El primer sindicato de este país llega a su 8º Congreso con una dirección diferente de la que surgió en el 7º. Algunos de los motivos de este cambio son la variación en su composición tras cercenar a una parte de sus miembros; también se ha trastocado, por el camino, la política sindical aprobada, los principios que inspiran a CC.OO. y los valores democráticos que han de inspirar siempre los métodos de dirección. El resultado de esta actitud de la dirección confederal, unido a la política del Partido Popular, ha generado una involución en los derechos de los trabajadores y trabajadoras tanto en el tratamiento de la flexibilidad laboral como en el modelo de diálogo social.

CC.OO. debe fortalecer su perfil reivindicativo, lejos de políticas confusas en su diseño y erráticas en su concreción, lejos también de una concepción del sindicato como un mero instrumento de gestión. CC.OO. ha de referenciarse en sus propias propuestas y gestionarlas con acierto, conjugando el binomio presión-negociación, en el terreno más favorable para avanzar en la defensa de los intereses generales de las trabajadoras y los trabajadores, concibiendo el dialogo social como un acto de soberanía sindical, de poder contractual, como el instrumento básico para la construcción democrática de las relaciones laborales.

La quiebra interna no está al margen del retroceso político y organizativo que sufre CC.OO. El 8º Congreso Confederal debe ser la oportunidad para devolver la cohesión interna, desde una discusión serena basada en argumentos y no en descalificaciones, formalizando un debate donde primen las ideas, de carácter plural y democrático. Para ello Rodolfo Benito, Javier Fernández, Antonio Rey y yo misma hemos presentado diferentes propuestas que se concretan en el documento «Propuestas para el Programa de Acción. Entre todas entre todos, para todas y todos». De estas, quisiera destacar las siguientes, sobre las cuales, el 8º Congreso debe pronunciarse con absoluta nitidez. Desde nuestro punto de vista es necesario que:

– CC.OO. mantenga una posición negativa a las propuestas del PP, que impliquen rebajas de la indemnización por despido o finalización del contrato, o que conlleven una mayor facilidad empresarial para su realización.

– CC.OO. ha de mantener una posición firme de rechazo a entregar a las mutuas patronales de accidentes de trabajo, el control de las altas y bajas en materia de incapacidad temporal derivada de enfermedad común.

– CC.OO. ha de oponerse también, a la decisión del PP de recortar las próximas pensiones de jubilación como consecuencia de la ampliación del período de cálculo a las cotizaciones de toda la vida laboral.

– Reclamamos una posición de rechazo categórico a propuestas para la reforma legal de la Negociación Colectiva. De manera que se impida que, por pactos o convenios de empresa, se puedan implantar salarios, jornada y condiciones laborales, que sean inferiores a las establecidas en los convenios sectoriales, ya sea de ámbito estatal o de ámbitos territoriales.

Los retrocesos sociales y laborales que se han impuesto por Ley en estos últimos cuatro años, se han de recuperar, igualmente, por Ley, y entre otros se deben restituir los salarios de tramitación, en la práctica eliminados así como las consecuencias de la reforma laboral del 2001.