La situación está plenamente marcada por la proximidad de 14-M. Unas elecciones generales suponen una gran movilización social, cultural y política. Ahora toca presentar en un programa el conjunto de medidas, propuestas e iniciativas defendidas a lo largo de los últimos 4 años de legislatura, con un mensaje claro que marque el perfil propio de IU como formación política convencida de que son muchos los cambios que han de producirse para evitar un mayor deterioro social, cultural y económico.
Una batalla central a superar es el discurso propagandístico del gobierno de la derecha sobre el empleo. El PP ha desaprovechado claramente las oportunidades económicas para favorecer una mayor redistribución de los beneficios obtenidos durante los años de expansión económica sostenida. No negaremos que se ha creado empleo, pero éste ha sido básicamente precario, temporal e inestable, sin derechos sociales y laborales elementales. Lo que necesita nuestro país es crecer en empleo de calidad, como síntoma de crecimiento social colectivo, donde parte de los beneficios se destinen a la reinversión y a la aplicación de la ciencia a las estructuras productivas o de servicios de nuestro país, con el fin de mejorar la productividad, la competitividad, con empleos mejores, con menor jornada laboral, sin menoscabo salarial, con jubilación digna y sustitución de estos empleos por la gente trabajadora más joven.
Lo irracional es lo que hoy ocurre en nuestro mercado de trabajo. Los jóvenes trabajan más horas, con salarios bajos, por debajo de su cualificación formativa, con mayores riesgos de salud laboral, con empresas de prestamismo laboral, con niveles de protección al desempleo mínimos y soportando contratos especialmente precarios y temporales cuando ocupan una actividad estable en su centro de trabajo.
Hoy es posible el pleno empleo con derechos en nuestro país, si ésta fuera la prioridad política a conseguir; desde luego para IU lo es.
Otro debate central, si por fin los hay, será la vivienda, como necesidad elemental para la gente. En nuestra opinión, una política de vivienda pública bien estructurada garantizaría básicamente una oferta de vivienda de alquiler suficiente, y esto favorecería de forma inmediata una bajada de la desmesurada política de incremento de precios en el acceso a la vivienda. El PP ha favorecido con sus políticas la especulación del suelo y de la vivienda, impidiendo el acceso a las economías más débiles, especialmente la de los jóvenes.
Y otro tercer elemento básico de esta campaña es el referente a la política fiscal. IU no comparte la tómbola entre el PP y el PSOE para rebajar los impuestos, en un guiño a la parte más egoísta del ciudadano y en una clara apuesta en defensa de los sectores más acaudalados del país.
IU defiende una política de impuestos justos, como elemento de convivencia y desarrollo social, económico y cultural colectivo elemental. Si no hay recursos suficientes, retraídos de forma progresiva del conjunto de la renta y la riqueza de cada ciudadano, las administraciones no tendrán la capacidad de cumplir satisfactoriamente con los servicios públicos necesarios. Los impuestos deben ser progresivos, que pague más quien más tiene. La reducción de impuestos para todos, tal como se plantea por parte del PP o del PSOE, perjudica siempre a los que más necesitan los servicios públicos.
Todo ello sin olvidar la necesaria reconstrucción del sector público, o la ampliación y fortalecimiento de los mecanismos de participación democrática ciudadana, o la culminación del Estado de las autonomías en un Estado Federal solidario, que empiece por la reforma del Senado, para hacer de éste una verdadera cámara de participación territorial. Otro tema central será la política de inmigración en una doble vertiente: de un lado, la de garantizar el impulso y el desarrollo económico de los principales pueblos donde se producen las inmigraciones masivas y, de otro lado, la garantía de igualdad de condiciones laborales de los trabajadores inmigrantes en nuestro mercado laboral y que no sean utilizados como mecanismo de rebaja salarial en nuestras relaciones laborales. Lógicamente, dentro de una vocación clara por la paz y contra la guerra; el diálogo y la política como herramientas básicas para la solución de los problemas, frente a quien solo opta por la vía desgarradora de la guerra.
No renunciamos a ninguno de estos principios; el 14-M puede ser una fecha histórica para la izquierda de nuestro país. Somos conscientes de la necesidad de que para ello es imprescindible una gran movilización de la gente de bien de nuestro país, de la gente que todavía cree que una sociedad más justa es posible.