La huelga general en Francia convocada por los ocho sindicatos mayoritarios contra la propuesta de Macron de subir de la edad de jubilación de 62 años a 64 años y que amplía el periodo de cotización para recibir la pensión máxima hasta los 43 años, ha sido todo un éxito.
El transporte, la educación y el sector energético se han visto fuertemente afectados, con prácticamente el 100% de escuelas cerradas, trenes y metro con escasa circulación y con la mayoría de trabajadores y trabajadoras del sector energético apoyando la huelga.
Los sindicatos arrojan unas cifras de participación de un millón y medio de manifestantes en todo el país, unos 400.000 en París, en donde la policía ha llevado a cabo algunas duras cargas y lanzado gases lacrimógenos cuando la movilización llegaba a la zona de la Bastilla para continuar hacia la Plaza de la Nación.
El paro de hoy marca el inicio de una serie de grandes movilizaciones que intentarán forzar al Ejecutivo a dar marcha atrás, igual que ocurriera en 1995 cuando el proyecto de reforma de las pensiones de Jacques Chirac tuvo que ser retirado debido a la presión de la calle, aún teniendo mayoría absoluta gubernamental en el Parlamento.