Cerca de seis meses tras la investidura del nuevo gobierno, son muchos los retos en materia laboral, en un entorno cada vez más hostil, en plena ola reaccionaria, militarista y austericida que se va imponiendo con el objetivo de seguir aumentando los beneficios de las grandes empresas, a costa de partidas sociales, restricciones laborales y libertades.

Además, hay que tener en cuenta para sacar adelante reformas la dependencia del voto de la derecha nacionalista vasca y catalana (que hoy componen el bloque de investidura), así como la escisión de Podemos del grupo parlamentario (con su irresponsable voto contra la reforma del subsidio del desempleo con PP y VOX). Sumar debería trabajar por los más amplios acuerdos desde el dialogo, el respeto y la colaboración con la izquierda política y social, para ampliar la fuerza de la calle y de las instituciones.

De momento, el avance más significativo ha sido el incremento de un 5 % del SMI (pasando de 1.080 € a 1.134 euros en 14 pagas), pactado con CC. OO. y UGT y con la oposición de la patronal, aunque en este caso salió adelante al lograr apoyos parlamentarios suficientes.

Las prioridades del Ministerio de Trabajo para esta legislatura son ambiciosas

Empleo estable y más avances en derechos de la clase obrera

Las prioridades del Ministerio de Trabajo para esta legislatura son ambiciosas y significarían un importante avance en favor de la mayoría social trabajadora, siempre y cuando se consigan superar los obstáculos, a través de mayorías parlamentarias suficientes y/o con acuerdos entre sindicatos y una patronal abiertamente hostil.

En este complicado contexto y atravesando sucesivas crisis, pero, a la vez, con el respaldo de los datos de empleo (máximo histórico de 21 millones de trabajadores/as) gracias a las políticas que se implementaron, especialmente la reforma laboral y su reducción del trabajo temporal. Ahora, el Ministerio de Trabajo fija las siguientes prioridades:

Reducción de la jornada laboral

Esta es la medida estrella de Sumar en esta legislatura y que se incluyó, pese a las resistencias del PSOE, en el programa de gobierno. El objetivo es disminuir la jornada máxima de trabajo sin merma de salario para reducir de las 40 horas de media semanal a 38 horas y media en 2024 y hasta las 37 horas y media en 2025.

Reforma del despido

En la lógica del despido “reparativo”: aumentar la indemnización por despido improcedente, tal y como establece la Carta Social Europea. Reforzado por el fallo favorable del Comité Europeo de Derechos Sociales ante una denuncia contra España ganada por el sindicato UGT. Mayor restricción legal a los despidos para que sólo puedan ser utilizados como último recurso (endureciendo las causas del despido, estableciendo planes industriales, puestos de trabajo alternativos y planes de recolocaciones como condición acordada con los sindicatos, recuperando la autorización administrativa de los ERE). Prohibir el despido por incapacidad sobrevenida o permanente (como pide la justicia europea). Además de recuperar los salarios de tramitación.

Estatuto del Trabajo “del siglo XXI”

Otro objetivo es la reforma del Estatuto de los Trabajadores (el actual es de 1980). En este aspecto, se pretende hacer un profundo cambio en el trabajo a tiempo parcial, que en la mayoría de los casos se hace de forma impuesta y afecta a las mujeres (el 72 %). Es donde se concentra la mayor parte de la precariedad.

Mejorar la negociación colectiva y el papel de los sindicatos

Otro objetivo es avanzar en la negociación colectiva, publicando trimestralmente la información económica del Observatorio de Márgenes Empresariales por tipo de convenio colectivo y detallada por tamaño de empresa, con el fin de mejorar la negociación colectiva y hacer frente a las cláusulas de descuelgue salarial. También es imprescindible profundizar en los derechos de representación e intervención sindical para reforzar el papel de los sindicatos, que tienen que cubrir con sus limitados recursos a todos y todas las trabajadoras, a pesar de que la mayoría no están sindicalizados.

Participación de los/as trabajadores/as en las empresas

Otro aspecto es implantar modelos de “cogestión” en las empresas siguiendo el modelo alemán, para que los sindicatos participen en los consejos de administración. Esta medida es controvertida y puede ser un arma de doble filo, se debe legislar con un claro sentido de clase y con las organizaciones sindicales, puesto que puede servir tanto para fiscalizar las políticas de las empresas, darles un calado más social y dar más fuerza a los sindicatos y los trabajadores, como también puede servir para disciplinar a las organizaciones sindicales en una lógica patronal y corporativista.

