Comienza y acaba su análisis con la monarquía como forma de Estado, no sobre el rey como persona. «Soy profundamente republicano. Quizá, tal vez, en un momento determinado fuera necesario, para evitar una guerra civil, aceptar la monarquía. Pero, hoy día, ya no tiene sentido. La monarquía es ilegal, porque la República de 1931nunca ha sido abolida de forma legal. Hubo que aceptar el dictado de Franco porque la gente no quería otra guerra civil. La monarquía es ilegal, al margen de las simpatías o antipatías que genera el rey», aclara Vázquez de Sola.
Después de la proclamación del rey, a la muerte de Franco, la siguiente tarea fue la redacción de un texto constitucional, votado el 6 de diciembre de 1978. A su concepción aplica el título del libro: «La Constitución es un poco ‘bastardilla’, por cuanto no es hija legítima; ha sido concebida por el propio fascismo en la persona de Adolfo Suárez. Las libertades no se dan por decreto; las libertades se conquistan. Esta Constitución ha sido hecha bajo el miedo. Podría tener algo positivo si, al menos, se respetara en su integridad. Fue hecha bajo amenaza y ahora sólo se respeta lo que beneficia a la extrema derecha. Por ejemplo, la separación Iglesia-Estado o la libertad de prensa, por decir algo, no se respetan. Lo único que se puede decir ahora es quién se está follando a quién, pero de lo serio nada. Cuando se hacen chistes políticos, como dice mi amigo Peridis, se hacen chistes de políticos y no políticos. Aquí no hay libertad ninguna. Los periodistas de verdad que intentan decir algo no pueden. Y lo de la televisión ya ni te cuento: llaman terroristas a los resistentes iraquíes y libertadores a los invasores norteamericanos. Nada de lo que beneficia al pueblo se respeta en la Constitución. Todos los periodistas están trabajando bajo coacción. Te dicen lo que tienes que escribir o contar, cómo calificar a tal o cual organización».
Ante todo, comunista
Andrés Vázquez de Sola es Presidente de Honor de las Juventudes Comunistas, lo cual le llena de satisfacción por un doble motivo. «Primero, porque se me hace joven honorario (risas). Segundo, porque en la juventud está la contestación social, el impulso real. Yo soy partidario de la unión de la izquierda, pero menos de que se olvide la palabra ‘comunista’. Me duele mucho que no podamos decir que somos comunistas; por eso, ser Presidente de Honor de las Juventudes Comunistas, y no de las Juventudes de cualquier izquierda, me hace sentir mucha alegría».
En estos días, anda enfrascado en otro trabajo que se llamará ‘República o «esto»‘, donde aborda la aportación de cien personas claves de la II República. «Yo no me puedo creer que haya cambiado tanto España como para que no haya hoy una centena de hombres honestos que piensen, honradamente, que la República es, por dignidad, la forma más humana de Estado, aunque el país más criminal, o sea, Estados Unidos, sea una república. Las hay malas, es cierto, pero el principio básico subsiste: nadie puede ser mejor que otro hombre por haber nacido en una familia determinada».
Su militancia comunista la deja sentada al final de la conversación: «Para mí, IU debe ser el Partido Comunista junto con los partidos que tengan las mismas ambiciones, los mismos deseos e intereses de clase que el PCE. Yo soy comunista, mi cultura es andaluza, y luego solidario y amigo con los que están con nosotros. No es suficiente ser de ‘izquierdas’, porque hoy lo que existe es el ‘sistema’ o el ‘antisistema’, estar de acuerdo con la gran mayoría de politicastros o con la dignidad humana.”