1. IU debe ser una fuerza anticapitalista y transformadora de la realidad social, que cuestione el actual modelo de producción y de vida por ser no sostenible y ser pernicioso para la supervivencia del planeta. Es necesario sustituir el «libre mercado» por un control público y social de la economía.
IU debe apostar por la profundización democrática de nuestra sociedad, por la democracia participativa, iniciar un nuevo proceso de convergencia política y social que impulse todos los cambios constitucionales necesarios, con el fin de garantizar los derechos sociales en una España Republicana y Federal.

2. Para construir la convergencia de la izquierda republicana de este país con los movimientos sociales y los sectores interesados en las transformaciones sociales debemos dirigirnos a los trabajadores, especialmente a los que ocupan las escalas mas bajas del sistema productivo: los cieneuristas, los precarizados, los jóvenes y los trabajadores inmigrantes, que aunque no voten, acabarán constituyendo el grueso de la clase trabajadora. Sectores objetivamente interesados en nuestras propuestas de cambio social son también los jóvenes, las mujeres, los jubilados, las familias monoparentales, sectores intelectuales y de profesionales progresistas, los enseñantes, así como los trabajadores de la cultura y de los medios de comunicación.

3. IU como «mps» (movimiento politico y social) debe funcionar sobre la construcción de síntesis dialécticas o consensos como método de toma de decisiones. Debe ser una obligación estatutaria, para asi tener que consensuar mas en una organización plural.
Sería conveniente abrir un nuevo proceso de adscripción individual a Izquierda Unida, clarificando los censos y facilitando la reincorporación de quienes nos abandonaron o fueron marginados o excluidos de la organización
IU necesita dirección colectiva y no un coordinador/a general, al menos en este periodo y hasta que el proyecto se haya revitalizado, considerando que hasta dentro de tres años no afrontaremos las elecciones municipales y autonómicas. Apostemos por un órgano de coordinación colectivo que asuma las tareas de la coordinación general durante un periodo que concluya, mas o menos en un año, en otra Asamblea Federal que evalué el proceso de reconstrucción emprendido.

Enrique Santiago, miembro del Consejo Político Federal de Izquierda Unida