Reforma de los subsidios de paro

Tras el revés de la reforma de los subsidios de desempleo por el voto en contra de Podemos con PP y VOX, aunque también fue criticada por los sindicatos por no haberla tratado con ellos, se abrirá una negociación en el marco del dialogo social y los grupos parlamentarios para dar cobertura a los trabajadores a tiempo parcial, para mantener la cotización del subsidio para mayores de 52 años, y también para que el subsidio de desempleo llegue a los trabajadores autónomos de más edad. Esta reforma está comprometida con Bruselas dentro del Plan de Recuperación para el abono del cuarto desembolso de fondos europeos.

Estatuto del becario

Para acabar con el uso fraudulento de esta figura para explotar a las personas becarias, establecer el llamado “Estatuto del becario”, en línea con el texto que se pactó en la anterior legislatura (entre Ministerio, CC. OO. y UGT) y que no salió adelante por el bloqueo del PSOE.

Como en la ley Rider, se trata de laboralizar y sindicalizar a los falsos autónomos de las plataformas digitales

Algoritmos, plataformas digitales e inteligencia artificial

Ante los retos de la digitalización, algoritmos, desarrollo de plataformas digitales y la inteligencia artificial, implantar una regulación a favor del trabajo decente. Como en la ley Rider, se trata de laboralizar y sindicalizar a los falsos autónomos de las plataformas digitales y garantizar más información a los trabajadores sobre los algoritmos y sus repercusiones laborales, promoviendo la participación sindical.

Más permiso por nacimiento y retribuir el parental

Ampliar los permisos de maternidad y paternidad por nacimiento de hijo a las 20 semanas (desde las 16 actuales), con mayor flexibilidad de trabajo a tiempo parcial. También retribuir el permiso parental, ya que el actual de 8 semanas no es remunerado, por lo que incumple la directiva europea de conciliación.

Más medidas contra la discriminación salarial

Para seguir profundizando contra la discriminación salarial por sexos, aprovechar los decretos sobre los nuevos planes de igualdad y las auditorias salariales aprobados en la pasada legislatura y ampliar los derechos y garantías para asegurar la igualdad retributiva.

Modernizar la prevención de riesgos laborales

Reformar la ley de prevención de riesgos laborales para reducir la importante siniestralidad laboral, ya que en España cada día fallecen 2 trabajadores/as de media por accidentes de trabajo, así como adaptar la regulación a nuevos retos, como la digitalización y los problemas de salud mental.

Crear las condiciones necesarias para avanzar en derechos

Es un contexto hostil, con una patronal lanzando consignas ultraliberales para que sea la clase trabajadora la que transfiera de su sueldo las cotizaciones a la Seguridad Social al más puro estilo Milei. El gran capital avanza en la batalla cultural para presentarse como rebeldes “libertarianos” que atacan al Estado, cuando su cruzada es para hacer negocio con el desmantelamiento y privatización de lo público. Tratan de culpabilizar a la clase trabajadora como si su situación económica y social fuera debida a “no esforzarse”. Por todo ello, es más necesaria que nunca una fuerte alianza de la izquierda y el sindicalismo de clase.

Ante la ola reaccionaria, belicista y austericida, ante el peligro de una victoria de la derecha o de un PSOE que busca restablecer el bipartidismo, frente a un bloque de investidura con un peso determinante de la derecha vasca y catalana, la clave decisiva va a ser la fuerza y la movilización del movimiento obrero y sindical para poner las reivindicaciones sociales y laborales en el centro. Y sobre todo, ahora que se acaban los tiempos líquidos de la nueva política, es el momento de acabar con la fragmentación y las tendencias asimiladoras y cesaristas, construyendo la unidad de la izquierda en base a la organización y la militancia, con el sindicalismo y movimientos sociales, por la solidaridad internacionalista, la democracia popular y por la paz, para hacer políticas valientes y sin complejos a favor de la clase obrera y los más vulnerables.

(*) Responsable de Movimiento Obrero del PCE