“Los medios de comunicación cada vez son más parte de la dictadura del sistema. Su objetivo siempre ha sido influir, pero es que hoy ya no es que influyan, es que hoy dirigen la política, y hasta quiénes son los candidatos. Y si la realidad no les gusta, cambian la realidad. Si nos resignáramos estaríamos derrotados. Por eso Mundo Obrero es un instrumento fundamental de lucha porque cumple el papel de abrir ventanas, de dar voz a los que no la tienen y visualizar las noticias que otros no nos cuentan”, así comenzaba el Secretario General del PCE el acto de celebración del 85 aniversario que se realizó en el Ateneo de Madrid el pasado 30 de octubre.

José Luis Centella recordó a aquellos camaradas que aprendieron a leer con Mundo Obrero y rememoró el papel heroico de la publicación a lo largo de la historia del Partido, pero miró hacia adelante y reiteró una vez más su compromiso personal y político con el presente y el futuro de MO, como ya lo hizo cinco años antes desde el escenario central de la Fiesta del PCE, y como hace puntualmente desde siempre, ya que según recordó la redactora jefe de MO en su presentación, “Centella es probablemente la persona que más cree en Mundo Obrero. Nos consta que siempre ha dado la batalla para que esta publicación se siga imprimiendo y siempre nos lo ha demostrado, cumpliendo puntualmente con todas las colaboraciones que le hemos pedido”.

Centella habló del papel de Mundo Obrero como un instrumento de lucha, necesario e imprescindible para desmontar la gran mentira en unos momentos en los que “la dictadura del sistema es cada vez más poderosa, en que la realidad no es lo que pasa en la calle sino lo que sale en la pantalla de televisión. Pero si nos resignamos a que no haya un espacio en el que podamos plantear que hay otra realidad, la de la gente que lucha, estamos derrotados de antemano”, por eso, explicó, hay que contrarrestarles. Y una forma es poner en valor Mundo Obrero, “que a veces no lo hacemos, cuando me consta que parte del sistema y del ámbito del poder lee nuestro periódico con más atención con nosotros” haciendo alusión a comentarios recibidos por algún diputado del PP.

Centella abogó por la necesidad de contrarrestar las mentiras, “porque no aceptamos su pensamiento único”, añadió. “Mundo Obrero es libre. No es independiente”, como no lo es el resto de la prensa, según argumentó, “pero sí libre porque nadie le va a callar”.

Añadió que después de diciembre va a haber un gran debate sobre el futuro de la izquierda. Unos lo situarán sobre el pensamiento crítico, radical, nosotros lo vamos a dar no sólo desde el marxismo sino desde el Partido Comunista de España. Y Mundo Obrero va a tener un papel fundamental porque hay que reconstruir muchas cosas en este país y hay que hacerlo desde la ideología.

Desde la ideología y desde la cultura, ya que como incidió Centella, Mundo Obrero, a lo largo de su historia, sirvió para formar política y culturalmente a mucha gente. Y de cultura habló Antonio José Domínguez, el columnista decano de Mundo Obrero. Habló de sus comienzos, hace 29 años, cuando empezó a escribir sobre teatro, combinándolo con entrevistas y más tarde diseccionando libro selectos, como lo hace hoy en su sección “un mes un libro”, con la que nos acerca a los autores imprescindibles, a través de sus obras, una mano maestra con la que en cada entrega aprendemos literatura y reaprendemos historia.

Antonio José quiso dedicar su tiempo a recordar a las personas que había conocido en estas casi tres décadas y a aquellos a los que entrevistó y le dejaron huella indeleble, como Buero Vallejo, Francisco Umbral, José Luis Puértolas, entre otros, en unos encuentros en lo que se afanaba en “arrancar las verdades”.

Otro de los entrevistados a quien recordó con especial cariño fue a Armando López Salinas, en una de sus últimas entrevistas que concedió. Fue su hijo, en nombre de la familia, quien recogió de las manos de Antonio José un diploma con el que Mundo Obrero quiso homenajear a Armando, que entre otras muchas cosas fue subdirector de MO. Diploma similar con el que se quiso rendir homenaje a otro redactor jefe, escritor y editor como fue Manuel Fernández Cuesta, a nuestro referente en la lucha sindical Marcelino Camacho, y a los infatigables distribuidores de Mundo Obrero Trifón Cañameras y Bruno Moreno.

Si Francisco del Barrio, que nunca desde niño dejó de recibir Mundo Obrero en casa, presentó el acto en nombre del Ateneo, y la redactora jefe de MO hizó un homenaje a todos los que escriben, distribuyen y leen Mundo Obrero, su director, Ginés Fernández, realizó un repaso de la historia de la publicación del Partido y de su papel hoy. Explicó el compromiso de MO con la ruptura del sistema y con la unión social en torno a la movilización permanente, porque “creemos en la política con mayúsculas, en el debate de propuestas y de alternativas a los problemas de la gente”. Y también del contexto de los medios de comunicación indicando que en estas condiciones la exposición del mensaje de izquierdas alternativo y rupturista es complicado, si no imposible ya que “revestido con el mensaje del fin de las ideologías se oculta un ataque brutal a las ideologías de la izquierda transformadora y comunista” y frente a esto reivindicó que es tiempo de izquierdas, de alternativas y de Mundo Obrero.