M.O.: Se cumplen 2 años desde que el XVII Congreso aprobara su propuesta de elaboración de un manifiesto programa del PCE para el siglo XXI, y ya se ha cerrado la primera fase de su elaboración. ¿Qué se ha hecho hasta ahora y cómo valora el trabajo realizado?
J.A.: Se ha cerrado sin conseguir apenas el objetivo central de esa fase: la participación en un debate colectivo de todos los efectivos del PCE y de todas aquellas personas que lo hubiesen deseado. La izquierda en general y los comunistas en especial, necesitamos en esta hora del Capitalismo globalizado, replantearnos cual es el sentido de nuestra militancia; qué sociedad deseamos, qué valores aplicados en la cotidianeidad asumimos; qué «praxis» política realizamos; qué organización tenemos; para qué sirve, etc.

Creo que hay miedo a enfrentarse a las grandes preguntas y a los grandes cuestionamientos. Mientras no abordemos con rigor y decisión nuestra necesidad de reorganizarnos para ser más eficaces y generadores de grandes consensos alternativos, no saldremos de esta situación.

La construcción de una Alternativa es urgente y pasa por alianzas, programas, valores, estructuras organizativas y prácticas muy distintas a las que ahora hacemos. Pareciera como si la situación del Movimiento Obrero, los Partidos comunistas, el Capitalismo globalizado, los conceptos de calidad de vida, solidaridad, revolución, etc estuviesen fijados desde siempre por los grandes acontecimientos revolucionarios del pasado. La rutina disfrazada de lealtad a la causa petrificada es gratificante para la pereza mental.

La propuesta de Manifiesto-Programa que la dirección del PCE ha ido impulsando es cualquier cosa menos un debate académico. Espero que podamos empezar la siguiente fase y que ésta culmine en propuestas que sean realmente debatidas por todo el PCE. Creo que la Comisión Ejecutiva y la Comisión Redactora abordarán los trabajos con entusiasmo.

M.O.: Estamos en la segunda fase de trabajo del Manifiesto Programa y el primer paso va ser la creación de las comisiones temáticas para la primera quincena de septiembre. ¿Cuál va a ser el trabajo de esas comisiones?
J.A.: Comprobar el estado de disposición de las personas que aceptaron trabajar y organizar el temario, los calendarios, la participación y la infraestructura que permita lo que no ha sido posible en la fase anterior. De hecho ya hay unos temas prioritarios: Manifiesto-Programa, la Organización Revolucionaria, III República y otros que están suscitando cierto grado de ánimo y voluntad de trabajo. No obstante conviene recordar que además de las Comisiones redactoras se establecieron los Frentes de Trabajo; es decir el debate y elaboración con los camarada y amigos que desde su militancia comunista trabajan o han trabajado en aspectos, movimientos u organizaciones específicas: movimiento obrero, instituciones, movimiento ciudadano, organizaciones feministas, etc.Y se hace porque el PCE necesita saber y conocer las opiniones, experiencias y propuestas de nuestra gente en esos ámbitos.

M.O.: Al concluir la primera fase, en la evaluación realizada en el Comité Federal de abril fuiste bastante autocrítico con la participación de la militancia, que resultó ser menor de la esperada, ¿cuál es el trabajo que debería hacer de la militancia en esta segunda fase y cómo se va a potenciar?
J.A.: Debo decir en honor a la verdad que las esperanzas estaban puestas en los distintos niveles de dirección y fundamentalmente en los cuadros medios. La participación y el escasísimo esfuerzo de muchas organizaciones está clarísimamente reflejada en las contestaciones que se han recibido. Y muchas de estas han adolecido del método señalado para llevar a cabo los trabajos. Debo decir también, en honor a la verdad y la justicia, que determinadas organizaciones regionales han sido ejemplo de tesón, organización y esfuerzo a pesar de sus grave carencias de infraestructuras y medios. Mis palabras no son en absoluto una censura sino una crítica en el sentido etimológicamente correcto de la palabra crítica; es decir análisis. Pensamos que por aprobar una respuesta, una resolución, un documento o un proyecto éste ya está operativo. Creo que la clásica pregunta ¿Qué hacer? debe ser sustituida por esta otra ¿Qué estamos dispuestos a hacer?

M.O.: Una de las funciones del Manifiesto Programa es dar respuesta a algunos temas de actualidad como la construcción europea, que se está ultimando por la vía de urgencia, la precariedad laboral, el problema de acceso a la vivienda, etc. ¿Cómo se van a plasmar todos estos temas en la redacción del Manifiesto?
J.A.: Antes de dar respuestas debemos estar en condiciones de saber y asumir qué es LO QUE NOS CONVOCA; que nos hace sentirnos comunistas y cual es la tarea que colectivamente e internacionalmente emprendemos. Para mí ser comunista y comunista organizado, significa co-participar de una cosmovisión y de la tarea política para hacerla factible. Una de las cuestiones que debemos dejar en claro es que no se puede ser de izquierdas en el terreno político y en el campo social ser consumista, en la vida personal depredador del medio ambiente y machista en las relaciones de pareja o familiares. La clarificación sobre estos extremos nos permitirá abordar desde un amplio acuerdo la elaboración de propuestas y hacer las alianzas que las hagan realizables.

Los tiempos que vivimos con sus grandes aceleraciones y dificultades para la reflexión y la acción consiguiente nos obligan a una tarea paciente eminentemente pedagógica, socrática. Pensemos en Bertold Brecht. El concepto Movilización no se circunscribe a la acción de calle sino que bascula básicamente sobre la concienciación vía conocimiento, la intervención y la organización de la respuesta.

M.O.: Entre las prioridades políticas incluidas en el manifiesto del 30 aniversario de la legalización del PCE se encuentra la construcción de la III Republica ¿Cómo crees que debe iniciarse este trabajo en el seno del Partido?
J.A.: Una vez que se ha asumido que la III República no viene por si sola sino que es traída hay que definir una propuesta para someterla al debate ciudadano. Y esa cuestión parte de la respuesta a dos preguntas: ¿Qué República queremos? y ¿Para qué la queremos?. Nuestra tarea debiera consistir en lanzar una propuesta en torno a ejes de contenidos que estructurasen la Constitución republicana; a través del debate de los mismos se iría construyendo la fuerza social que instaurase la III República española.

M.O.: De cara a los próximos eventos internos en IU, se ha convocado una asamblea federal, ¿Cómo ves la izquierda alternativa en este siglo y cómo crees que debe reconstruirse?.
J.A.: Por lo que he leído no parece que la próxima asamblea federal de IU pretenda abordar la enjundiosa tarea de la izquierda necesaria en esta época. Pero eso no constituye un problema para mí porque pienso que esa labor no es propia de esas siglas; me explicaré.

Militantes y dirigentes del PCE; es decir hombres y mujeres que siguen perteneciendo a la organización comunista nutren con su presencia y actividad los distintos puestos de IU tanto en la dirección como en la base. La realidad que observamos diariamente es la contraposición de discursos, prácticas y actitudes en el seno de IU a cargo de hombres y mujeres que dicen ser comunistas. Difícil será que con esta realidad se consiga clarificación alguna. El problema reside en el Partido Comunista de España y es en él donde debe acometerse la solución. Esto es uno de los objetivos del Manifiesto- Programa. La confusión seguirá reinando en IU hasta que los y las comunistas, en nombre de la honestidad personal y política, adecuen personal, colectiva y orgánicamente su práctica y sus actitudes a un proyecto concebido, debatido y aprobado por el conjunto.