El primero de enero de 1959, cuando el Comandante Fidel Castro entra en la ciudad de Santiago de Cuba al frente del Ejército Rebelde tras derrocar la más sangrienta de las dictaduras militares, triunfan los ideales de independencia y soberanía por los que venían luchando varias generaciones de patriotas cubanos.
La fecha marca el inicio de un profundo proceso revolucionario que convierte a Cuba -última colonia de España en América Latina-, en el primer país socialista del hemisferio occidental. Singular destino histórico en el que nuestra Patria, bajo la dirección del Partido Comunista liderado por Fidel Castro, ha tenido que salvar obstáculos que en un tiempo parecieron invencibles.
Ha sido casi medio siglo enfrentando las agresiones de diez presidentes norteamericanos que han utilizado diversas vías en su intento por derrocar a la Revolución cubana, entre las que se encuentran, por ejemplo: la invasión de tropas mercenarias por Bahía de Cochinos; la Crisis de Octubre que puso al planeta al borde de una guerra nuclear; los múltiples actos terroristas, con su trágico saldo de 3.478 cubanos fallecidos; las inverosímiles campañas de calumnias contra la nación cubana y el humanismo de su obra revolucionaria; la implementación del genocida bloqueo económico -el más largo en la historia de la humanidad-, con el cual tratan de aniquilar por hambre y enfermedad al pueblo cubano y que, en términos financieros, ya ha costado al país más de 86.000 millones de dólares.
Sin embargo, a pesar de los daños que han causado esas agresiones y de las carencias ocasionadas por el bloqueo, Cuba es hoy el país de mayor equidad en la distribución del ingreso en América Latina y el que posee los servicios de educación primaria y secundaria de mayor calidad. También, los cubanos disfrutan de los mejores servicios de salud en el continente. El país ha alcanzado el primer lugar en indicadores favorables de mortalidad infantil y en ofrecer atención médica primaria permanente y remisión a servicios de alta tecnología.
La revolución educacional que hemos acometido garantiza que la población cubana tenga una formación educacional de más de 9 grados y acceso a estudios superiores, en cualquier parte del país, a todos los que quieran acceder a ellos. Cuba posee el menor índice de desempleo de América Latina y de los países capitalistas subdesarrollados y ofrece alimentos subsidiados que cubren no menos de la mitad de las necesidades nutricionales de la población.
Es bueno recordar que al triunfo la Revolución, la población cubana apenas alcanzaba la cifra de seis millones de habitantes; sin embargo, el país tenía casi un millón de analfabetos. Dos años después, en 1961, el analfabetismo había sido totalmente erradicado en el país. Hoy, contamos con más de 800.000 profesionales que son graduados universitarios y el nivel escolar promedio de la población es de Educación Media. Con el proyecto iniciado hace apenas cinco años ha logrado la municipalización de la Universidad y la apertura de 3 000 aulas universitarias en lugares donde no había centros de Educación Superior. En este momento Cuba tiene 620.000 estudiantes universitarios, la matricula más alta de su historia en Educación Superior.
La Revolución cubana no olvida su vocación de solidaridad con el resto del mundo. Así lo reconoció la UNESCO en 2006, al premiar a Cuba por su programa internacional de alfabetización «Yo sí puedo» que, traducido en 12 lenguas, ha logrado alfabetizar a casi tres millones de personas y actualmente se aplica en quince países, con la asesoría técnica de docentes cubanos.
Asimismo, Cuba que durante todo el proceso revolucionario ha otorgado becas para que estudien miles de jóvenes procedentes de países subdesarrollados, tiene hoy en sus aulas a más de 27.000 estudiantes de diferentes áreas geográficas que estudian, gratuitamente, disímiles carreras universitarias, entre las que sobresalen la formación de médicos, estomatólogos y otros especialidades de Ciencias Médicas.
Mientras, casi 30.000 médicos cubanos y otros trabajadores sanitarios brindan sus servicios en unos 60 países, salvando decenas de miles de vidas humanas; durante 2006 continuó desarrollándose, en el área de América Latina y el Caribe, la Operación Milagro que, hasta diciembre de ese año, ha devuelto la luz a los ojos de 510.644 personas que estaban condenadas a carecer de visión. El nuevo Programa de Formación de Médicos Latinoamericanos iniciado en 2006, alcanza ya una matrícula de 12.078 alumnos, a los que se suman 7 819 estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina, en la Ciudad de La Habana.
Honrosas misiones cumplieron 2.564 médicos y paramédicos, el pasado año, en Pakistán, afectado por el terremoto que lo azotó a finales de 2005, donde realizaron más de 14.000 intervenciones quirúrgicas y atendieron a 1.743.000 pacientes. Cuba aportó a este país el 73 % de la ayuda médica recibida. El personal de salud cubano, también brindó su colaboración en Indonesia para enfrentar los efectos del terremoto que asoló a esa nación. Allí, 135 cooperantes atendieron en consulta 102.000 pacientes y efectuaron 2.207 intervenciones quirúrgicas.
