El Grupo confederal de Izquierda Unitaria Europea viene desarrollando una reflexión acerca de los contenidos del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, firmado por los jefes de Estado y de gobierno de los estados miembros el pasado 29 de octubre en Roma.

Todos los partidos integrados en el Partido de la Izquierda Europea, llaman a votar NO contra este proyecto que intenta hacer ley las políticas neoliberales contra las que se movilizan los trabajadores europeos desde 1995 y el movimiento antiglobalización desde el Foro Social de Génova.

Willy Meyer, eurodiputado de IU, sintetiza así los argumentos del No:

1. Un Tratado entre estados no puede ser nunca una constitución de ciudadanos

Tenemos que comenzar denunciando que este Tratado es un acuerdo diplomático entre los estados miembros para el funcionamiento de la Unión Europea y no una auténtica Constitución, que nosotros exigimos para Europa. Este Tratado, lejos de representar la voluntad de los ciudadanos expresada a través del Parlamento Europeo, ha sido elaborado por un grupo de especialistas, tecnócratas y representantes de grupos políticos y después corregido y adoptado por los Jefes de Estado y de Gobierno. El verdadero sujeto de este Tratado no son ni los ciudadanos ni los pueblos de Europa, sino los estados miembros tal y como existen hoy en día. Defendemos que los ciudadanos europeos, a través de un Parlamento Europeo con amplios poderes, sean el verdadero sujeto de la construcción europea. Este Tratado Constitucional que nos proponen no es democrático ni en su elaboración ni en su contenido.

2. La Europa-potencia del Tratado no garantiza ni la paz ni la seguridad

El Tratado subordina la política de defensa de la Unión Europea a la OTAN y establece una «cláusula de solidaridad» por la que un ataque contra Gran Bretaña por su intervención en Irak sería considerado un ataque contra toda la Unión que obligaría a una respuesta conjunta.

3. El Tratado impone unas políticas neoliberales que atentan contra los derechos sociales de los trabajadores

El Tratado constitucionaliza las políticas neoliberales impuestas al mercado único comunitario desde los acuerdos de Maastricht. Se dota al Banco Central Europeo de autonomía completa para perseguir un único objetivo: la estabilidad del Euro. Esas políticas han sido la causa de las privatizaciones, la reestructuración industrial y las deslocalizaciones que han provocado que la UE tenga hoy un 8% de parados y haya habido una caída neta de los salarios negociados en los convenios colectivos. El «modelo social europeo» de educación, sanidad, pensiones y seguro de desempleo, ha quedado subordinado, por las presiones de la patronal europea UNICE, a la «alta competitividad de la economía» en el articulo I. 3-3. Una «alta competitividad» que la Estrategia de Lisboa, el informe Kok y la directiva Bolkestein intentan conseguir, entre otras medidas, alargando la vida laboral, la jornada de trabajo y reduciendo pensiones y ayudas al paro. Por el contrario, defendemos que la Carta de Derechos Fundamentales, sea el mínimo legal exigido a los estados-miembros con efectos jurídicos inmediatos.

4. El Tratado niega los derechos nacionales de los pueblos sin estado

Al ser los estados-miembros los únicos sujetos del Tratado Constitucional, los derechos de los pueblos sin estado europeos simplemente desaparecen. Nosotros reconocemos el derecho de autodeterminación como base de una solución democrática de la cuestión nacional, así como una Europa federal.

5. Otra Europa es posible si se vota NO

La victoria del NO en uno de los principales estados miembros de la UE permitiría reabrir el debate sobre el futuro de Europa y un auténtico proceso constituyente que devuelva la voz a los ciudadanos, hoy secuestrada por los jefes de estado y de gobierno comunitarios. El NO puede ser el primer remedio para salir de la actual crisis de la UE y dar un nuevo impulso progresista y de izquierdas a la construcción europea.