Sentaíto en la escalera,
Esperando el porvenir,
Y el porvenir nunca llega.
Tangos de Antonio El Chaqueta.
Habiendo estado atento a los muchísimos análisis tras las elecciones generales de julio, habiendo descartados los muchos intereses personales o partidistas de una buena parte, podemos concluir en un resumen que se ha convertido en “meme”: “pá habernos matao”.
Un buen resultado electoral, teniendo en cuenta los resultados de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, se ha conseguido con una izquierda desorganizada. Pero, ¿podemos afrontar así el proyecto de una década de reformas democráticas y sociales necesarias en este país?
No os preocupéis, esta vez lo vamos a hacer bien.
Esta vez no vamos a cometer el error de encerrarnos en una burbuja, canal de televisión o como quieras plantearlo. La batalla de las ideas la vamos a dar en los medios generalistas que sigue la clase trabajadora, las redes que utiliza nuestra gente y sobre todo, en la calle.
Como hemos aprendido, no vamos a crear círculos de poder, unos frente a otros. Ya nos lo advertía Monty Pyton.
El espectáculo no lo vamos a dar entre cuatro, muy listos y muy preparados. Vamos a crear un movimiento político y social.
Ya sabemos que un grupito, por genial que sea, no es capaz de doblarle el pulso al PSOE, a la derecha catalana y a la derecha vasca. Los avances sociales los vamos a impulsar desde la movilización.
Nuestra lucha no va a ser por el cargo. Nuestra lucha va a ser cambiar este pais.
No pienses que vamos a tener veinte voces, cada una diciendo una cosa.
Pero, sobre todo, no creas que se van a hacer cosas incomprensibles desde la cúpula, ya que todo va a ser explicado y compartido con la base.
Y esto va a ser así, porque estamos hartos y hartas de perder. Queremos ganar el futuro.
Ni nos sirve el caos organizativo actual, ni consolidar un partido socialdemócrata, el que espera a gobernar en nombre del pueblo pero sin el pueblo.
La diferencia tan grande de resultados entre el mayo de las elecciones municipales y autonómicas, y el julio de las generales, es porque existe un electorado de izquierdas, que se cansa de nosotras y deja de votar. A la vez, nos apoya con entusiasmo en cuanto se plantea algo medianamente presentable. Es un electorado que castiga nuestras divisiones, que percibe que un partido ensimismado, que solo habla de lo suyo, no sirve.
Sumar o es el espacio de la democracia radical o no es nada. Bueno, sí: varios partidos peleándose por el poder.
No es que ya no nos quede tiempo para meter la pata. Podemos seguir en nuestro cutrerío varias décadas más. Mientras haya alguna representación institucional, aquí paz y después gloria.
Lo que no quedan son ganas de volver a lo mismo de siempre. Hay agotamiento del personal. Hasta de los que “caimos en la marmita” de la política desde muy jóvenes.
Si quienes nos desaniman cada vez que hablan hubieran hecho la campaña a pie de calle, como otras muchas hemos hecho, entenderían lo que la gente nos dice en nuestros barrios.
Que no se nos puede dar crédito eternamente. Que ya tenemos años y experiencia para saber lo que funciona y lo que no.
Y digo yo, si todos los documentos de la izquierda plural apuntan a la formación de un movimiento político social, de una base social que empuje en la transformación social, ¿por qué no lo hacemos?