El mes de septiembre ha comenzado con un panorama continuista con el contexto de guerra, de crisis energética y de aumento de precios, con devastadoras consecuencias para muchas familias trabajadoras de nuestro país. La crisis energética ha acarreado tal aumento de precios que todos los países europeos han tenido que replantearse las políticas de limitación del intervencionismo en este sector estratégico. Desde el Partido venimos defendiendo desde hace tiempo la intervención del sector energético en nuestro país, con medidas como la nacionalización de este sector estratégico, la inmediata creación de una empresa pública de energía y la potenciación del sector comunitario de producción de energías alternativas.
Pero estas medidas tienen que venir acompañadas de otras que resuelvan en el corto plazo las dificultades que sufre la clase trabajadora española. En este sentido, venimos defendiendo también una política contundente de limitación de precios de la energía, así como ayudas para los colectivos más vulnerables, con el fin de combatir y erradicar la pobreza energética y evitar el enriquecimiento injustificado de las grandes empresas de energía aprovechando esta crisis.
A pesar de todo lo que nos queda por avanzar, debemos reivindicar que ha sido nuestra presencia en el Gobierno de España lo que ha supuesto que sea nuestro país el que más haya avanzado en la Unión Europea y liderado estas políticas de intervención del sector energético.
En paralelo, la crisis energética ha provocado un brutal incremento de la inflación que está limitando sensiblemente la mejora de los salarios de la clase trabajadora conseguidos en los últimos años gracias a la acción decidida del Ministerio de Trabajo. No podemos permitir que se haga recaer sobre las espaldas de la clase trabajadora el peso de esta crisis inflacionista, que en buena parte los empresarios están contribuyendo a generar. Esta coyuntura de incremento de precios y de la inflación no ha hecho más que agudizar la confrontación entre el capital y las fuerzas del trabajo en España.
Es necesario trabajar en todos los frentes, políticos y sociales, para lograr mayores subidas del salario mínimo interprofesional y que se acometa una reforma fiscal mucho más profunda y ambiciosa para multiplicar la recaudación entre los beneficios extraordinarios del capital y las grandes fortunas. Para ello, debemos trabajar junto con las organizaciones sociales y sindicales para conseguir la garantía de derechos y una subida de los salarios que debe absorber la subida de precios del 2022.
Sin duda la gran batalla de este curso va a ser garantizar el éxito del ciclo de movilizaciones sindicales y sociales para conseguir las anteriores reivindicaciones.