La fusión de CaixaBank con Bankia es una mala noticia y debemos trabajar para que no se concrete.
A pesar de que en el acuerdo programático del gobierno de coalición no pudo introducirse el compromiso de poner en marcha una banca pública, el elevado porcentaje de participación del Estado en Bankia (más de un 60%), debido a su rescate con dinero público, convertía a esta entidad en una sólida opción para poner en marcha una institución financiera bajo control público que fuera una herramienta para hacer una política económica al servicio de los trabajadores.
Debemos buscar alianzas que permitan conformar una amplia opinión pública contraria a la absorción de Bankia por CaixaBank para conseguir que en España exista una institución financiera destacada que permanezca bajo el control público.
Hay que recuperar todo el dinero público inyectado en Bankia para que la fusión con CaixaBank no acabe siendo un fraude contra los contribuyentes.
Comisión Política del PCE