El pasado 14 de noviembre, se cumplían 34 años desde la tristemente célebre firma de los «Acuerdo Tripartitos de Madrid», en los que el régimen franquista entregaba el Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania.
Treinta y cuatro años de silencio de los diferentes gobiernos españoles, ante la ocupación marroquí y las graves consecuencias, que se traducen diariamente en violaciones de los derechos humanos de la población saharaui. Un año más, la comunidad saharaui en España y el movimiento solidario con el pueblo del Sáhara Occidental nos disponíamos a manifestarnos en protesta de ese silencio cómplice, del derecho al pueblo saharaui de decidir su propio destino mediante un Referéndum y para que todos los presos/as políticos sean excarcelados. En la convocatoria de esta manifestación, teníamos muy presentes el secuestro por parte de la autoridades de ocupación marroquíes, hacía escasas semanas, de siete activistas saharauis en el aeropuerto de Casablanca (Reino de Marruecos). Su delito era ser activista de derechos humanos y volver de una visita a los campamentos de refugiados/as saharauis en la Hamada argelina. También pensábamos en los/as seis activistas, a quienes Marruecos confiscó sus documentos de viaje, con el fin de impedirles viajar y contar al mundo las violaciones sobre los derechos humanos que tiene que soportar el pueblo saharaui.
Toda una ola de represión que se acrecentaba, alentado por el discurso pronunciado por el Rey de Marruecos Mohamed VI en el acto de conmemoración de la «Marcha Verde» y que iba confirmando que la manifestación de este año, no iba a ser una manifestación más. Sin embargo, durante su celebración, con la llegada de las primeras noticias de que la detención de la activista saharaui de derechos humanos, Aminetu Haidar, en el aeropuerto de El Aaiún, había pasado de ser una de las muchas detenciones arbitrarias de las fuerzas de ocupación marroquíes a convertirse en una conspiración con el beneplácito del gobierno español, para expulsar a la activista de su país, tomo tintes de extrema gravedad.
La expulsión ilegal de Aminetu Haidar a España, sin pasaporte y en contra de su voluntad, pone en evidencia no sólo ya la violación de los derechos humanos del pueblo saharaui por parte de Marruecos, sino que muestra claramente la postura del gobierno español.
Sin embargo, ninguno de los dos países evaluaron la dignidad y el coraje, de la internacionalmente conocida «Gandhi saharaui». Tras la denegación del gobierno español a dejarla regresar a El Aaiún, Aminetu Haidar se ha declarado en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote. Su determinación para que le permitan la salida de España y volver a El Aaiún, con sus hijos, con su familia y a su tierra, permanece intacto después de 15 días de huelga de hambre. Las Mujeres Saharauis reafirmamos nuestra incondicional solidaridad y apoyo a las justas reivindicaciones de la activista saharaui de derechos humanos, Aminetu Haidar, y del pueblo saharaui. Pero quince días son demasiados para la resentida salud de la activista y 34 años son demasiados para un pueblo.
* Portavoz de la Unión de Mujeres Saharauis