Las mujeres están a la vanguardia de la lucha para detener la pandemia, no sólo porque están en primera línea como profesionales de la salud, de los cuidados y de los servicios esenciales, sino porque también son mayoritariamente las que bridan lo necesario para que el que el resto de la comunidad pueda continuar su vida en el confinamiento. Así lo explica la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM) en un llamamiento mundial que han suscrito frente al Covid 19. Pero a pesar de que las mujeres están haciendo “una contribución insustituible” son las que se enfrentan a mayores riesgos “tanto para su salud como para las implicaciones económicas y sociales negativas que se suman a las causadas por el sistema patriarcal”.
Alertan igualmente sobre los desiguales efectos que va a tener la pandemia, no sólo entre los diferentes países sino en diferentes sectores socio-económicos de la sociedad. “Las mujeres, las clases trabajadora, las comunidades étnicas marginadas, los sectores más vulnerables son quienes pagarán el precio más alto por esta emergencia social”, expone la FDIM. Por eso piden a los gobiernos, a la ONU y a los organismos internacionales, una serie de medidas que, entre otras cosas, garanticen “los medios de vida básicos para las mujeres y hombres, familias, comunidades y grupos sociales más vulnerables, además de la regularización inmediata de los migrantes irregulares y su acceso a la atención médica sin condiciones”. Demandan que se proteja a trabajadoras y trabajadores expuestos al riesgo de despidos injustificados y licencias forzosas. También que se garanticen las medidas para proteger a las mujeres y las niñas contra la violencia sexual y doméstica.
Las mujeres de la FDIM denuncian las políticas neoliberales que hay detrás de las consecuencias de la crisis provocada por la pandemia: los recortes públicos, la mercantilización de la salud y de otros servicios básicos. La alternativa, dicen, está en la solidaridad entre los pueblos y la suspensión inmediata de los conflictos. En este sentido agradecen el internacionalismo de los pueblos y gobiernos “que ponen recursos humanos y herramientas terapéuticas a disposición de otros países que lo necesiten con urgencia”, aplaudiendo el ejemplo de Cuba y China.
Si las mujeres están en la vanguardia de la lucha también lo están en la salida de esta situación: “Las mujeres unidas somos decisivas para construir una respuesta social global efectiva” concluye el llamamiento.