Hay en la Historia del Rock numerosos puntos de inflexión, evoluciones y ramificaciones estilísticas, y fechas memorables. Y luego están los grandes hitos.
Uno de esos hitos históricos tuvo lugar en diciembre de 1979, cuando el bajo de Simonon simbolizó el golpe de gracia al Rock ´n Roll tal y como venía siendo entendido hasta entonces (y de paso al Punk como estilo encorsetado, y que amenazaba con ahogar las inquietudes creativas de la banda), con una obra inmortal frente a la amenaza de un neoliberalismo incipiente que comenzaba a causar estragos en el Reino Unido, convertido en laboratorio del darwinismo social por Thatcher.
Un hito al representar la máxima expresión del Rock como vehículo de transformación, además mediante un recorrido por la casi totalidad de los imaginables estilos musicales (Rock, Jazz, Pop, Reggae, Swing, Funk… imposible probablemente sin la participación de un baterista virtuoso como Headon, que procedía de una cultura musical ajena al Punk) pivotando todos ellos, eso sí, alrededor de la misma idea. Una obra total, coherente en su diversidad. Y que además, en permanente lucha con su discográfica, consiguen que salga doble por el precio de uno. Arte revolucionario y accesible para la clase obrera.
Este tremendo salto cualitativo en lo musical tras Give`em enough rope, va además acompañado de una evolución lírica que se aleja de lo panfletario y se sumerge en la poesía socio-política. Como apuntaba Jones: “No creo que sea justo que la gente vaya diciendo por ahí que nos hemos azucarado…si más chavales oyen el disco empezarán a tararear las canciones. Y si las tararean tal vez lean las letras y saquen algún provecho”.
Letras que abarcan desde el futuro distópico del primer corte que da nombre al álbum, hasta todas y cada una de las lacras que van aparejadas a un sistema criminal que no funciona: la represión policial, los estragos de las drogas, el trabajo alienante o la depresión. Letras que cabalgan entre la resistencia y la derrota, en lo social pero también en lo personal y sentimental, como en el último tema que cierra el círculo: subiendo en vano a un tren.
Pero quizás, de entre todas, merezca destacarse una de estas canciones, porque precisamente aúna por sí misma esa doble derrota, ya marcada de alguna manera desde la infancia, narrando las dificultades de su propia juventud, que eran las de muchos. Y que sobre todo trata de la soledad, otro de esos efectos terribles de este sistema económico y del consumismo enfermizo; de la soledad que nos impone el capitalismo, porque nos quieren solos y perdidos. Un desgarrador lamento pop entre estanterías de supermercado.
¿Qué queda de todo esto 40 años después? Es difícil saberlo, pero es reconfortante pensar que, mientras alrededor del mundo el discurso del odio comienza a imponerse peligrosamente, en España los herederos de “Fredrico Lorca”, “el ejército harapiento”, intenta alzarse como baluarte de la resistencia en Europa. Evocadora justicia poética en la reminiscencia de “Spanish Bombs”.
Además, el impulso creativo que supuso en su momento, tuvo como consecuencia más inmediata su siguiente álbum, el polémico y a ratos delirante Sandinista! (1980), para algunos su auténtica obra maestra, y donde llevan al paroxismo tanto la experimentación musical como el discurso político, inmersos ya totalmente en plena ofensiva neoliberal. Un triple LP al precio de uno (???) que dará que hablar y supondrá el principio del fin de la banda. Hoy pocos reconocerán lo profético de su mensaje, con el Reino Unido asomándose al abismo.
Para terminar, algo más de lo mucho que se puede decir de London Calling: una obra descomunal creada por cuatro tipos corrientes que precisamente por ello, hablaron de los problemas de su tiempo con conocimiento y emoción. Autenticidad entre la mediocridad domesticada imperante, y además desde el compromiso coherente con causas que hoy pretenden ser enterradas bajo toneladas de cultura posmoderna de consumo fácil. La lucha contra la propia mitificación, convertida en mito.
Así que si muero (tal y como homenajearon a Lorca) “oh please, leave the ventana open”…para que pueda escucharse el Rock Revolucionario de los Clash.
“Explorábamos a tientas una vía socialista hacia algún futuro en el que el mundo pudiera ser un lugar menos miserable de lo que es. Tienes que preguntarte a ti mismo: ¿qué harías si gobernaras el mundo? Es una pregunta dura y no creo que tuviéramos una respuesta, pero intentábamos plantearnos ese tipo de cuestiones. Fuera cual fuera su utilidad. Pero lo intentamos.” Joe Strummer.