La batalla por un convenio digno de las trabajadoras y trabajadores de los supermercados asturianos ha dejado una huella en el sindicalismo contemporáneo en la región. En primer lugar, por lo complicado de movilizar y concienciar a un sector tan precario como es el de Minoristas de Alimentación, y en segundo lugar, por haberlo hecho con tanta dignidad, desde la unidad.
Tras la victoria en 2018 en las negociaciones, las trabajadoras, mayoritariamente mujeres, del sector, lograron arrancarle a la patronal una subida salarial y volver a situar la negociación colectiva de cara a enfocar un 2019 de mejoras en derechos sociales. Pero las empresas del sector no quisieron negociar hasta que en el otoño se sentaron con una propuesta que no cumplía los acuerdos y expectativas.
Ante esta situación de parálisis las y los representantes sindicales decidieron convocar una asamblea de todas y todos los trabajadores del sector para explicar la situación. Con una inmensa mayoría se decidió convocar una huelga en el sector de ocho días, en las fechas navideñas. Los argumentos eran claros: había un acuerdo y no se ha cumplido. Derechos sociales como los días de lactancia, que compute el desayuno o merienda como tiempo efectivo de trabajo, la subrogación de los trabajadores, que no se pierdan festivos o el aumento de días de vacaciones, seguían sin cumplirse.
Ante esta convocatoria, la patronal y las trabajadoras fueron convocadas en el servicio de mediación (SASEC) para intentar llegar a un acuerdo el 12 de diciembre. Pero esta negociación no logró ningún objetivo ni avance, porque la patronal directamente no se personó como tal sino que envió a un representante que no tenía margen de maniobra ni intención de cambiar de postura.
El apoyo social fue incontestable desde el principio y el Comité de Huelga y todos los delegados y delegadas sindicales se pusieron manos a la obra para que las razones de la huelga llegaran hasta el último centro de trabajo de Asturias. La unidad en el trabajo de organización y preparación fue clave para su éxito, como lo fue durante los días de huelga.
Llegaron las primeras cuatro jornadas de huelga los días 21, 22, 23 y 24 de diciembre. Y las trabajadoras y trabajadores respondieron en primer lugar manteniendo más de 48 horas cerrado con un piquete el centro logístico de Alimerka, la cadena de supermercados mayoritaria en el sector, impidiendo que salieran o entraran camiones. La capacidad de resistencia, el apoyo de otros trabajadores/as de sectores como la industria y la solidaridad de muchas personas y clientes de los supermercados, hicieron posible que la tensión creciese por el éxito de la huelga y que la patronal tuviera que mover ficha.
Justo antes de comenzar los siguientes cuatro días de huelga, el gobierno asturiano intercede y decide instar a las partes a que se vuelvan a sentar. Llegados a este punto, y con su imagen deteriorada a nivel social, la patronal decidió aceptar la propuesta del gobierno. Esta reunión queda fechada para el 13 de enero y con esto el compromiso de las centrales sindicales de desconvocar el resto de jornadas de huelga.
Y llegó la negociación de enero, y con ella algunos cambios en la propuesta de la patronal, que suponía avances en muchas de las reivindicaciones y la asamblea del 26 de enero decidió aceptarla. Concretamente han logrado introducir en el convenio dos días más de vacaciones, uno en invierno y otro en verano, lo que supone un total de 32 días al año y han recuperado los festivos que coincidan en vacaciones. También se ha ampliado el permiso de lactancia de 11 a 17 días, tienen un día más de libre disposición y las horas extra serán compensadas con dinero o con descansos, a elección del trabajador/a. Por otro lado han logrado incorporar la cláusula de subrogación, mediante la cual en caso de cambio de titularidad de las empresas del sector, el nuevo titular deberá hacerse cargo del 100% de la plantilla respetando sus condiciones laborales.
El convenio tendrá dos años más de vigencia del convenio (2022 y 2023) y se recogen en subidas salariales para esos años del 2,5% con cláusula de revisión del IPC. El compromiso es que a partir del 1 de enero de 2021 no habrá ningún trabajador/a del sector cobrando menos de 14.000€ al año. Por último se creará una Comisión, con un calendario marcado de reuniones, para velar por el cumplimiento colectivo de lo pactado.