La sanidad pública es uno de los más preciosos valores del modelo de defensa del conjunto de la sociedad, especialmente de los más humildes. La atención primaria, la sanidad de proximidad, es la garantía última de equidad y universalidad de la prestación sanitaria.
Sin embargo las instituciones han legislado durante décadas para permitir la privatización de la sanidad pública como hace la Ley 15/97 o para limitar el acceso a la misma, como el Decreto 16/2012, poniendo en peligro la continuidad de la sanidad pública tal y como la conocemos, por ello esté sábado cientos de personas se han echado a la calle en Zaragoza con pancartas que decían ‘Luchemos por la sanidad pública’, ‘Nuestra salud no es un negocio’ o ‘Por una sanidad universal, pública y de calidad’.
La protesta convocada por la Federación de barrios de Zaragoza y las plataformas en defensa de la sanidad pública y en contra de su privatización a la que se habían sumado 62 colectivos, entre ellos el PCE e IU, ha recorrido la distancia que separa la plaza de España del edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, ha pedido un aumento de presupuestos, mejora de plantillas, reducción de listas de espera o dignificar la sanidad pública como pilar del Estado de bienestar, que todavía sufre más en el medio rural o que se eliminen los convenios con la privada.