Las centrales sindicales de Francia han movilizado a más de un millón de personas este martes en una nueva jornada de huelgas y protestas, que ya es la sexta, contra el proyecto de Emmanuel Macron para reformar las pensiones y retrasar la edad de jubilación. La de este martes, además, es una huelga indefinida, que va a prolongarse varios días en algunos centros de trabajo.
Los sindicatos han convocado manifestaciones por todo el país que, según el Ministerio del Interior, han reunido a 1,28 millones de manifestantes en toda Francia, superando los 1,27 de la convocatoria del 31 de enero. Según la CGT la cifra asciende a 3,5 millones, frente a los 2,8 millones en los que este sindicato cifró la asistencia a la convocatoria de finales de enero.
La marcha central ha tenido lugar en París, donde, según la CGT, se han reunido hasta 700.000 personas y 81.000 según la policía. El secretario general de la Confederación General del Trabajo, Philippe Martínez, ha asegurado que han logrado «paralizar Francia» con «la mayor movilización desde el comienzo del conflicto» en enero. «Ha sido un día histórico, por la amplitud de las huelgas y de la movilización», han dicho los principales sindicatos en un comunicado conjunto en el que insistieron en que «el Gobierno debe retirar su proyecto», ha declarado el líder sindical.
El líder del PCF pide al Presidente de la República retirar su reforma
Fabien Roussel, Secretario Nacional del Partido Comunista Francés (PCF), calificó la movilización como histórica. «Con más de 300 marchas catalogadas -un récord-, el movimiento social se arraiga ahora por todas partes, se expande en número, se expande en sus formas de acción con bloqueos de circunvalaciones, rotondas, lugares de trabajo, está profundamente arraigado en la mundo de trabajo».
En sus declaraciones el dirigente comunista de Francia, saludó una vez más el papel intersindical y determinante de todos los militantes de los sindicatos que están organizando estas movilizaciones, y llamó a reforzar la unidad y determinación, para hacer una demostración excepcional de su fuerza. «Devuelvan la dignidad y esperanza al mundo del trabajo y demuestran responsabilidad en una situación grave para el país», reclama el líder del PCF.
Para Fabien Roussel, lo que está sucediendo es una revuelta de la Francia obrera contra la reforma de las pensiones, la subida de la inflación, el empeoramiento de las condiciones de trabajo y los salarios congelados. «Mientras el texto se debate en el Senado, los parlamentarios comunistas están plenamente movilizados para luchar contra esta reforma. Hago un llamado solemne al Presidente de la República a hacer un balance del momento político de nuestro país, a retirar su reforma o a someterla a referéndum para que el pueblo decida», concluía el dirigente comunista francés.