Junto a la nueva convocatoria de movilización de las Marchas de la Dignidad el 22 de octubre, las mismas organizaciones, a las que se han sumado partidos y sindicatos, han montado las EuroMarchas, que el día 30 partían de Gibraltar, el extremo sur del continente europeo y un lugar simbólico por su condición de paraíso fiscal.
La salida no estuvo exenta de problemas, pues la intención de los convocantes era acceder al Peñón para iniciar ahí el recorrido, pero el Gobierno de Gibraltar había denegado el acceso.
Tras pasar por Jerez, las y los caminantes llegaron a Sevilla alrededor de las cinco de la tarde, donde comenzaba la manifestación. Acompañados por varios centenares de sevillanos que habían acudido para recibir y apoyar la marcha, se dirigieron al Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía y de algún que otro lobby que asegura aquí sus beneficios con el gran partido del Régimen del 78, el PSOE.
Y, de repente, se hizo el silencio. Una voz firme y curtida en la lucha de la calle como la de Manuel Cañadas, activista del Campamento Dignidad de Extremadura, hacía hincapié en la necesidad de la unidad “sabiendo quién es el enemigo: la Troika y el gran capital”, y por eso las Marchas de la Dignidad “han sido el único movimiento que ha hecho temblar al Régimen”.
También hubo espacio para la autocrítica con una metáfora de la altura: según Cañadas, para que los movimientos sociales tengan vida “deben de tener sus raíces en la vida cotidiana de la gente, porque si no solo hacen ideología; y deben de tener vuelo, porque sino hacemos corporativismo”.
En el horizonte aparece el día 15, fecha en la que llegarán a Bruselas y se encontrarán con caminantes desde los otros tres puntos cardinales del continente europeo. Una vez allí, se manifestarán por las calles de la capital belga contra la Cumbre Europea de jefes de Estado celebrada ese mismo día.
Al igual que miles de refugiados sirios marchan hacia la UE para encontrar refugio en el vientre de quien provoca la guerra que los desplaza, reivindicaciones que podrían parecer distintas pero responden a un mismo patrón: alguien que ha causado esa situación para ganar dinero. Y un sistema político que lo ha respaldado.
Y es que Europa no es una amalgama de pueblos que tienen derechos sociales por ser la cuna de la civilización que ha dominado el mundo: en Europa también han nacido algunos de los inventos más genocidas como la inquisición, el colonialismo, el fascismo, el esclavismo y el que los abarca a todos: el capitalismo. El mito de Europa va desvaneciéndose poco a poco.