Este jueves Argentina ha parado siguiendo la huelga convocada por las principales centrales sindicales del país. Rechazan la reforma laboral, el desguace del Estado y el ajuste que impulsa el presidente ultraderechista. Los sindicatos han celebrado el rotundo éxito de la protesta a escala nacional.

Este es el segundo paro desde el pasado 10 de diciembre contra la aplicación de políticas ultraliberales en el país suramericano. El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde residen unos 16 millones de habitantes —un tercio de la población del país—, ha mostrado imágenes inusuales para un jueves no festivo, con las amplias avenidas sin el frecuente paso de sus autobuses, así como las estaciones de trenes con los convoyes detenidos y los pasillos vacíos, con las puertas de una multitud de comercios cerradas, las persianas de los talleres sin levantarse y los puertas de los centros educativos sin abrirse.

La CGT —uno de los sindicatos convocantes— ha celebrado «la contundencia del paro», que, en opinión de Héctor Daer, uno de sus secretarios generales, «demuestra que el Gobierno tiene que tomar nota». El dirigente sindical ha insistido que «Nosotros tomamos nota del acompañamiento y el Gobierno tiene que tomar nota de lo que significa la expresión de los trabajadores y trabajadoras para reconfigurar su política de ajuste, su política que nos está llevando a extremos de la ciudadanía que difícilmente se pueda recuperar», ha expresado en rueda de prensa.