El Reino Unido está en el caos; un caos perturbador ordinario, pero también un caos que resta atención a los asuntos internacionales, al ascenso de la derecha, a la concentración obscena de la riqueza en un pequeño grupo de personas y al desastre climático que enfrentamos.

La división política en el gobierno conservador y en menor grado en el Partido Laborista sobre el Brexit, domina los titulares y la discusión. El gran aumento de afiliados al Partido Laborista debería ayudar al proyecto de Corbyn a sobrevivir. En algunas áreas, la militancia de la izquierda del Partido Laborista está bien organizada, pero no en todas partes.

Corbyn acierta pidiendo elecciones generales, pero a la clase gobernante le da miedo un gobierno de izquierda y hará todo lo posible para detenerlo.

Fundamentalmente, el proyecto Corbyn es un intento de poner de nuevo las necesidades y los deseos de los trabajadores en el escenario político.

Abrumadoramente la militancia quiere permanecer en Europa, pero para reformar Europa. Pero lamentablemente, la dirección sigue comprometida con el Brexit.

Teresa May acaba de eliminar la cuota que los ciudadanos de la UE tenían que pagar para solicitar su estancia en el Reino Unido. Este sistema de solicitud y la inquietud general sobre los derechos de los ciudadanos de la UE supone un gran problema para millones de familias aquí.

Los salarios en Gran Bretaña todavía no se han recuperado del desplome financiero y el golpe y robo que ha supuesto y aún supone la austeridad. Este año vemos su mayor impacto. El porcentaje de la población de UK que vive bajo la pobreza es, según algunas estadísticas, peor que en Grecia.

Las pequeñas ciudades se llenan de tiendas vacías pero los alquileres de las casas no dejan de aumentar, con arrendatarios que tienen muchos menos derechos que en otros países.

Los bancos de alimentos son una demanda creciente. Una organización benéfica que proporciona productos menstruales gratuitos en las escuelas dice que su actividad ha recortado drásticamente el absentismo de las niñas porque si en sus familias no tienen para comida tampoco pueden permitirse el lujo de tampones. El enorme peso de los recortes de la austeridad ha caído sobre las madres solteras, trabajen o no.

La precariedad del trabajo de horas cero es común. Para el gobierno, una persona que trabaja una sola hora en una quincena es un trabajador. Pero el desempleo es menor que en la década de 1980.

La deuda estudiantil es enorme. Nuestras escuelas están fuera de control democrático y en algunas incluso tratan de impedir que las niñas y niños hablen en clase o en el pasillo, para que sólo lo hagan durante el recreo. Lo que se les enseña y cómo se les enseña, es decidido, en detalle, por este gobierno de derechas. Esto y la inseguridad están provocando problemas serios de salud mental.

Nuestro Servicio Nacional de Salud está siendo robado por las grandes corporaciones y si se mantiene funcionando es gracias a la increíble dedicación del personal. Se está preparando al NHS para los tratados de libre comercio de las grandes multinacionales.

Nuestros medios, una vez semi-fiables, ahora tratan a Corbyn como una amenaza para la nación.

El Brexit es un proyecto de extrema derecha, del gran capital especulativo. No es el levantamiento de los pobres de Gran Bretaña. La mayoría de los sindicalistas votaron por permanecer porque podían ver el festival de racismo y la reacción que supondría.

La izquierda quiere permanecer en Europa para luchar junto a los socialistas europeos para reformar radicalmente la UE y fortalecer nuestras luchas mutuas.
La extrema derecha se está convirtiendo en un problema en el Reino Unido. Ha habido algunos grandes manifestaciones de extrema derecha en Londres, y pequeños eventos en otras ciudades. Mi ciudad, Liverpool, está muy orgullosa de no haberles dejado manifestarse aquí.

El 2 de marzo hay una conferencia internacional contra el ascenso de la derecha en Europa, porque el internacionalismo está en el corazón del socialismo y de la izquierda.

Algunos buenos militantes han sido arrastrados por el debate del Brexit hacia una especie de nacionalismo, prefiriendo no abordar las cuestiones de los derechos de los migrantes o refugiados. El poder de las grandes corporaciones y el enorme poder internacional de la ciudad de Londres se ignora ya que se echa la culpa de todo a Europa. La derecha, a su vez, culpa de todo a Corbyn, que sigue siendo un hombre verdaderamente decente, y por supuesto, culpan a Europa.

Hay una profunda ira en la clase obrera. Un hombre al que negaron repetidamente su salario condujo su excavadora al hotel en cuya construcción trabaja y demolió parte de las obras. La respuesta ciudadana fue la de crear un crowdfund para apoyarle.

Esta ira se canalizará en la política si nosotros, la izquierda, podemos conseguir que las ideas del socialismo vuelvan a las comunidades.

[Traducción: Gema Delgado]

Portavoz de Left Unity