado.
Entre los días 11 y 12 de este nuevo marzo de las mujeres he tenido el privilegio, el honor, el orgullo y la alegría de escuchar la voz de Dulcinea Bellido Carvajal en la voz emocionada de sus hijos, Daniel y Violeta, en la voz sentida y reflexiva de una de sus mejores amigas, coetánea, cofundadora del MDM y guardiana de la memoria de este Movimiento, Merche Comabella, así como de un nutrido grupo de personas que se aplicaron en el buen consejo de conocerla, estudiarla y traerla viva de nuevo al presente que habitamos.

Así, en la mañana del día 11 de marzo de 2023 sentí a Dulcinea en Ana Mata del Real, Vicepresidenta del Movimiento Democrático de Mujeres, que abrió las jornadas de reparación de su memoria apelando a todas las que fueron, porque mujeres como Dulcinea nos ayudan a ser; Ana es la incansable compañera, amiga y camarada que más ha bregado para recuperar la memoria de la comunista, la feminista Dulcinea Bellido –y justo es escribirlo aquí– a la que se refirió como esa “enorme figura política y humana”, que para ella fue Dulcinea desde el primer momento que la escuchó en una reunión del PCE, cuanto era una joven que acababa de entrar a formar parte de ese partido y quedó embobada, enamorada y enroscada para siempre en las entretelas del potente discurso político emancipador de Dulcinea, aunque su partido no la entendiera y fuera injustamente apartada. A continuación, la escuché joven, empoderada y en presente continuo en la voz de María Concepción López López, alcaldesa socialista de Valencia del Ventoso, que señaló que cuando conoció quién era Dulcinea y se sumergió en su figura pensó que merecía tener un lugar de memoria en su pueblo, “que una mujer que ayudó a los presos del franquismo, tenía que ser reconocida en el pueblo que la vio nacer”. El Ayuntamiento ha colocado una placa de cerámica en la fachada de la casa que la vio nacer para honrarla y recuperar su memoria, una placa en la que queda escrito para la posteridad: En esta casa nació la que fuera cofundadora del Movimiento Democrático de Mujeres (MDM) y destacada activista en la lucha por la igualdad y las libertades.
DULCINEA BELLIDO CARVAJAL (Valencia del Ventoso, 1936-Madrid, 2001). El Ayuntamiento de Valencia del Ventoso y el Movimiento Democrático de Mujeres le dedica esta placa de recuerdo y reconocimiento. Valencia del Ventoso, 12 de marzo de 2023.

Francisco arriero, la voz de la historia
Mis antenas sintonizaron de nuevo al escuchar la voz de Dulcinea en la palabra sabia, ilustrada, trabajada a ojo de explorador de archivos, legajos y documentos del historiador Francisco Arriero, el experto que estudió con pelos y señales el Movimiento Democrático de Mujeres y rescató a Dulcinea y tantas grandes mujeres del MDM para todas nosotras. Arriero glosó una época para ayudarnos a comprender, refrescó lo que fue esa España del latifundio, la profunda desigualdad, esa tierra extremeña de la gran propiedad y los estómagos vacíos de las más, esa España en un lugar del tiempo de 1936 que vio nacer a una mujer distinta, a una Dulcinea adelantada a su tiempo, visionaria y rebelde, incómoda, una mujer determinada, fuerte, inquieta, curiosa lectora, ávida de conocimientos, una mujer convencida de que la conciencia de clase tenía que caminar de la mano con la conciencia de género, que eran las dos caras de la misma lucha por la emancipación humana. Y Arriero habló de la lucha antifranquista, de la organización de las mujeres de preso, del camino de acercamiento hacia las mujeres de familias trabajadoras de los barrios, esas amas de casa invisibles y silenciadas, sobre cuyas espaldas caían todos los pesos, para estrechar sus manos y hacer huelgas de consumo, boicots en los mercados por la subida escandalosa de los precios, exigencias de escuelas públicas, transporte, vivienda digna, centro de salud, barrios dignos y también derechos, nuevos derechos de autonomía y emancipación para las mujeres, derecho al aborto, al divorcio, abajo la ley de adulterio, amnistía, libertad, democracia. Inmensa vida de luchas ciertas de Dulcinea Bellido y de sus compañeras del MDM, la que glosó Arriero. Y de nuevo, porque ellas fueron, somos.

Cristina Simó, el MDM de hoy presente en todas las luchas
El tan tan de las luchas volvió a entonarse en la voz de Cristina Simó, mujer comunista, hermana feminista, actual presidenta de MDM. Y en ella la voz de Dulcinea sonó renovada, actualizada, audaz, restaurada en el momento de las luchas actuales, cuando un grupo de nuevas militantes se alzó contra esas aparentemente distintas caras –que sin embargo ocultan los rostros de los mismos ogros del patriarcado de todas las épocas– reactivando el MDM en 2013, para oponerse a los recortes en las vidas de las mujeres planificados por los “prohombres” del Gobierno de Rajoy. Las mujeres del MDM presentes en los viernes negros contra los recortes, las mujeres del MDM presentes en las huelgas generales contra la reforma laboral regresiva y especialmente lesiva contra las mujeres, las mujeres del MDM presentes en las marchas contra las violencias machistas, y como no, las mujeres del MDM en pie de guerra para defender el derecho al aborto una vez más, y con su arrolladora fuerza de unidad –juntas y echando madera a la locomotora del Tren de la Libertad– cargarse al ministro Gallardón en 2014, ese varoncito blanco, rico y paterfamilias que osó poner sus zarpas sobre un derecho que no se toca para las mujeres. La comunista, la feminista Simó cerró su turno con dos logros que unen al MDM de Dulcinea con el actual MDM. Desde 2015 las mujeres del MDM se afanan por poner en la agenda la barbaridad, el atentado socialmente insoportable contra los derechos humanos que suponen la prostitución y la trata, y lo hacen impulsando y organizando la Red de Municipios Libres de Trata. A continuación, en 2016, se reunieron con todos los grupos políticos del Parlamento de España para frenar en seco el conato de regulación de los vientres de alquiler. Cristina Simó y las mujeres del MDM siguen haciendo honor a la voz de Dulcinea Bellido en los rostros de la campaña del “Yo paro” de 2017, en las caras felices de la huelga general feminista del 8M del 2018 y en todas las campañas nacionales e internacionales en las que está presente este movimiento autónomo.