En el transcurso del pasado año, el mundo conoció la noticia de que la importante organización no gubernamental WWF (World Wild Fund) declaró a Cuba como el único país del mundo que combina un alto desarrollo humano y una adecuada sostenibilidad ambiental. Este hecho tiene gran relevancia, sobre todo en momentos en que los científicos han demostrado que se avecina un gran calentamiento de la atmósfera y fuertes cambios climáticos, de consecuencias imprevisibles, cuyos orígenes están en el desmedido consumo de hidrocarburos y otras sustancias que afectan al medioambiente.
Todas estas cuestiones, y muchas más, hacen que la mayoría de los cubanos defiendan la construcción del Socialismo y estén de acuerdo con la Revolución cubana.
En Cuba, el pensamiento de Marx, Engels y Lenin se vincula muy estrechamente con la doctrina de José Martí -cumbre de las ideas vanguardias de su época y síntesis de las tendencias ideológicas más revolucionarias de los patriotas cubanos del siglo XIX- y las ideas creadoras de Fidel Castro. Ese es el pensamiento que guía el derrotero de la nación.
Aunque el pensamiento de Fidel Castro es de una amplitud inconmensurable, escogimos cuatro conceptos fundamentales desarrollados por él que permiten encarar los retos que enfrenta la nación cubana, como nación y como proceso político. La aplicación de estas concepciones, ha de garantizar la continuidad histórica de nuestra Revolución y su ideología. Son los siguientes:
1. El concepto Guerra de Todo el Pueblo que nos ha permitido alcanzar la invulnerabilidad militar en la defensa de nuestro país. Su esencia radica en que cada revolucionario tiene un lugar, un medio y una forma para enfrentar cualquier agresión militar.
2. La Batalla de Ideas, es un conjunto de importantes programas educacionales, científicos, culturales, políticos y sociales, dirigidos a elevar la cultura integral de los cubanos. La Batalla de Ideas es una vía fundamental para alcanzar la sólida preparación ideológica que constituye la principal arma de enfrentamiento con el enemigo y para resolver nuestros problemas internos.
3. La Revolución Energética, novedosa y amplia concepción cuya aplicación garantiza el desarrollo de la economía cubana, tomando como premisa fundamental el ahorro de la electricidad, los combustibles y otros productos energéticos. La Revolución energética promueve el empleo de fuentes no contaminantes para producir electricidad
4. El concepto de Revolución, expresado por Fidel Castro en su discurso del primero de mayo del 2000, que define lo mejor del pensamiento revolucionario cubano a partir de veinte ideas que constituyen -como expresara el General de Ejército Raúl Castro Ruz- «la quintaesencia del trabajo político e ideológico en nuestro país».
La interpretación cabal y la práctica del pensamiento del Comandante en Jefe es y será brújula en el contexto político, económico y social que nos ha tocado vivir.
Las perspectivas de futuro de Cuba son optimistas. El compañero Fidel Castro, quien en su convalecencia se recupera satisfactoriamente, continuará dirigiendo nuestro proceso revolucionario e influyendo con sus ideas y su inmenso ejemplo para proseguir la transición hacia el socialismo, comenzada el primero de enero de 1959.
En el plano internacional, donde han perdido valor las ideas del neoliberalismo destaca la elección de Cuba para presidir el Movimiento de Países no Alineados y el escenario político latinoamericano favorable al triunfo de gobiernos latinoamericanos, cuyos pueblos están decididos a eliminar las injusticias sociales.
En este nuevo marco continuaremos brindando prioridad de primer orden a la elevación de la capacidad defensiva del país y a su invulnerabilidad militar; a la reducción de la dependencia externa de recursos esenciales para el país; al incremento de los ingresos en divisas diversificando las exportaciones; a la elevación de la calidad de vida de la población con la mejora de los servicios educacionales, de la salud, culturales y deportivos; y al aumento gradual de la oferta de bienes y servicios en función de los recursos disponibles.
La extracción de petróleo y gas se elevará ligeramente, la producción de níquel aumentará y las de azúcar y agropecuaria se recuperarán. Asimismo, el turismo crecerá, alcanzando los 2.400.000 visitantes. En sentido general la economía estará en condiciones de crecer a un ritmo en torno a un 10 % en este año 2007, cifra que duplica el pronóstico para la región.
Seguiremos adelante, no nos detendremos. El pueblo de Cuba tiene una historia que contar, un líder a quien seguir, una Revolución que defender, un Partido que lo guíe, una ideología que responde a las ideas más nobles de una sociedad, y un socialismo que vela por sus intereses.
Por lo anterior, Fidel al concluir su intervención el 17 de noviembre de 2005, terminó diciendo:
«Es muy justo luchar por eso, y por eso debemos emplear todas nuestras energías, todos nuestros esfuerzos, todo nuestro tiempo para poder decir en la voz de millones o de cientos o de miles de millones: ¡Vale la pena haber nacido! ¡Vale la pena haber vivido!»