El 23 de marzo el PCE convoca una jornada de debate y reencuentro. Debate sobre el proceso que se está produciendo en casi toda Europa y ahora parece asomarse electoralmente a España: auge de la ultraderecha y retroceso de la izquierda transformadora. Se viene diciendo, y parece cierto, que la crisis estructural de la socialdemocracia, y su transmutación en social liberalismo, más las consecuencias de una globalización neoliberal, que deja a muchos perjudicados, están en la base de este auge de la ultraderecha, que no deja de revestir tintes y propuestas que la semejan a una especie de neofascismo. Pero, de otro lado, y nos compete fundamentalmente a nosotros, habría que analizar las carencias de la izquierda, en esta etapa en que reina la ideología posmoderna (como ideología específica del capitalismo tardío), a la hora de analizar todas las causas. Y, por tanto, habrá que ver qué corresponde hacer en un momento en que la hegemonía capitalista puede explicar con la mayor de las facilidades que, en Italia, por ejemplo (con lo que fue allí la lucha) ha desaparecido la izquierda (empezando por el PCI) y nadie parece echarla de menos. En España no es aceptable que ser ya totalmente europeos equivalga a más ultraderecha y menos izquierda, porque, en efecto, y las elecciones andaluzas parecen haber marcado el comienzo, esa homologación tóxica ronda nuestros territorios y expectativas.

Hablamos también de reencuentro porque es preciso volver a conectar con todos aquellos/as escritores y artistas que dieron una batalla específica por la conquista de las libertades, y que poco después, en torno a los hechos que fundamentaron la llamada transición, se desconectaron o, de alguna manera, fueron desconectados por la formas de la llamada “nueva política” o quizás por aquella epidemia de tacticismo que entonces se vivió. Otros, es verdad, no se desconectaron, sino que se adscribieron a la nueva ola de cambio, o lo que fuera, liderada por el PSOE y las fuerzas modernas de la transición neoliberal propiamente dicha, operada a partir de 1982.

Una de las primeras ideas de esta jornada radica en la necesidad de decidir, a través de un amplio debate (le dedicaríamos unas tres horas), de un manifiesto, que no sería un punto de llegada, sino de salida de cara a seguir reagrupando y organizando. La idea de las jornadas no se basa en un acto-bengala, brillante pero de recorrido muy limitado. A tal efecto, el manifiesto, más las ponencias que se expongan, o se remitan por escrito, conformarán un libro que nos servirá para, “montados” en él, recorrer las praderas de la piel de toro bajo la pancarta del No pasarán. Lo que quiere decir, y desde aquí hago una llamada, que deberéis programar en vuestros calendarios no solo la asistencia a la jornada, sino la redacción de una nota, o ponencia, o colaboración al efecto antedicho.

¿Cómo llamar al fenómeno ultraderechista o neofascista que se está produciendo? ¿Cómo caracterizarlo? ¿Cómo prever el futuro posible? ¿De qué modo combatirlo desde la izquierda? ¿De qué modo afrontarlo y combatirlo desde el debate cultural e ideológico? Son una serie de preguntas que puedan ayudar a la hora de concebir las ponencias.

Tras el debate a fin de redactar un manifiesto, habría una exposición en la que el Secretario General del PCE desarrollaría nuestros planteamientos, analizando la coyuntura, nuestra propia historia, y las consecuencias y actividades de todo tipo a partir de ahora, dados los cambios que se están operando.

Son unas jornadas modestas, pero que intentan poner en pie un principio organizativo en los momentos actuales, a fin de colaborar, desde el punto de vista de la cultura y del debate ideológico, en el impulso a una alternativa basada en la necesidad de un proceso constituyente frente a esa segunda transición que pretenden la derecha y la ultraderecha, organizándonos los próximos 20 años a través de un proceso de involución.