«[El parasitólogo fusilado en 1936] Sadí de Buen Lozano es para la Sanidad algo equivalente a lo que García Lorca fue para la literatura”. Dr. José Estelles Salarich

El golpe de Estado del 36, impidió que el III Congreso Internacional de Paludismo se celebrara en España. Los parasitólogos españoles, en la élite científica mundial, fueron asesinados o murieron en el exilio. La malaria aumentó.

Se nos alerta de un incremento importante del número de casos de malaria en Europa y por ende también en España. En general las enfermedades transmitidas por picaduras de mosquitos han aumentado en los últimos años. La malaria es una enfermedad infecciosa y debilitante producida por parásitos del género Plasmodium, y transmitida por las hembras de varias especies de mosquitos Anopheles. Más de 400.000 personas mueren al año por esta causa, de los cuales unos 240.000 son niños.

Larga es ya la lucha de la ciencia contra esta lacra. En 2016 fue noticia el descubrimiento de unas muestras de sangre de hace 70 años conservadas por un médico del Delta del Ebro que revelaban la historia de la enfermedad de la malaria. “Tras investigar un poco sobre el tema, me percaté de que aquellas muestras eran realmente excepcionales: no existe, o al menos no se conoce, ningún otro registro igual en toda Europa”, explicaba el investigador Carles Lalueza-Fox, del Institut de Biología Evolutiva (UPF-CSIC), uno de los mayores expertos mundiales en recuperar y leer ADN antiguo. Y añadía el propio Lalueza-Fox “aquel encargo me conectaba directamente con la historia de mi padre, que luchó en el bando republicano durante la Guerra Civil y se infectó de malaria en el año 38 cuando cruzaba el Ebre”.

El paludismo o malaria asoló algunas regiones de España y Europa durante siglos. Incluso se promulgaron leyes que limitaban la cosecha de arroz para tratar de evitar la enfermedad. No sabían que estaba ocasionada por el mosquito Anopheles, pero veían que la gente enfermaba alrededor de las áreas de cultivo de este cereal.

“Es una enfermedad ligada a la falta de salubridad. Los temporeros que venían a trabajar en los campos dormían en las cunetas, a la intemperie, o los payeses convivían en barracas con animales. El gobierno de la República y la Mancomunitat crearon una red de dispensarios en zonas rurales para tratar de controlar la enfermedad, en los que se tomaban muestras de sangre para diagnóstico. Incluso los médicos rurales iban a Cáceres (en Navalmoral de la Mata se instaló en 1925 el instituto antipalúdico) a hacer cursillos sobre epidemiología”, según Raül Escosa, biólogo y director técnico del Consorcio de Políticas Ambientales de las Terres de l’Ebre (COPATE),

En España la lucha antipalúdica fue impulsada a principios del siglo XX por los médicos Gustavo Pittaluga y Sadí de Buen Lozano, que estaban entre la élite de la ciencia a nivel mundial. Realmente con la red de dispensarios se consiguieron reducir de forma importante los casos de paludismo. Así, el interés de la comunidad científica en poner en común los conocimientos en la lucha contra la malaria generó diversos encuentros entre especialistas, estando previsto que el III Congreso Internacional de Paludismo se celebrase en Madrid del 12 al 18 de octubre de 1936. Lamentablemente, la sublevación de los fascistas ese mismo año impidió que se realizase la celebración del que hubiera supuesto un importante hito científico en la historiografía del paludismo en España, así como situar al país en el lugar que le correspondía en la lucha antipalúdica.

La reunión tendría lugar en Ámsterdam en 1938. En la Conferencia inaugural el Dr. Sergent, presidente de la Comisión de Paludismo de la Sociedad de Naciones, recordaba los dolorosos acontecimientos que habían impedido la celebración del III Congreso Internacional de Paludismo en Madrid, y recordó el trágico destino del Dr. Sadí de Buen Lozano, eminente parasitólogo, fusilado en Córdoba por los insurrectos en septiembre de 1936… En cuanto al Dr. Gustavo Pittaluga, exiliado en Francia al principio del golpe de Estado, sí llegó a participar en el Congreso de Ámsterdam. No obstante en 1942 se trasladó a Cuba y allí, con serios problemas económicos, falleció en 1956.

Con el estallido del pronunciamiento reaccionario y tras la guerra volvieron a aumentar los casos de malaria, entre 1942 y 1944 se produjo un pico de la enfermedad. Finalmente, en el año 1964 la Organización Mundial de la Salud certificó que España estaba libre de malaria. Solo la mejora de las condiciones de higiene y salud lograron erradicar al parásito. Como en tantas otras áreas, se había perdido mucho tiempo y también muchas vidas.