El Sector Crítico de CC.OO., al cual pertenezco, surge hace diez años como una necesidad de la afiliación ante el fracaso de la estrategia oficial y para frenar la deriva sindical y la falta de participación que se viene produciendo en el último periodo. Consideramos que siguen siendo válidos los rasgos históricos del modelo sindical de clase, reivindicativo, democrático, plural, sociopolítico y unitario.
Para afrontar los nuevos retos en el siglo XXI, en este proceso congresual, defendemos las siguientes propuestas:
– Negociación colectiva adaptada a los nuevos tiempos. Los últimos Acuerdos con la CEOE se han demostrado inútiles para posibilitar avances para los trabajadores y trabajadoras ya que solo se basan en la moderación salarial sin contrapartidas ejecutables en empleo, reducción de jornada, distribución de los aumentos de productividad, etc.
– Mercado de trabajo más estable, con las modificaciones legales necesarias en las modalidades de contratación y mayor control de las subcontratas y de las ETT (hasta conseguir su desaparición).
– Sistemas público de pensiones que asegure prestaciones dignas, oponiéndonos al aumento del periodo de calculo.
– Batalla efectiva contra la siniestralidad laboral y las causas que la provocan.
– La defensa del sector público y de una administración que compatibilice los derechos de los empleados públicos con las necesidades de los ciudadanos.
– Defendemos una estrategia más equilibrada entre negociación y movilización: la huelga general del 20-J ha demostrado su rentabilidad para los trabajadores.
En definitiva nuestras CC.OO necesitan de un giro sindical a la izquierda que dé respuesta a la política neoliberal de recortes en la protección social, del nivel de cobertura de los desempleados, etc. que distribuya mejor la renta y la riqueza, apostando por un nuevo marco europeo para la acción sindical más coordinado en la acción y solidario entre los trabajadores y trabajadoras de Europa.
No puedo dejar de referirme a la política de represión que empezó hace ya dos congresos y se ha agudizado en los últimos meses, con una nueva ola sancionadora desde la mayoría de la dirección Confederal, que tienen en la expulsión del compañero Kiko, secretario del transporte de Córdoba, por el hecho de convocar una huelga hace casi dos años y la imposición de una gestora en la Federación del Transporte de Andalucía (dirigida por el sector crítico) los últimos y penosos ejemplos.
Es por ello imprescindible, para que nuestro sindicato pueda hacer frente a los tiempos difíciles que estamos viviendo para la clase trabajadora., recuperar la convivencia interna, constituir una nueva mayoría plural e integradora, que cierre definitivamente la etapa de exclusión, crisis interna y alejamiento de los trabajadores, que respete la pluralidad y la participación de todos y todas sin exclusiones, que priorice la militancia sobre la profesionalización.
Hay muchas razones para seguir luchando y colocar al sindicalismo a la ofensiva en su relación con el capital y con el gobierno de la derecha. Para conseguir otro modelo de sociedad, más libre y más cohesionada socialmente, es necesario y posible otro tipo de sindicalismo.