Estimado ciudadano, estimada ciudadana:
Con Mariano Rajoy al frente del Gobierno aumentó la pobreza en España y se ahondó en la desigualdad social. El primer deber de un Gobierno es garantizar que su pueblo no pase hambre y en España con la posición en el ranking de la renta per cápita nacional que se asemeja a niveles de 2005 (en 2007, España ocupaba el número 30 en el ranking mundial con una renta per cápita 26.072€, y en 2013 según el Banco Mundial ocupó el lugar 25, en 2.014 se situó en 24.100€). El avance cultural y científico en el que vivimos en la segunda década del siglo XXI, todo indica que España cuenta con recursos y medios para que nadie pase hambre, estamos ante el fracaso más escandaloso, el que causa mayor dolor a la población, no puede un gobernante dormir tranquilo con su conciencia con unos datos de pobreza que tiene rostro femenino e infantil fundamentalmente, es un malvado.

Los nuevos ricos y las personas ultra-ricas en España han aumentado (la cantidad de españoles multimillonarios “más de 6 millones de euros” se ha duplicado y, el número de españoles que declaró tener más de 1,5 millones de euros en patrimonio se incrementó en un 15% entre 2007 y 2013), han desapareció miles de autónomos y pequeñas empresas, siendo más desigual que nunca en su historia. Hay una frase que sitúa las diferencias sociales y económicas “vuestro bienestar es nuestro malestar”.

La prioridad principal para Unidad Popular, Izquierda Unida y Alberto Garzón es garantizar que la población no pase hambre y luchar por una sociedad más igualitaria.

Cada día nos levantamos con titulares como: “Casi la mitad de las familias con tres hijos son pobres”, “De mal en peor: los datos de la pobreza en España no mejoran”, “La pobreza crece en Andalucía a unas 100.000 personas por año”, enfrentados con titulares faraónicos, “¿Quiénes son los tres hombres más ricos de España?”, “El sector del lujo sigue en crecimiento en España y el resto del mundo”, o programas de televisión en los que se exhiben mansiones y vidas estelares.

La pobreza es una plaga silenciosa, intensa, extensa y crónica en la que hay un baile de cifras según la asociación, institución, administración o Gobierno que realice el estudio sobre la pobreza. Lo que no genera duda es la gravísima situación que vive la sociedad española y el aumento de la brecha social entre rentas altas y bajas. El Estado no ha estado, ni está a la misma altura que los colegios, ciudadanos, asociaciones que hacen las funciones de las instituciones públicas, servicios sociales, políticas sociales. “No podemos recurrir a la solidaridad para paliar o “solucionar” un problema de Estado”.

Cuando pensamos en pobreza, nos creamos la idea de que afecta a un adulto/a, desempleado/a, desahuciado/a, con falta de alimentos, y en parte no erramos, pero el 22,2% de los españoles vive bajo el umbral de la pobreza y el 29,2% de la población residente en España se encuentra en riesgo de exclusión social.

Plaga silenciosa que convierte a los jóvenes y a los niños en grupos muy castigados (1 de cada 3 niños vive bajo el umbral de la pobreza), la baja intensidad de empleo (BITH) con contratos temporales y bajos salarios que no protegen de la exclusión, la falta de alimentos más los problemas de vivienda que sin duda evidencian la pobreza (caída del gasto medio de los hogares en carne y pescado un 18% desde 2.008, al mismo tiempo que su coste sube en 8 puntos de IPC). Hoy en día hay una privación de material severa, cuando una familia no cumple 4 de los 9 indicadores: pagar el alquiler, una hipoteca o facturas corrientes, no sufrir frío en los meses de invierno, afrontar gastos imprevistos, comer carne o pescado 3 veces por semana, al menos una semana de vacaciones al año, tener un coche, una lavadora, un televisor en color, un teléfono.

La pobreza obliga a renunciar al ocio, a la sanidad, a la educación, a la cultura, a la dignidad.

Estamos ante una alarmante calma social ante tal problemática, que aumenta día a día la desigualdad, no podemos caer en la aceptación de la situación. Hay que exigir al Estado medidas fiscales (aumento de impuestos para las rentas más altas, grandes empresas, luchar contra la evasión fiscal), aumento de inversión en políticas sociales (cobertura sanitaria universal, protección real contra desahucios y productos financieros engañosos), educación igualitaria y medidas urgentes que reduzcan la tasa de abandono escolar, así como promover la igualdad de género.

NOTA: CARTA Nº1 PARA CAMPAÑA UNIDAD POPULAR E IZQUIERDA UNIDA ELECCIONES GENERALES DEL 20 DICIEMBRE 2.015

Presidente de Honor PCA; exparlamentario de Izquierda Unida; coordinador de la Red de Municipios por la III República