En Quintanar del Rey, los vecinos no están dispuestos a parar y, hartos de esperar más de un año para la paralización definitiva, llevan organizando desde hace unas semanas concentraciones coreográficas para alejarse así de las tradicionales manifestaciones que, hasta ahora, también han venido realizando. Comenzaron con el famoso macrocalvo que fue trending topic durante días en todas las redes sociales del país y continuaron con el asalto a la macrogranja de papel en el que participaron cientos de personas y cuyo ritmo fue tarareado sin parar en radio y televisión con impactantes imágenes de vecinos vestidos con mono rojo simulando asaltar la granja. No contentos con eso, se lanzaron a emular a Michael Jackson con su famoso Thriller y el pasado domingo pusieron en escena algunas de las imágenes de la inquietante serie coreana El juego del calamar que plantea situaciones cercanas a lo que podría suceder en un futuro, al considerar que la eliminación paulatina de sus personajes representa lo que sucedería en su pueblo con los distintos sectores que se verían irremediablemente afectados por la explotación de la ganadería intensiva: agricultores, viticultores, pequeños comercios, patio de la escuela y las terrazas de bares y restaurantes, entre otros muchos.

Los vecinos, que participaron masivamente en dicho acto, celebraban también con cierta cautela la segunda suspensión cautelar de la construcción. La primera fue dictada por la Consejería de Desarrollo Sostenible el 1 de octubre del 2020 y, después de un año sin dictamen, el promotor decidió continuar las obras que siguen avanzando desde septiembre. No obstante, la peligrosa situación de dicha macrogranja, cuyas filtraciones accidentales podrían contaminar el acuífero del que se suministra el pozo de agua (acuífero que compartirían con los miles de cerdos que albergarían las inmensas naves que se están construyendo), así como las continuas irregularidades formales que se han demostrado desde el inicio del proyecto, han obligado a la JCCM a volver a dictar una nueva suspensión de oficio que analice exhaustivamente, con toda la documentación aportada hasta el día por parte del propio Ayuntamiento y de la asociación QUINTAVERDEPUEBLO VIVO, si el proyecto es compatible con la salud de las personas y la protección del medio ambiente.

El 8 de octubre se volvieron a iniciar los trámites legales que exige la suspensión cautelar. Los vecinos de Quintanar del Rey esperan que esta vez la suspensión se convierta en paralización definitiva. También esperan que su reivindicación sirva para instar al gobierno regional a plantearse una moratoria en este sector, como ya lo han hecho otras comunidades autónomas. Dicha moratoria permitiría regular un negocio que está resultando nocivo para el pequeño agricultor, para la ganadería extensiva y para la vida en esos pueblos que dicen que defienden. En ello confían porque están plenamente convencidos de que su razón es de justicia.