La magia del cine, nos trae a Dulcinea en dos dimensiones
La tarde del 11 de marzo por fin vimos el propio rostro de Dulcinea, escuchamos su propia voz en la magia del cine. Sentimos sus anhelos, sus luchas, sus victorias y sus derrotas, las personales, injustas, las que duelen hondo en la película sueca de 1976 Mujeres en lucha. Con la cinta asistimos a la dicha del reencuentro, imágenes en movimiento que llevaron a su hijo Daniel a confesar que le gustaría mucho poder hablar de nuevo con su madre, tranquilamente, para poder conocer todos sus sentires. Merche Comabella destacó la grandeza de una Dulcinea visionaria, que supo unir la lucha contra la dictadura, la lucha feminista y las luchas por derechos democráticos, en definitiva, la grandeza de una mujer que supo ver muy pronto que “el feminismo y la democracia van unidas, son indisolubles”.
Una placa conmemorativa dice su nombre

La mañana del 12 de marzo Dulcinea Bellido Carvajal entró en el salón de plenos del Ayuntamiento de Valencia del Ventoso entre las manos, las voces y las emociones de sus familiares, vecinas y amigas, que se reunieron para escuchar al cronista y ex alcalde Lorenzo Suárez historiografiar los antecedentes familiares de Dulcinea, las duras vidas de esas gentes durante los años veinte y treinta, la miseria, la pobreza, ese “esto no puede ser” del cura Ezequiel Fernández cuando veía morir de hambre a las hijas y los hijos de sus convecinas, mientras los propietarios de todo vivían en una opulencia escandalosa y sanguinaria, una opulencia asesina. Esa opulencia, esa riqueza condenaba a la muerte a los más, a los nadie que labraban las tierras con sus manos a cambio de mendrugos. Suárez habló del padre de Dulcinea, un socialista que tenía dos preciadas pertenencias: un traje de bodas motivo de orgullo para ponerse de limpio y una edición del Quijote, libro que leía y admiraba, del que salió el nombre de su hija. Dos preciadas pertenencias que le robaron cuando fue recluido en un campo de concentración y allanaron su casa. “Ahí va mi percha” dijo años después cuando salió de la cárcel y vio su traje abrigando el cuerpo de otro hombre. El recorrido de Lorenzo Suárez por los desgarradores sucesos de la guerra y la postguerra dieron cuenta cumplida de la negrura de una etapa que negaba hasta los nombres, obligando a la familia de Dulcinea a renombrarla como María, porque ese nombre salido de la pluma de Cervantes había pasado a ser ilegal en esa España de la Victoria, de descerebrados asesinos que gritaban “viva la muerte, muera la inteligencia”.
José Manuel Corbacho Palacios, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura refirió la importancia de este tipo de actos para entender el presente actual y recordó nombres de mujeres extremeñas que están siendo rescatadas del olvido.

Asimismo, Carmen Sevilla, miembro del Comité Regional de Partido Comunista en Extremadura, se felicitó por la oportunidad de reconocer de una forma tan entrañable a una camarada, Dulcinea Bellido, injustamente olvidada, una personalidad luchadora que sirve de ejemplo hoy para las mujeres actuales.

Para finalizar, Marga Sanz, miembro del comité central del PCE y directora de Mundo Obrero, recupero su voz, la voz de Dulcinea de nuevo. Afirmó que “la lucha por la igualdad tiene nombre, y uno de esos nombres es Dulcinea Bellido Carvajal, que luchó incansablemente y con perspectiva feminista por la democracia y la igualdad. Con estos actos de recuperación de su memoria hemos conocido la trascendencia de su lucha y el legado de fortaleza e ilusión de Dulcinea para dar espacio a las mujeres”. Marga Sanz agradeció, en nombre del Partido Comunista de España, el reconocimiento a la figura de Dulcinea realizado por el Ayuntamiento del pueblo que la vio nacer, asegurando que con la placa conmemorativa se hace “visible a Dulcinea en el libro de oro de la Memoria Democrática de nuestro país y del feminismo de clase que impulsó”.

Tras las palabras de Marga Sanz caminamos en comitiva hacia la casa que vio nacer a Dulcinea Bellido Carvajal y en su fachada, su hija Violeta, su hijo Daniel y su amiga Mercedes Comabella, acompañados por Serafín Barraso, teniente de alcalde y Ana Mata del Real, descubrieron la placa conmemorativa de su nacimiento y paso por Valencia del Ventoso.
Su hijo Daniel expresó su agradecimiento, también en nombre de su hermana y familia, y afirmó que durante estos dos días de reconocimiento y recuperación de la memoria de su madre en su pueblo natal se había reconciliado de alguna forma con este lugar, que solo había visitado una vez siendo muy pequeño, y al que nunca había regresado hasta ese momento.

Como expresé al inicio de este texto, me enorgullece, me alegra y me enriquece vitalmente haber podido ser testigo de un acto de Memoria Democrática tan bello, tan generoso y tan sentido, para que la voz de una de las grandes luchadoras comunistas por derechos democráticos y feministas no se borre nunca de la historia.