El 6 de octubre fueron las elecciones legislativas en Portugal en un contexto marcado por: los avances en la recuperación, defensa y conquista de derechos, alcanzados a través de la lucha de masas y la intervención decisiva del PCP; por la continuación de muchos de los problemas de los trabajadores, del pueblo y del país, que tienen su origen en la sumisión continua por parte del gobierno minoritario del Partido Socialista a las reglas e imposiciones del Euro, la Unión Europea y los intereses del gran capital; por el blanqueamiento de las responsabilidades del PS, PSD y CDS a la hora de definir las políticas de derechas; y por la acción de los sectores más reaccionarios con el objetivo de atacar al PCP y poner en cuestión a la propia democracia.
Recuérdese que en octubre del 2015 fue posible, por la lucha de las masas y la acción del PCP, conseguir la derrota del gobierno PSD/CDS e interrumpir la política de empobrecimiento y desastre nacional, incluyendo los planes de destrucción del régimen democrático consagrado en la Constitución de la República. Fue entonces cuando se constituyó un gobierno minoritario del PS –que el PCP no califica de izquierda y sobre el cual no fomenta ninguna ilusión-, no habiendo existido ningún acuerdo parlamentario o una denominada ‘mayoría de izquierdas’ en el Parlamento.
En los últimos cuatro años, el PCP nunca dejó de reivindicar sus propuestas, su programa e identidad comunista, apoyando todas las propuestas positivas para los trabajadores, el pueblo o el país y rechazando todo lo que consideró negativo a esos fines. Durante este período se conquistaron importantes avances con un impacto positivo en la mejora de las condiciones de vida de millones de portugueses y, consecuentemente, en el desarrollo económico.
El gran capital no perdona al PCP su papel en la recuperación, defensa y conquista de derechos, su firme defensa de los intereses de los trabajadores y el pueblo, con la interrupción de los planes antidemocráticos que tenían en mente los sectores más reaccionarios. Por eso desencadenó una amplia operación contra nuestro Partido, usando la mentira, la calumnia y la difamación. Una operación que procura atribuir al PCP concepciones y formas de estar que son contrarias a su práctica habitual y a su proyecto y que distorsiona o silencia su acción y propuestas.
Fue en este contexto político e ideológico que la Coalición Democrática y Unitaria (CDU) –que integra el PCP, el Partido Ecologista “Los Verdes” y otros demócratas– obtuvo cerca de 6,6% de la votación y 12 diputados, lo que representa una reducción de su expresión electoral y del número de diputados elegidos. Un resultado que fue construido con el empeño militante de miles de activistas, que permitió resistir la tentativa de un fracaso electoral hasta los niveles que la poderosa campaña contra el PCP, por parte de los centros del capital monopolista y los instrumentos a su servicio, apuntaban como inevitable.
En las elecciones, el PS no obtuvo la mayoría absoluta y el PSD y el CDS confirmaron su derrota. No obstante, nos encontramos delante de una coyuntura política diferente a la de 2015.
Como reafirmó en su comunicado del Comité Central del 8 de octubre, el PCP determinará, como siempre, su posicionamiento, vinculado a los compromisos que asumió con los trabajadores y el pueblo portugués, decidido a dar combate a todas las medidas negativas, a todos los retrocesos que el PS quiera imponer.
El PCP continuará afirmando su propuesta de una política patriótica y de izquierdas que, entre otros aspectos: libere al país de la sumisión al Euro y las imposiciones de la Unión Europea; que valorice el trabajo de los trabajadores; que promueva la producción nacional; que asegure el control público de la banca y los sectores básicos y estratégicos de la economía; que promueva una administración y servicios públicos al servicio del pueblo y del país; que asegure una justicia fiscal; que afirme la soberanía y la independencia nacional.
En este sentido y entre otras prioridades, el PCP tiene como objetivos inmediatos de lucha: el aumento general de los salarios y del salario mínimo nacional hasta los 850 euros; el combate contra la precariedad y la desregulación de los horarios de trabajo; la exigencia de ser revocadas las medidas perniciosas de la legislación laboral; el aumento de las pensiones de jubilación; la creación de condiciones para asegurar guardería gratuita a todos los menores hasta los tres años de edad; el derecho a vivienda; un Servicio Nacional de Salud reforzado y capacitado; servicios públicos aptos para responder a las necesidades; la inversión en transportes públicos; una justa política fiscal; una administración pública dignificada; la ampliación de las ayudas sociales; la garantía de protección de la naturaleza, del medio ambiente y el equilibrio ecológico.
Será con el refuerzo de la organización partidaria y de acción del PCP, con el desarrollo de la lucha de masas, con el fortalecimiento de las organizaciones y movimientos unitarios de masas, con la dinamización de una intensa acción en las instituciones, como será posible avanzar y afirmar el papel insustituible del PCP en la sociedad portuguesa, para hacer avanzar el país.
En un tiempo marcado por las incertidumbres, peligros y amenazas, el PCP representa, con confianza en los trabajadores y el pueblo, el desarrollo de la lucha de masas y el refuerzo del Partido, como el camino necesario para la defensa de la paz, el desarrollo y el progreso social; la construcción de la alternativa patriótica y de izquierdas; la democracia avanzada con los Valores de Abril en el futuro de Portugal, parte integrante e indisociable de la construcción del socialismo y el comunismo.
[Traducido por Bernardo Llamas]
Miembro del Secretariado Internacional del Partido Comunista Portugués