El miércoles 6 de septiembre, la Cámara de los Comunes británica volvió a hacer alarde de cómo lidian con sus crímenes colonialistas: tapándolos. 288 diputados contra 205 votaron a favor de no investigar ni juzgar los crímenes cometidos contra la población civil por su Ejército y los grupos paramilitares que financiaba el gobierno británico en el norte de Irlanda, durante los años que duró el conflicto en los seis condados irlandeses del norte conocido como los Troubles (1968-1998).

Según los diputados Tories, votan a favor de la “reconciliación” y así conceder una amnistía a los miembros del Ejército Británico o miembros de los grupos paramilitares unionistas como el UVF o UDA, que mantenían conexiones con la extrema derecha y grupos neonazis británicos y eran financiados por el gobierno británico y apoyados por el Ejército. Con está ley nunca serán juzgados los responsables de la masacre de Ballymurphy (1971), el Domingo Sangriento (“Bloody Sunday”, Derry, 1972), los atentados en Dublín y Monaghan (1974), la masacre de la Miami Showband (Newry, 1975), los tiroteos de soldados y lealistas británicos en los funerales republicanos o tiroteos a civiles como John Pat Cunningham, Patrick Butler o Majella O’Hare.(*) Más de 1000 asesinatos durante los Troubles aún no han sido resueltos.

«Cuando nosotros infringimos la ley, vamos a la cárcel. Cuando el gobierno incumple la ley, el gobierno cambia la ley», Bernadette Devlin, ex diputada irlandesa republicana del Parlamento Británico y fundadora del SDPL

Las reacciones a esta controvertida ley no se han hecho esperar y ha sido rechazada por absolutamente todos los grupos políticos del norte de Irlanda, incluido el partido conservador unionista británico DUP, que la ha catalogado como “un día oscuro para las víctimas inocentes”. John Finucane, diputado del Sinn Féin, ha descrito la ley como una “devastación para las familias que solo buscan verdad y justicia”. El padre de Finucane, Pat Finucane, fue un abogado asesinado por lealistas británicos en su domicilio en Belfast en 1989. El líder del SDLP ha afirmado que “al Gobierno británico no le importan los derechos de las víctimas, pero hay que defender las normas internacionales de derechos humanos de las que todos nos beneficiamos”.

También las familias y las asociaciones de víctimas tildan esta ley como “excepcionalmente cruel” y piensan tomar acciones legales a través del defensor de los derechos de las víctimas, Raymond McCord. Su hijo fue asesinado por lealistas en 1997. A través del hashtag “NeverGivingUp” las víctimas han ido compartiendo estos días en redes sociales sus historias y la de sus familiares asesinados por lealistas y soldados durante los 30 años que duró el conflicto.

El gobierno irlandés también está trabajando para tomar acciones legales contra la ley británica a través del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ya que la ley no cumple con el Convenio Europeo de Derechos Humanos, firmado por el Reino Unido. Llama especialmente la atención que el gobierno de derechas y neoliberal irlandés esté tomando cartas en el asunto cuando siempre se han mostrado bastantes tibios a la hora de hablar de la unificación o el conflicto en el norte de Irlanda.

El colonialismo sangriento del Ejército británico deja víctimas a su paso en países como India, Kenia, Malasia o las Malvinas, aparte de Irlanda, Siria o Irak. Sin embargo, su manera de lidiar con sus crímenes es ignorarlo, taparlo y negarlo. No lo enseñan en las escuelas ni lo estudian, ni siquiera lo sucedido en Irlanda. En una entrevista al grupo de hip-hop irlandés Kneecap, al preguntarles por qué creen que los británicos saben tan poco sobre Irlanda o su colonialismo uno de los integrantes, Mo Chara, lo resumió a la perfección “la ignorancia es construida en vuestra cultura”.

A través de nuestra solidaridad internacionalista debemos apoyar a todas las víctimas que siguen buscando verdad, justicia y reparación. Que sus nombres no se borren nunca de la historia.

(*) La masacre de Ballymurphy (1971): durante los días 9 y 11 de agosto, el 1er Batallón del Regimiento de Paracaidistas del Ejército Británico mató a 11 civiles inocentes.

El Domingo Sangriento (“Bloody Sunday”, Derry, 1972): el 30 de enero, el mismo batallón de la masacre de Ballymurphy, asesinó a 14 personas en una manifestación pacífica y civil en Derry.

Los atentados en Dublín y Monaghan (1974): el 17 de mayo, el grupo paramilitar unionista UVF puso dos bombas coordinadas, una en Dublín y otra en Monaghan, matando a 33 personas. Se sabe que el UVF estaba financiado por el gobierno británico.

La masacre de la Miami Showband (Newry, 1975): Miami Showband era una banda de música muy conocida en Irlanda que fue bombardeada y tiroteada por lealistas británicos. Murieron 3 miembros.

John Pat Cunningham tenía 27 años y dificultades cognitivas cuando fue tiroteado por la espalda por Dennis Hutchings, oficial británico. Jonh tenía miedo a las patrullas británicas y salió corriendo al verlos cruzar la esquina. Nunca llegó a su casa. Patrick Butler fue asesinado en la masacre de Springhill, donde cinco personas fueron asesinadas por el Ejército Británico. Patrick corrió a socorrer a Margaret Gargan, una niña de 13 años que fue alcanzada por una bala de los soldados. Cuando fue a ayudarla, le mataron. Majella O’Hare tenía 12 años y fue tiroteada por una patrulla británica cuando se dirigía a misa.

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