Con este título sale el último número 260 de Nuestra Bandera, recogiendo la temática central de su sección política. En ella se plantea una cuestión importante, que teniendo perspectivas globales, afecta directamente a nuestra realidad cotidiana. Nos referimos al aumento de la tensión belicista provocada por el imperialismo ante la crisis de su modelo de dominio, que nos lleva al debate sobre la configuración de un Orden Internacional que se encuentra en transición y al modelo de Seguridad que lo sustente.

Para afrontar este debate desde una perspectiva histórica recordamos la creación de  Naciones Unidas ante la barbarie que supuso la Segunda Guerra Mundial, como un instrumento internacional para resolver los conflictos de manera pacífica, negociada y diplomática, al tiempo que se proponía poner en marcha mecanismos para promover el progreso económico y social en todos los países. Se puede decir que la Carta Fundacional de las NN.UU. definía un modelo de Seguridad Integral. Modelo con el que romperían  las grandes potencias en 1947, especialmente EEUU, sustituyéndolo de facto por otro modelo de seguridad basado en la disuasión nuclear.

NB analiza la evolución y cambios del Orden Internacional a partir de la implosión de la Unión Soviética y la disolución del Pacto de Varsovia, que llevó al imperialismo a sustituir el enemigo soviético por un nuevo enemigo, el llamado terrorismo internacional, al que se le declaró la guerra, justificando la intervención de los EEUU y su brazo armado, la OTAN, en cualquier lugar del planeta sin pararse en las consecuencias de los conflictos que ha generado en este periodo (Irak, Siria, Afganistán Ucrania). Un Orden que vino acompañado de un “pensamiento único” legitimador del neoliberalismo como el sistema económico, social y cultural vigente en todo el planeta arrastrando tras sí pobreza, injusticia social, guerras y empeorando las condiciones de supervivencia del planeta.

A partir de ahí numerosos opiniones y la misma Directiva de Seguridad Nacional USA, constatan que ese Orden Internacional Unipolar ha entrado en crisis. La mayor parte de la aportaciones a la revista recogen esta opinión, señalando elementos centrales en la batalla ideológica de la derecha por la hegemonía donde plantean la reagrupación de los que cínicamente llaman países democráticos para confrontar con lo que más cínicamente aún definen como países autoritarios, en una vuelta a la situación de Guerra Fría que les asegurase el dominio sobre grandes zonas del planeta. La base de esta estrategia sigue estando en la defensa de un modelo de Seguridad basado en el alineamiento incondicional de los aliados y el fortalecimiento del gasto militar, pasando la OTAN a ejercer de facto el papel rector frente a las instituciones “civiles” (como la UE) que se ha subordinado a ella. En esta sumisión exigida por la percepción de la propia posición, los EE.UU. definen (unilateralmente) a sus enemigos “sistémicos”, y obligan al resto de aliados a alinearse con esas decisiones geoestratégicas. Es el caso de China.

Se constata, pues, una coyuntura internacional marcada por la confrontación entre quienes tratan de llevar al mundo a una situación de Guerra Fría de bloques de estados enfrentados, como estrategia para frenar el declive del orden unipolar bajo la hegemonía de EEUU, y la emergencia de una serie de Estados que se niegan a integrarse en ningún bloque y defienden un orden mundial con relaciones multilaterales que ya no esté sometido a ninguna dependencia tecnológica ni militar y que, por tanto, puede plantearse decisiones autónomas.

El peligro de la tentación bélica para mantener el status quo hace más necesario que nunca poner en pie un potente movimiento antimilitarista y por la paz, por un nuevo sistema de seguridad mutua, de carácter integral basado en un gran acuerdo, y que se oponga decididamente al incremento de los presupuestos militares y el desarrollo de nuevas armas y persiga el progreso de todos los estados del mundo. Así pues, hoy cobra toda su importancia el Movimiento por la Paz para presionar en favor de una salida negociada, diplomática, de los conflictos bélicos que hoy se desarrollan en todo el mundo porque somos conscientes de que mientras no se cierre la Guerra de Ucrania de una manera de diplomática y negociada, el imperialismo seguirá teniendo el mejor caldo de cultivo sobre que sostener su ofensiva en favor de una nueva Guerra Fría.

Por ello este número de Nuestra Bandera apuesta por la defensa de un Modelo de Seguridad Compartida que recupere el espíritu de la Carta de Naciones Unidas, de resolución de los conflictos internacionales de forma negociada. Un modelo de Seguridad que deje sin sentido la escalada armamentista, y permita traspasar gastos militares a fondos para facilitar el progreso de los países menos desarrollados.

Pero estas líneas no pueden precisar la riqueza de las aportaciones de quieres desde diversos enfoques nos trasladan sus opiniones, sus interrogantes, y que os invitamos a leer.

Además,  la revista rinde sendos homenajes a dos personalidades con un espacio propio y reconocido: Pablo Ruiz Picasso a los cincuanta años de su fallecimient con un texto del gran crítico de arte José María Moreno Galván (Revista Triunfo, 1966: Picasso, un centenario celebrado con 15 años de anticipación), una magnífica glosa del pintor malagueño, “el español más universal“, en opinión del autor. Y a quien fuera Redactor Jefe de Nuestra Bandera durante los años de la transición, Valeriano Bozal Fernández (1940-2023), destacado integrante del “Equipo Comunicación”, cuya labor editora y de difusión del marxismo en las postrimerías de la dictadura fue de capital importancia, y ha sido luego un influyente historiador del arte.

En estas fechas, no podía ser de otra forma, Nuestra Bandera conmemora la figura de Salvador Allende y la vigencia de su pensamientoa 50 años después del Golpe Cívico Militar en Chile, algo necesario ante el manto de barbarie social que presenta y acrecienta la sociedad neoliberal.

Y por último, Julian Grimau innaugura lo que va a ser una sección puntual en la revista: “El movimiento comunista en su historia“ y a quien recordamos especialemnte en el año en que se cumplen 60 del asesinato por el régimen franquista, tras su detención y tortura. Un asesinato que conmocionó al mundo entero y movilizó a millones de personas. Nos honra Lola Grimau con el discurso pronunciado en el acto de homenaje a su padre organizado por el Partido Comuinista de España, el 21 de abril de 2023, en el Auditorio Marcelino Camancho de Comisiones Obreras en Madrid. 

Como siempre, acaba el número con las recomendaciones de libros. Un número, de gran utilidad política para el momento que vivimos y que ponemos a vuestra disposición como instrumento interesante para el debate de ideas hoy.

(*) Directora de Mundo Obrero

Etiquetas: